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El Tribunal Supremo absuelve al concejal que llamó "fascista" a Díaz de Mera

El socialista Tomás Blanco Rubio calificó al entonces alcalde popular de Ávila con los términos de "fascista", "renegado" y "lleno de complejos"

El Tribunal Supremo ha anulado una sentencia dictada en junio de 2002 por la Audiencia Provincial de Ávila que condenó al ex concejal socialista en dicha ciudad Tomás Blanco Rubio a indemnizar con 6.000 euros al por entonces alcalde popular, Agustín Díaz de Mera, por referirse a él durante una rueda de prensa con expresiones como "fascista", "renegado" y "lleno de complejos".

El alto tribunal considera que estas expresiones no supusieron ninguna intromisión en el derecho al honor del ex primer edil -que meses más tarde fue nombrado director general de la Policía, cargo que ocupaba cuando se produjeron los atentados del 11-M-, porque "con independencia de lo desafortunado de las mismas y de su adecuada consideración como exceso verbal que debe evitarse", deben situarse "dentro de lo que constituye la lucha política partidista".

El Tribunal Supremo especifica que si a ello se añade que, como la propia Audiencia Provincial reconoce, tenían su origen en la respuesta política a otras manifestaciones anteriores de Díaz de Mera que afectaban a Blanco en su actuación política como concejal de Ávila, ha de concluirse que no existe una intromisión ilegítima en el honor del demandante", entonces alcalde de esa ciudad.

Las palabras de Blanco Rubio

Blanco Rubio criticó al entonces alcalde abulense en una rueda de prensa celebrada el 28 de enero de 2001 y sus expresiones fueron transcritas en el Diario de Ávila del día siguiente. El Juzgado de Primera Instancia número 4 de la ciudad desestimó la demanda de Díaz de Mera y éste apeló ante la Audiencia Provincial, que condenó al concejal socialista al considerar que sus manifestaciones produjeron una intromisión ilegítima en el honor del ex primer edil.

En su rueda de prensa, el concejal del PSOE llamó a Díaz de Mera "fascista", "renegado" y "lleno de complejos", le acusó de presionar sistemáticamente a técnicos municipales, insinuó "supuestas barbaridades" cometidas por su equipo de gobierno y dijo también que le gustaba mucho "la empresa en la que coinciden casos urbanísticos con beneficio de particulares".

Blanco señaló que el ex alcalde tenía "lagunas intelectuales suplidas por la pedantería" y le acusó de tratar de imponer un estado policial y fascista en la ciudad sirviéndose de "dimes y diretes".

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