_
_
_
_
_

Touriño se ausenta del Parlamento para no votar el dictamen contra la gestión del PP

Discrepa de la decisión del PSdG y del BNG de remitir el informe a la fiscalía

El último pleno del año en el Parlamento gallego acabó en desconcierto. En un gesto insólito que tomó por sorpresa a los diputados de los tres grupos políticos, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, dejó solo a su grupo y al BNG en la votación del pleno de la Cámara que ayer aprobó remitir al fiscal el dictamen de la comisión de investigación de la Cidade da Cultura. Este complejo, que se construye en un monte de Santiago de acuerdo con el diseño del arquitecto norteamericano Peter Eisenman y que fue puesto en marcha por Manuel Fraga al final de su mandato, fue objeto de un demoledor informe por el Consello de Contas de Galicia

Con el abandono de su escaño, apenas unos segundos antes de la votación, Touriño quiso evidenciar su disconformidad con la decisión de enviar las conclusiones de la comisión de investigación al ministerio fiscal, en coherencia con su oposición a la "judicialización de la vida política". En una rueda de prensa posterior al pleno en la que no admitió preguntas, el presidente recordó que siempre ha mantenido ese criterio, en la oposición y ahora al frente del Gobierno. La función del Parlamento, subrayó, es poner "luz y taquígrafos con transparencia y rigor". "Y ahí acaba su función".

En busca de una salida que diese satisfacción a Touriño, el PSdeG intentó una transacción (para la que era imprescindible el concurso del BNG y del PP) que eliminase la referencia a la fiscalía. Pero fue imposible.

Moneda de cambio

El grupo socialista, según fuentes del PSdeG, asumió la propuesta del BNG de enviar el dictamen al fiscal a sabiendas de la postura en contra del presidente de la Xunta pero con la esperanza de poder utilizarla como moneda de cambio en una posterior negociación con el PP. PSdeG, PP y BNG trataron de llegar a un acuerdo unos minutos antes de votar, pero no lo consiguieron. Fue en ese momento cuando Touriño, para sorpresa de la mayoría de los presentes y tras hablar brevemente con su portavoz parlamentario, se levantó del escaño y abandonó el hemiciclo.

Su ausencia, sin embargo, no condicionaba el resultado de la votación, que no dejó lugar a dudas sobre la voluntad de la Cámara: 37 votos a favor y 33 en contra de la resolución que establece la responsabilidad política del PP en la mala gestión de la Cidade da Cultura y que obliga a enviar las conclusiones al fiscal.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El dictamen señala como principal responsable de la desviación presupuestaria del proyecto (que pasó de 108 a 475 millones euros) al ex conselleiro del PP Jesús Pérez Varela y pide que se investigue su patrimonio.

Fuentes próximas al presidente reconocieron que, "ciertamente, el grupo socialista quedó atrapado en la estrategia mantenida por el BNG hasta el último minuto" y "no tuvo más remedio que ceder para que fuese aprobado un dictamen que, para los socialistas, sólo tiene el defecto de su remisión al fiscal". Sin embargo, "el presidente demostró que él no es, ni será nunca, rehén ni prisionero de nadie", en referencia al BNG. "Sólo atiende principios y convicciones", subrayaron las mismas fuentes. El PP no tardó en atribuir lo sucedido a un nuevo desencuentro entre socialistas y nacionalistas. "Escenifica la debilidad y cobardía política del presidente, que cuando surge algún problema opta por desaparecer", aseguró a través de un comunicado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_