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¿Vamos a ARCO? Son 32 euros

IU considera "disparatado" el precio de la entrada.- La directora de la feria dice que "sólo se ha subido dos euros respecto al año pasado, el IPC"

Arco ha abierto hoy las puertas de su 27ª edición con un renovado diseño arquitectónico y la incorporación de dos nuevos pabellones, que acogen a 294 galerías de una treintena de países. Aunque los dos primeros días sólo pueden visitarla profesionales y periodistas, el público en general podrá recorrerla del 15 al 18 tras pagar una entrada de 32 euros, dos más que el año pasado y que en 2006. La portavoz de Las Artes del Grupo Municipal de Izquierda Unida (IU) en el Ayuntamiento de Madrid, Milagros Hernández, califica de "disparatado" el precio de la entrada y considera además que cobrar semejante cantidad por visitar la principal feria de arte contemporáneo del país "fomenta el elitismo cultural". La directora de la feria, Lourdes Fernández, responde que "sólo se ha subido dos euros respecto al año pasado, el IPC".

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ARCO se puede visitar los días 15,16 y 17 de 12 a 21 horas, y día 18 de 12 a 18 horas. La entrada general cuesta 32 euros y hay un precio reducido de 21 euros para estudiantes, pero no para jubilados, según han informado a esta web fuentes de la feria. No existe ningún tipo de abono. El año pasado costaba entrar 30 euros y, en 2006, el precio era el mismo, 30 euros. Desde sus orígenes, los precios de las entradas siempre han sido altos, pero experimentaron un importante incremento en 2005. Ese año, no había precio único sino diferentes tarifas. Las entradas más baratas costaban un 26,3% más que en 2004 al pasar de de 19 a 24 euros. Las más caras se incrementaron un 30,4% (de 23 a 30 euros).

Pero, ¿quién fija estos precios, la feria de Madrid (Ifema) o ARCO? Entrevistada por esta web, la directora de ARCO no ha querido entrar en polémicas con IU, salvo aclarar que "ARCO es Ifema", por lo que los precios los pone la institución ferial madrileña. Al respecto, rechaza el pretendido carácter público de la cita y recuerda que Ifema es un consorcio en el que participan la Comunidad, el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio e Industria de Madrid (cada uno en un 31%), además de Caja Madrid (con el 7% restante), y que estas cuatro instituciones forman parte de los órganos de gobierno del recinto ferial. Las ferias no reciben subvenciones: "Arco se autofinancia. Tenemos un presupuesto de siete millones de euros que procede de nuestros patrocinadores y expositores", dice Fernández.

"Se veta a la gran mayoría de los ciudadanos"

Sobre los 32 euros, la directora de la cita cultural se pregunta cuánto vale un concierto o una noche de copas, a lo que añade que el precio está estipulado desde los inicios y no se ha incrementado de forma brusca, sino que aumenta proporcionalmente. "Ha subido dos euros, el IPC", sentencia. Y a las pruebas de remite: "Somos una feria con 198.00 visitantes el año pasado". Visitantes que pueden, además de mirar, llevarse una obra a casa. Los precios van desde los tres millones de euros en los que está valorada la obra de Picasso Retrato de mujer en un sillón, en la galería barcelonesa Oriol, a los 700 euros que cuesta ofrece dibujos a color del francés Ben en 1900+2000 e, incluso, los 25 euros que ecuesta la pieza vaciada en yeso de Benjamín Torres titulada Contenido Neto, 2006, en el espacio de La Caja negra.

Frente a estos datos, IU considera en una nota de prensa que "fijar un precio de entrada de 32 euros es simplemente cerrar la cultura a las clases sociales con menos posibilidades económicas y, en consecuencia, fomentar un elitismo que desde las administraciones públicas se ha de combatir". Según la concejal de IU, "no se puede hablar de acercar la cultura a la gente cuando en una feria de la importancia mundial de Arco de alguna manera se veta a la gran mayoría de los ciudadanos con unas tarifas desorbitadas que difícilmente pueden asumir".

Hernández ha enmarcado esta política "en una más genérica que obedece a los postulados de la derecha y que se traduce en entender la cultura como un bien de consumo y que se reduce en su mayoría a gastar grandes cantidades de dinero en grandes espectáculos mientras que la actividad de los barrios y distritos se abandona". "No se trata de ir de inauguración en inauguración de eventos culturales para posar en la foto. Para IU se trata de que la cultura sea un derecho para todos y todas, garantizado desde el poder público", ha recalcado.

Un visitante contempla <i>Viva Fidel Zombie</i>, del español Eugenio Merino.
Un visitante contempla Viva Fidel Zombie, del español Eugenio Merino.REUTERS

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