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Un guardia civil condenado por torturas, seleccionado para ascender a alférez

Un sargento de la Guardia Civil, José María de las Cuevas Carretero, ha sido seleccionado por la dirección general del Cuerpo para el curso de ascenso a alférez, pese estar condenado por la Audiencia de Vizcaya a cuatro años de prisión y seis años de inhabilitación especial por torturar al etarra Kepa Urra en 1992. El fiscal ha recurrido al Supremo para que rebaje la sentencia. Las normas de la convocatoria del curso establecían para los aspirantes la condición de "no estar procesado por delito doloso". Con De las Cuevas fue condenado el capitán Manuel Sánchez Corbi, al que se le ha dado la cruz con distintivo rojo por intervenir en la liberación de José Antonio Ortega Lara, secuestrado por ETA.

El caso Urra alcanzó en su día notable proyección pública al ser denunciado por Amnistía Internacional y por el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, cuyo convenio fue suscrito por España en abril de 1989. El suplicio sufrido por Kepa Urra planteó de nuevo en los foros internacionales la duda de que los malos tratos policiales se hubiesen erradicado.La Audiencia de Vizcaya dictó el pasado 7 de noviembre -casi seis años después de ocurridos los hechos- una sentencia condenatoria contra los guardias civiles José María de las Cuevas Carretero, Manuel Sánchez Corbi y Antonio Lozano García. El fallo judicial les considera autores de un delito de torturas, declarando probado que el 29 de enero de 1992 fueron ellos los que "condujeron al detenido [Kepa Urra] hasta una zona de monte y allí le sometieron a los malos tratos que generaron las lesiones".

Urra, hoy encarcelado en El Puerto de Santa María (Cádiz), fue arrestado en Basauri (Vizcaya). Después, "los tres agentes le desnudaron, le golpearon con un objeto no identificado y le arrastraron por el suelo al tiempo que le preguntaban por su nombre, que en ese momento desconocían, por el lugar donde se hallaba un zulo y las armas, así como por los nombres de sus compañeros", según el fallo judicial.

La sentencia establece también que Urra fue trasladado al cuartel de La Salve, en Bilbao, donde el forense lo encontró inconsciente en su celda unas horas más tarde. Los médicos del hospital de Basurto le diagnosticaron policonstusiones, rabdomiolisis -rotura de fibras musculares con liberación de sustancias en sangre-, inhibición psicomotora y amnesia.

Dos folios de lesiones

La minuciosa descripción de las lesiones de Urra ocupa dos folios en la sentencia del tribunal, presidido por Joaquín Giménez García. Este magistrado, contra el que ETA tenía planes recientes de secuestro, proclamó el miércoles que la "grandeza" del sistema democrático estriba, precisamente, en que la tutela judicial también protege "a los que ponen bombas o pueden atentar contra nosotros".Junto a De las Cuevas y Sánchez Corbi, otros cuatro guardias civiles fueron imputados en 1994 por el juzgado de Instrucción número 8 de Bilbao en el procedimiento abreviado relativo a las torturas al etarra. La vista oral se celebró a fines de septiembre de 1997.

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El sargento fue enjuiciado al tiempo que tenía solicitado participar en el curso de alférez y estaba a la espera de ver su nombre en la relación de 145 suboficiales admitidos. Obtuvo el número 37 en el concurso-oposición, gracias a los 104,210 puntos obtenidos, según publicó el Boletín Oficial del Cuerpo el 20 de octubre pasado.

La sentencia que condena a los tres guardias civiles está recurrida ante el Tribunal Supremo por el fiscal de Bilbao, que solicita una rebaja de la pena a entre uno y seis meses de arresto. Aunque, por tanto, no es una condena firme, varios jefes y oficiales coinciden en que el director general, Santiago López Valdivielso, debía haber impedido que el sargento hiciera el curso de ascenso.

"Esto contradice la declaración de intenciones del director, que ante decisiones judiciales menos graves contra otros compañeros ha actuado de forma más contundente", señaló un mando del instituto armado. El Régimen Disciplinario de la Guardia Civil estipula como falta muy grave "la práctica de tratos inhumanos, degradantes, discriminatorios o vejatorios" a los detenidos".

De las Cuevas, destinado en la Unidad de Servicios Especiales, fue condecorado en 1997 con dos cruces blancas y Sánchez Corbi lo fue con una de plata, otra blanca y dos rojas (estas últimas remuneradas de forma vitalicia). Ambos figuraban entre los agentes que, encabezados por el ministro Jaime Mayor, fueron recibidos por los Reyes el pasado 15 de julio como "libertadores" de Ortega Lara.

La dirección general de la Guardia Civil se limitó a confirmar que el suboficial realiza el curso, que acabará en julio.

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