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Valencia: Rita sin oposición

La alcaldesa del PP se enfrenta a un nuevo y casi desconocido candidato

Rita Barberá lleva 20 años como alcaldesa de Valencia. Incluidas aquellas elecciones de 1991 en las que llegó a la alcaldía, ha tenido cinco oponentes distintos. Y el próximo 22 de mayo se enfrentará al sexto, Joan Calabuig.

La capacidad de la regidora para centrifugar los problemas que acechan a la ciudad de Valencia le ha permitido sortearlos con una pericia destacable. Y si por algo se ha caracterizado en esta legislatura ha sido por sus continuas acusaciones al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al que culpa de todos los males, incluida la grave deuda en la que está sumido el Ayuntamiento valenciano. Su enfrentamiento con el Ejecutivo central ha tenido especial significación en la pugna por llevar a cabo un proyecto de urbanización que implica la destrucción del barrio marinero de El Cabanyal, un pulso que, de momento, no se ha resuelto.

Sin embargo, su principal y más efectiva enseña es la calle. Mientras llena el centro de la ciudad de flores, se pasea por el mercado, debate en la peluquería y no duda en pararse con quien la reconozca, algo que después de cinco legislaturas es más que fácil, mantiene su peso dentro del PP y ante un candidato autonómico, Francisco Camps, que precisa de la capital valenciana para su propio sostén. No en vano, ha apoyado y acompañado al presidente de la Generalitat valenciana, imputado por corrupción, para después desafiar a sus votantes aupando hasta el número tres a uno de sus concejales, también inmerso en una causa judicial, imputado por prevaricación.

Las encuestas apuntan a que Barberá podría perder votos y, sin embargo, ganar un concejal más por la dispersión del apoyo en la izquierda.

Mientras, Joan Calabuig trata de asomar la cabeza con una candidatura que surgió de unas primarias que ganó como fruto de las componendas del PSPV. Pese a contar, entonces, con el apoyo del aparato del partido, el hecho es que el candidato socialista es aún ahora casi desconocido para los valencianos, lo que, unido al descontento por la situación de crisis, podría desencadenar la entrada de Esquerra Unida en el Gobierno municipal. La otra incógnita es si la coalición Compromís logra el apoyo suficiente para tener representación en el Ayuntamiento de Valencia.

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