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Reportaje:

El acusador, acusado

El confuso caso de presuntas extorsiones y sobornos por un centro comercial en Barakaldo

El caso Max Center se ha convertido en un escándalo político con demasiadas sorpresas. Muchas más de las esperadas por el presidente de Mondragón Corporación Cooperativa (MCC), Javier Mongelos, cuando escribió en julio de 1992 al número dos de los socialistas vascos, José Luis Marcos Merino. Mongelos daba cuenta de un presunto intento de extorsión por parte del militante socialista Floreal Crespo y del portavoz del PNV en el Ayuntamiento de Barakaldo (Vizcaya), Juan María Mendizábal. Catorce meses después, un acta notarial acusa en cambio a Mondragón de querer sobornar en tres ocasiones al Ayuntamiento de Barakaldo para hacerse con el control de unos terrenos en ese municipio.El asunto no era ninguna broma: en juego había una exigencia de 100 millones de pesetas para agilizar los trámites urbanísticos necesarios para construir el centro comercial Max Center, promovido por MCC, en el barrio baracaldés de Kareaga. El coste de la obra ascendía de 3.400 millones. Entonces, Mongelos y su brazo derecho, Pedro Mendieta, denunciaron ser objeto de una extorsión "inaceptable".

Un año y dos meses más tarde, cuando en el Juzgado de Instrucción número 3 de Barakaldo se apilan los tomos que recogen la investigación del escándalo, ha surgido la novedad de la mano de la acusación particular, promovida por HB. La letrada y parlamentaria de esta formación Jone Goiricelaia presentó recientemente a la juez un acta notarial firmada por uno de los presuntos implicados, Floreal Crespo; por el alcalde baracaldés, el socialista Carlos Pera, y por dos concejales también del PSE-EE, en la que acusaban directamente al directivo de Mondragón Pedro Mendieta de intentar sobornar al Consistorio con una "aportación económica" si el Ayuntamiento encargaba a la corporación la gestión inmobiliaria de la Vega de Ansio. Estos terrenos, de 447.400 metros cuadrados, están calificados actualmente como suelo no urbanizable.

El pleno municipal reservó la zona como parque, pero nadie sabe aún su utilidad final. "Estamos a la espera de lo que decida el equipo redactor del plan general", señala el concejal de Urbanismo, José Ramón Arteta.

La presentación del acta notarial ha abierto nuevas líneas de investigación en el caso. "El acusador se ha convertido en acusado. Mendieta deberá explicar aún muchas cosas en este caso", anuncia el defensor de Crespo, Félix Rojo. De momento, la semana pasada tuvo que comparecer ante la juez el propio Javier Mongelos, quien "por supuesto" negó todo intento de soborno.

Sin embargo, Mendieta, en su declaración del pasado mayo, admitió ante la juez que en su entrevista del 16 de julio con Crespo "salió el tema de una actuación futura en la Vega de Ansio". Aún se desconocía el acta notarial de Crespo en la que se afirma que en dicha reunión Mendieta "manifestó un interés especial" por la Vega de Ansio y "barajó la posibilidad de una aportación económica". ¿Por qué ha tardado tanto en aparecer el acta de Crespo que implica directamente a MCC en un intento de soborno? El alcalde Carlos Pera conocía, por boca de Floreal Crespo, este intento de soborno pero no explicó en su declaración por qué no lo denunció.

Un anónimo

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Mendieta parece estar tranquilo, aunque mantiene un silencio sepulcral ante la prensa. Con todo, es una de las personas que más han cambiado su testimonio desde que saltó el escándalo, a fines de noviembre de 1992: primero implicó a Crespo y a Mendizábal; luego exculpó al concejal nacionalista en un "acto de debilidad", según reconoció ante los periodistas, y debido a las presiones de Mendizábal, según consta en las diligencias.Quien también deberá acudir a los juzgados de Barakaldo será el máximo responsable de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui. La acusación particular considera que su testimonio puede aclarar un entuerto que saltó a la luz después de que alguien dejase en la recepción del rotativo El Correo la carta que implicaba a Crespo y a Mendizábal. Para algunos, la clave de este escándalo estaría en las intenciones de quien filtró la misiva.

Algunas fuentes apuntan que este escándalo es un episodio más de una lucha en el seno del PSE para controlar el partido en su feudo de la margen izquierda de la ría del Nervión. Lo cierto es que Marcos Merino exigió a Pedro Mendieta que se le trasladasen las acusaciones por escrito. La Cooperativa Mondragón asegura que no filtró la carta. Según el periodista que destapó el caso, "la carta fue enviada a la ejecutiva del PSE, desde la cual se envía a su secretario general, y éste le remite una copia a Carlos Pera, quien entrega varias copias, una de ellas a Floreal Crespo, el cual a su vez entrega más copias". Por el contrario, Marcos Merino, en su declaración judicial dice que "hace una sola copia, de la que borra el nombre del destinatario, y se la entrega a la ejecutiva provincial y que no hay más copias". La carta publicada por El Correo no tiene destinatario.

Nada más hacerse público el escándalo, el PNV y el PSE-EE se desmarcaron del intento de extorsión. La ejecutiva socialista de Vizcaya suspendió de militancia a Crespo -miembro de ese órgano de octubre de 1988 a mayo de 1989- y solicitó su expulsión definitiva, aún pendiente. La ejecutiva del PNV fue mucho más benévola. En un principio aseguró que tenía la "intención de llevarlo hasta sus últ¡mas consecuencias", pero únicamente apartó a Mendizábal de todos sus cargos públicos.

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