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De la Vega culpa al segundo de Salgado de la nueva "confusión" del Gobierno

La rivalidad entre las vicepresidentas aflora por el sueldo de los funcionarios

Luis R. Aizpeolea

La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, responsabilizó ayer al secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, número dos de la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, de la "confusión" creada por el Gobierno sobre la retribución de los empleados públicos. Fernández de la Vega aseguró, tras el Consejo de Ministros, que el Gobierno "no se ha planteado en ningún momento" modificar el acuerdo salarial de los funcionarios al que ella misma llegó con los sindicatos en septiembre, en contra de lo que sugirió el pasado miércoles el secretario de Estado de Hacienda.

La vicepresidenta primera aclaró que en el Consejo de Ministros, celebrado hace dos semanas, en el que el Ejecutivo aprobó el plan de reducción del gasto de personal de la Administración en un 4%, quedó claro que ésa medida era "absolutamente compatible" con el cumplimiento del acuerdo salarial firmado por ella con los sindicatos.

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Llueve sobre mojado, porque este incidente se produce tres semanas después de que la misma vicepresidencia económica enviara a Bruselas un texto en el que introducía como hipótesis el cómputo de la retribución de la pensión por jubilación de los 15 a los 25 últimos años de cotización, lo que provocó otro gran revuelo.

El nuevo incidente se produce, además, al inicio de los trabajos de la comisión que busca acuerdos contra la crisis, y que está presidida por Salgado. Pese a que la exclusión de De la Vega de la comisión aparecía justificada por el contenido económico de ésta, su ausencia fue muy comentada en los medios políticos. Hasta ese momento, ella siempre había estado presente en los principales organismos del Gobierno. De ahí que comenzara a especularse, incluso, con una rivalidad entre ambas vicepresidentas.

Ayer, Fernández de la Vega tuvo que responder a una pregunta sobre este asunto en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Dijo, con una sonrisa, que mantiene con Salgado "una relación personal y política muy buena desde 1983". No obstante, quiso dejar clara su autoridad en el Gobierno, y desautorizó abiertamente al número dos de la vicepresidenta económica. De la Vega estaba el miércoles en Bruselas cuando se enteró de las declaraciones de Ocaña. Llamó a Salgado y le exigió la rectificación de su número dos. Salgado lo desautorizó el jueves y Fernández de la Vega lo hizo ayer, con rotundidad. Atribuyó la "confusión" a Ocaña y afirmó: "Lo que firma el Gobierno, se cumple".

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Además, aludió a los errores de comunicación en la vicepresidencia económica, que son un clamor, al señalar: "Siempre se pueden hacer las cosas mejor".

Sáenz de Santamaría y Alonso, tras reunirse ayer en el Congreso.
Sáenz de Santamaría y Alonso, tras reunirse ayer en el Congreso.CRISTÓBAL MANUEL

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