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La defenestración de Garzón

"Soy juez, por tanto un hombre para el derecho y esclavo de la ley"

Antonio Jiménez Barca

En el auditorio abarrotado de la prestigiosa Escuela de Ciencias Políticas de París, la famosa Sciences Po, el juez Baltasar Garzón, antes de recibir un premio por la defensa de la democracia, empuñó el micrófono y habló por primera vez en público desde que fue apartado de la Audiencia Nacional: "Las heridas que no se limpian se vuelven abrir". Y prosiguió: "Todas las leyes que apoyan la impunidad caen". "A veces la justicia universal se topa con dificultades para no investigar crímenes que no prescriben, dificultades en forma de olvido, perdón o amnistía". "Es compatible la memoria, la justicia y el resarcimiento a las víctimas". Y añadió: "Soy juez, por tanto, un hombre para el derecho y esclavo de la ley".

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Después, Garzón recibió el premio de la Asociación de Alumnos Joven República por su "defensa de la democracia en situaciones hostiles". El acto, planteado en principio como un coloquio sobre la Justicia Universal, acabó siendo un homenaje entero al juez español. A su derecha se sentó el ex primer ministro francés Dominique de Villepin y a su izquierda el mundialmente conocido pintor Miquel Barceló.

Un representante de la asociación que le otorgaba el premio señaló que no dan el galardón a un hombre "sino a un combate". Recordó los logros de Garzón "luchando contra el narcotráfico, el terrorismo, el terrorismo de Estado, contra el propio partido con el que fue a las urnas y luego, contra la hipocresía referente a la memoria histórica". Y añadió: "Usted, señor, es un símbolo de la democracia en España, en Europa y en el mundo". Y concluyó, en español, con los versos de Antonio Machado, los de "caminante no hay camino...". Pero le cambió el final: "Esto no ha terminado, señor. Esto no ha hecho nada más que comenzar".

Después, Garzón subió a la tribuna y cerró el acto: "A veces, el esfuerzo de unos pocos cambia el curso de los acontecimientos del mundo".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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