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Tráfico descarta su plan de llegar a 2.000 radares en 2012

Elsa Granda

La Dirección General de Tráfico instalará entre 150 y 200 radares fijos al año. No más. Y se establecerá un techo; un número máximo. "No puede haber un crecimiento infinito", señaló ayer el responsable de ese departamento, Pere Navarro, en un desayuno informativo de Nueva Sociedad Fórum.

En su intervención apuntó que el debate sobre cuál será el número definitivo de radares no está cerrado y que se establecerá en función de la longitud de la red de carreteras y de la comparativa europea. Una vez alcanzado ese límite, para colocar un radar en otro punto habrá que quitarlo de alguna ubicación. "Es una idea que se está conformando en Europa y está bien". Una teoría que está muy lejos del "habrá radares para todos" que Navarro ha pronunciado no hace mucho tiempo.

De esta forma, el Gobierno renuncia a llegar a los 2.000 radares en las vías españolas en esta legislatura, tal como se reflejaba en el programa electoral socialista, y habían reiterado tanto Navarro como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (éste, en León en junio de 2008). Actualmente existen 520 radares fijos y 260 móviles. Para alcanzar los 2.000, al nuevo ritmo de implantación anunciado ayer, habrá que esperar unos ocho años.

Tráfico también ha llegado a la conclusión de que no "compensa" la instalación de cinemómetros fijos en carreteras de un solo carril por sentido con una intensidad de circulación menor de 6.000 vehículos diarios, donde prefiere que actúen los radares móviles.

50.000 carnés retirados

El portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso [primer ministro del Interior de Zapatero, que fichó a Navarro con el encargo de poner en marcha el carné por puntos], fue el encargado de presentar a su ex director general, y señaló que desde julio de 2006 unos 50.000 conductores han perdido el carné al agotar el saldo de puntos.

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El director de Tráfico señaló que cada año se quedan sin permiso 15.000 personas, un 0,06% del censo de conductores. "Son pocos", ha dicho, "pero pueden hacer mucho daño". También reiteró que no se elevarán los límites de velocidad, señaló que 102.000 conductores fueron denunciados en 2009 por conducir ebrios y aclaró que la recaudación de las multas seguirá estando destinada a programas de seguridad vial, pero no "para subvencionar a las víctimas directamente".

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