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UPN decide romper con el PP

Los socios navarros de Rajoy aprueban en masa abstenerse en los Presupuestos para no perjudicar al PSOE, el partido que les garantiza el Gobierno regional

El consejo político de Unión del Pueblo Navarro (UPN) acordó ayer, con el 91% de sus votos, una resolución política de respaldo a la decisión de su presidente Miguel Sanz de abstenerse en la votación del Congreso sobre los Presupuestos Generales del Estado, con lo que ayudaría a que pudieran salir adelante las cuentas del Gobierno. El resultado de la votación fue de 163 votos a favor de la abstención, cinco en contra y 12 abstenciones. Los dos diputados que tienen que ejecutar la orden el día 23, Santiago Cervera y Carlos Salvador, se abstuvieron ayer para mostrar su rechazo a la decisión de su partido, con lo que queda la incógnita de saber cuál será el sentido de su voto en el Parlamento. Uno de ellos, Cervera, ya se manifestó en público partidario de votar junto al PP en contra de los presupuestos.

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La decisión del regionalismo navarro es un auténtico órdago a su socio nacional, el PP, y puede conducir a la ruptura de los acuerdos que ambos suscribieron en 1991 y a la refundación del PP en Navarra, si los populares cumplen las advertencias en tal sentido trasladadas por el propio Mariano Rajoy a sus socios navarros.

Los algo más de 200 miembros del Consejo Político de UPN se reunieron en el hotel Iruña-Park de Pamplona, el mismo en el que hace 17 años acordaron fusionarse con los populares para ser la lista más votada y alcanzar así el poder en Navarra, del que no se han apeado desde entonces. Según dirigentes regionalistas, el debate fue intenso pero educado, registrándose varias docenas de intervenciones a favor y en contra de la abstención.

La mayoría del consejo político de UPN, como se demostró ayer, ha respaldado la apuesta política de Miguel Sanz, presidente de la comunidad, en la creencia de que una abstención permitirá al centro derecha navarro seguir en el Gobierno de la Comunidad Foral, con el apoyo de los socialistas navarros. La trascendental reunión duró más de dos horas y UPN mostró su amplio respaldo a Sanz, al que hoy por hoy son los socialistas quienes le garantizan la gobernabilidad en esta comunidad. No obstante, se notaba preocupación en los rostros de muchos dirigentes de UPN. Conscientes de que ahora sólo queda esperar la respuesta del PP, el sector próximo a Miguel Sanz insistía en que la abstención no rompe los pactos. Sanz explicó anoche que "la voluntad de UPN no es romper el pacto con el PP y que si esto se produce, vendrá de la otra parte". Y añadió que la apuesta de UPN es "presentar bloques de enmiendas parciales conjuntamente con los presupuestos". Para los diputados díscolos, sugirió que UPN dispone de mecanismos disciplinarios.

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Dirigentes de UPN afines a los populares acusaron a Sanz de deslealtad y "egoísmo", en palabras de un miembro del consejo. Aunque el PP esperará al día 23 de octubre para comprobar el sentido del voto de los dos diputados navarros, en el ánimo de muchos de ellos está el deseo de volver a Navarra y "empezar a repartir carnés de nuevo", en expresión de un ex dirigente popular en Navarra. "Nos cuentan que todo esto es vital para evitar que gobierne el nacionalismo vasco, pero ocultan que quien verdaderamente ha trabajado con eficacia todos estos años para que eso no ocurra ha sido el PP", añadían.

Sin embargo, hasta el día 23, cuando se voten los presupuestos en la Cámara, no se sabrá el resultado final de la apuesta de Sanz. Ni tampoco si ha merecido la pena, dado que el Gobierno aún no ha llegado a un acuerdo parlamentario que le garantice la mayoría necesaria.

El presidente de Navarra, Miguel Sanz, acompañado de la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina.
El presidente de Navarra, Miguel Sanz, acompañado de la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina.EFE

Una unidad muy rentable para ambas partes

Unión del Pueblo Navarro y el Partido Popular firmaron sus pactos de fusión en 1991 bajo la apremiante necesidad de convertirse en la lista más votada de Navarra. Ésa era la premisa que en ese momento marcaba el Amejoramiento del Fuero para alcanzar de forma automática el Gobierno de la Comunidad foral. El resultado en estos años ha sido muy satisfactorio para ambos partidos. En todas las convocatorias electorales, UPN ha sido la lista más votada, alcanzando techos electorales antes desconocidos. Salvo los 14 meses (1995-96) en que Navarra fue gobernada por el Ejecutivo tripartito que encabezó el socialista Javier Otano y que integraban el PSN-PSOE, Convergencia de Demócratas de Navarra y Eusko Alkartasuna, Navarra ha estado dirigida desde entonces por dos presidentes de UPN, Juan Cruz Alli y Miguel Sanz.

La unidad con los populares ha garantizado a UPN un representante en el Parlamento Europeo y presencia en los órganos de dirección del PP, además de una línea de comunicación directa con los Ejecutivos de Aznar. Aunque con altibajos, han sido habituales los acuerdos presupuestarios e institucionales con la oposición socialista, que lucha aún hoy por salir del pozo electoral en el que le situaron algunos escándalos de corrupción.

La unidad UPN-PP ha sido hegemónica en lo electoral y muy estable en lo político, aunque los regionalistas recuerdan que han tenido que tragar sapos, como los pactos populares con el PNV y los recursos de Gobiernos del PP de otras comunidades contra normas fiscales forales.

La llegada al Congreso de una diputada de Nafarroa Bai, Uxue Barkos, que obtuvo gran relevancia mediática hablando en nombre de Navarra, motivó sucesivas maniobras de UPN ante la dirección del PP para tener voz propia en el Congreso y salir del anonimato en el que estaban sus diputados. El PP respondió garantizando a UPN voz propia en los asuntos que afectasen a Navarra y aceptando la cláusula 7.2.C en la que Sanz se basa ahora para justificar que UPN puede votar autónomamente sin romper los pactos. Muchos regionalistas critican que la confrontación del PP con el PSOE deja poco margen para negociaciones muy importantes de UPN con los socialistas navarros.

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