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Reportaje:Tercer aniversario del mayor atentado en España

Testimonios en vidrio para las víctimas

Los Reyes inauguraron el monumento a los fallecidos el 11-M en un acto en el que no faltó la tensión

Tres años después de los atentados del 11 de marzo, las víctimas tienen su monumento. Primero fueron los mensajes que los ciudadanos dejaron espontáneamente en los días posteriores a la matanza en la estación de Atocha. Después se inauguró el Bosque de los Ausentes, en el parque del Retiro de Madrid. Por fin, desde ayer las víctimas tienen un monumento que las recuerde, un gran cilindro de 11 metros de altura y miles de ladrillos de vidrio macizo que recoge en su interior, situado bajo tierra, esos mensajes de dolor de los primeros días y los nombres de las 191 personas que fallecieron en el mayor atentado terrorista de la historia de España.

Los Reyes presidieron la inauguración del monumento frente a la estación de Atocha. En el acto estuvieron también presentes los Príncipes de Asturias y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. No hubo discursos. La música de El Cant dels ocells (El canto de los pájaros), de Pau Casals, aportó la emoción después de tres minutos de silencio en memoria de las víctimas. A pesar de que era un acto de recogimiento y recuerdo de los muertos aquel 11 de marzo de 2004, la tensión política que se vive en España estuvo presente en algunos momentos.

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A partir de las once de una mañana radiante empezaron a llegar los representantes de las instituciones del Estado. Por parte del Gobierno acudieron los dos vicepresidentes, María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes; y los ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; Defensa, José Antonio Alonso; Justicia, Mariano Fernández Bermejo, y Fomento, Magdalena Álvarez. La cúpula del PP estuvo representada por su presidente, Mariano Rajoy, y por el portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, además del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. También acudieron los presidentes del Congreso, Senado, Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial y varios presidentes autonómicos, así como representantes del PP, PSOE e IU en el Ayuntamiento y la Comunidad.

Más de 1.000 familiares de víctimas y afectados por los atentados fueron invitados a participar en la inauguración del gran cilindro de vidrio macizo. Ocuparon una zona alejada del lugar donde se hallaban las autoridades. No hubo contacto entre unos y otros. Ningún representante del Gobierno o la oposición se acercó a hablar con las víctimas. Tampoco los miembros de la familia real, quienes, sin embargo, sí les saludaron desde la distancia al abandonar el lugar. Sólo el alcalde de Madrid, una vez concluido el acto, dialogó y abrazó a varios de ellos al pie del monumento.

La llegada de los Reyes y los Príncipes fue recibida con aplausos unánimes. Poco antes habían llegado Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa. Todos, acompañados de Ruiz-Gallardón, Aguirre y la ministra de Fomento, hicieron una visita al interior del monumento, diseñado por los arquitectos Esaú Acosta, Raquel Buj, Miguel Jaenike, Manu Gil-Fournier y Pedro Colón de Carvajalel, del estudio FAM.

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Después, los Reyes colocaron una corona de laurel junto al gigantesco cilindro y se guardaron tres minutos de silencio. La música de Pau Casals, interpretada por el violonchelista Antonio Martín Acevedo, mantuvo la solemnidad por unos instantes.

Cuando a mediodía finalizó el acto, muy corto debido a la ausencia de discursos, comenzó la tensión partidista. Zapatero y Rajoy -quien estuvo dialogando durante un buen rato con el portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido-, sólo intercambiaron un protocolario apretón de manos, sin más palabras.

Un familiar de las víctimas se puso en pie y desplegó, entre aplausos de los que se encontraban a su lado, una pancarta en la que se podía leer: "11-M. Acebes, prisión por negligencia criminal. Aznar, proceso en el Tribunal Internacional de la Haya".

La familia real fue despedida con gritos de "¡Viva el Rey!" y tres "¡Viva España!"; la salida de Zapatero no mereció un acuerdo tan unánime. Gran parte de los familiares de víctimas rompieron a aplaudir , pero se pudieron oír gritos de "¡fuera, fuera!" y varios silbidos contra el presidente.

La diputada de Izquierda Unida Isaura Navarro y el europarlamentario del PP Alejo Vidal-Quadras también tuvieron un altercado tras los gritos de "¡Viva el Rey!", que fueron contestados por Navarro con un "¡Viva la República!". Vidal-Quadras le recriminó este grito e insultó a la diputada de IU.

La presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, presente entre las víctimas, señaló que las heridas sólo cicatrizarán el día que tengan una sentencia. Para Manjón, el incidente del hombre con la pancarta no buscaba politizar el acto, y debió de ser una expresión de "rabia contenida".

Los momentos de verdadera emoción se vivieron, sin embargo, nada más terminado el acto. Cuando se retiraron las autoridades, varios familiares de las personas que murieron en los atentados se dirigieron al inmenso cilindro blanco. Tímidamente se acercaron al monumento y depositaron, junto a la corona de laurel, flores en memoria de sus fallecidos. Muchos de ellos lloraban. Otros tocaban los ladrillos de vidrio y miraban al suelo durante unos segundos. El ecuatoriano Luis Alberto Tenesaca, cuyo hijo de 17 años perdió la vida aquel 11 de marzo de hace tres años, resumía junto a su mujer, con un ramo de flores en la mano, todo el sentimiento de los que perdieron a sus seres queridos: "Nunca superaremos su muerte".

Gritos e insultos

Minutos más tarde, tras abrirse la zona al público, se vivieron momentos de tensión entre partidarios y detractores del Gobierno, que se enfrentaron a gritos e insultos cerca del monumento. Unos defendían a Zapatero con lemas como "No estás solo", mientras otros daban vivas a España y criticaban al presidente del Ejecutivo.

Miles de personas hicieron cola durante todo el día para poder visitar el interior del cilindro, un espacio de color azul cobalto que se encuentra dentro de la estación de Atocha, bajo tierra, y es el lugar, según los arquitectos, donde se puede descubrir el verdadero significado de la estructura: "Un espacio que crea emociones, una mirada desde dentro".

La inauguración de este monumento no fue el único homenaje celebrado ayer por las víctimas del terrorismo. La presidenta de la Comunidad y los portavoces del PSOE e IU en la Asamblea de Madrid, Rafael Simancas y Fernando Marín, depositaron una corona de laurel junto a la placa que recuerda a las víctimas del 11-M en la Puerta del Sol, un acto al que también asistió Mariano Rajoy y la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Ángeles Domínguez. Pilar Manjón no acudió, a pesar de haber sido invitada. En la ceremonia sonó el Réquiem de Mozart y el himno nacional, vitoreado por parte del público. Al acabar el acto, unas pocas personas entre el público jalearon a Rajoy con vítores a Franco.

También hubo homenajes a los muertos en las estaciones de tren de El Pozo y Santa Eugenia, donde en 2004 explotaron varias de las bombas y que ayer se convirtieron en improvisados altares con ramos de flores, velas, carteles y críticas al Gobierno de Aznar por su actuación en la guerra de Irak. Un millar de personas partició en estos homenajes. Y otras tantas acudieron al acto que se celebró en Alcalá de Henares en honor a las víctimas del atentado del 11-M, que costó la vida a 27 vecinos de este municipio.

Día Europeo de las Víctimas

También la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y dos asociaciones de víctimas de Irlanda e Italia leyeron un manifiesto en la Plaza de la Villa de Madrid con motivo del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, que se celebra todos los 11 de marzo desde la masacre de Madrid. Los asistentes portaron banderas españolas y velas, además de unas pancartas que repartió la AVT con el lema Memoria, Dignidad y Justicia. En el acto de Madrid participaron unas 300 personas.

El manifiesto fue leído en otras 51 ciudades españolas y en varias localidades europeas. Las concentraciones de Barcelona, Valladolid, Burgos, Jaén, Oviedo, Alicante, Pamplona, Valencia Córdoba y Sevilla contaron con la presencia de cientos de personas.

En el Círculo de Bellas Artes de Madrid se dio a conocer la Red Europea de Víctimas del Terrorismo, que celebró su primer acto oficial, titulado La voz de las víctimas. En la reunión participaron varios afectados por actos terroristas -entre ellos, José Antonio Ortega Lara, quien estuvo secuestrado por ETA 532 días- provenientes de toda europa que compartieron sus vivencias y expectativas. La presidenta de la Red Europea, María Lozano, apuntó que su organización está financiada en un 80% por la Dirección general de Libertad, Seguridad y Justicia, de la Comisión Europea, mientras que el 20% restante es aportado por asociaciones de miembros. Lozano contó que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero les remitió una misiva en la que felicitaba "esta iniciativa para coordinar la unión de las víctimas".

Inauguración del monumento a las víctimas del 11-M erigido en Atocha.
Inauguración del monumento a las víctimas del 11-M erigido en Atocha.CLAUDIO ÁLVAREZ
Interior del monumento, con los nombres de los fallecidos en el 11-M.
Interior del monumento, con los nombres de los fallecidos en el 11-M.AP
Flores en las vías de la estación de El Pozo.
Flores en las vías de la estación de El Pozo.GORKA LEJARCEGI

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