_
_
_
_
_

El Yak-42 estuvo retenido seis horas en su última escala, que Trillo cifró en 90 minutos

Defensa espera al resultado del análisis toxicológico para saber si los pilotos tomaron alcohol

Miguel González

El avión Yakovlev ucranio que se estrelló el pasado 26 de mayo en Trebisonda (Turquía) con 62 militares españoles a bordo estuvo retenido durante seis horas -y no 90 minutos, como dijo el ministro de Defensa- en su última escala antes de estrellarse, en el aeropuerto de Bishkek (Kirguizistán). Este dato se deduce de la documentación entregada por Federico Trillo-Figueroa al Congreso y ha sido confirmado por EL PAÍS en fuentes de Eurocontrol. Fuentes de Defensa matizaron ayer que el avión salió de Ucrania a las 12.40 del día 24, 12 horas antes de lo que se ha dicho hasta ahora.

Más información
El PSOE reclama a Defensa toda la documentación sobre accidente del Yak-42

Trillo-Figueroa intentó el jueves precisar en el Congreso el horario de vuelo del Yak-42. Según dijo, el avión salió de Ucrania con una sola tripulación (de seis personas, entre ellas dos pilotos), que fue relevada, durante la escala que hizo en Estambul para repostar, por otra tripulación doblada (de 13 personas, cinco de ellas pilotos). Esta última debía ser relevada a su vez por la anterior, una vez descansada, durante la parada en Trebisonda, donde se produjo el siniestro.

En total, dijo el ministro, el periodo de actividad de la primera tripulación fue de doce horas y 55 minutos; mientras que el de la segunda tripulación doblada fue de 17 horas y 15 minutos.

Trillo-Figueroa hizo hincapié en estos datos para demostrar que, en contra de lo publicado por EL PAÍS y otros medios, ninguna de las tripulaciones había superado el tiempo máximo de actividad previsto en la normativa española, fijado en 18 horas y media, ni tampoco en la ucrania, de 18 horas y 45 minutos.

Los dos periodos de actividad citados por el ministro en el Congreso suman en total 30 horas y diez minutos, mientras que el vuelo, según los datos suministrados por Trillo-Figueroa, había salido de Ucrania a las 00.40 horas GMT (dos horas menos en España) del 25 de mayo y se estrelló a las 01.15 del 26 de mayo, 24 horas y 35 minutos después.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El vuelo duró 12 horas más

En realidad, según admitieron ayer fuentes de Defensa, el ministro incurrió en un error, ya que el avión salió de Ucrania doce horas antes: a las 12.40 del día 24, poco después del mediodía y no de la medianoche.

Según la carta del embajador español en Turquía, que Trillo-Figueroa utilizó en el Congreso para demostrar que se produjo un relevo de tripulaciones, el avión despegó de Estambul a las 5.49 del día 25 de mayo; es decir, a las 2.49 horas GMT.

Eso quiere decir que la primera tripulación, con sólo dos pilotos, trabajó durante más de 14 horas desde que salió de Ucrania. Por su parte, la segunda tripulación, doblada, llevaba trabajando al menos 22 horas y 25 minutos cuando se produjo el siniestro. Por tanto, superó ampliamente los tiempos máximos de actividad previstos en la normativa española y ucrania, a pesar del relevo de pilotos que se habría realizado en Estambul.

¿Por qué se produce este baile de horas? Porque el avión estuvo retenido durante seis horas en su última escala, en Bishkek o Manás, capital de Kirguizistán, y dicha parada no encaja con el horario que dio el ministro. A preguntas del diputado de CiU Carles Campuzano, Trillo-Figueroa dijo que el avión llegó a Manás a las 20.05 GMT del día 25 y despegó rumbo a Trebisonda a las 20.40. Según estos datos, la escala habría durado 35 minutos, pero el ministro dijo en otro momento que había durado 90.

En realidad, fue mucho más prolongada. Y también mucho más temprana. Según la documentación entregada al Congreso, el control aéreo de Afganistán, en manos de EE UU, registró la salida de Ashgabat a las 08.00 GMT del 25 de mayo (no a las 15.30 como dijo Trillo-Figueroa), la llegada a Kabul a las 10.10 (no a las 17.40) y la salida de Kabul a las 11.51 (no a las 18.10). La llegada a Bishkek estaba prevista para las 14.00 GMT. Previsiblemente se cumplió, pues llevaba tres minutos de adelanto sobre el horario.

El siguiente dato lo aporta el plan de vuelo firmado por el comandante del Yak-42 en Manás: "Hora de salida: 20.00 GMT". Seis horas después de su llegada. Fuentes de Eurocontrol, el organismo encargado de coordinar el control del tráfico aéreo en Europa, han confirmado a EL PAÍS que la tripulación del Yak-42 comunicó sucesivos retrasos en su hora de salida desde las 15.30 hasta las 20.12 GMT.

Esta última fue probablemente la verdadera hora de su salida: cinco horas después, el Yak-42 se estrellaba al intentar aterrizar en el aeropuerto de Trebisonda (Turquía). Según el plan de vuelo firmado por el comandante en Manás, la duración estimada del trayecto era de 4 horas y 50 minutos y la autonomía máxima del avión, de 5 horas y 45 minutos.

¿Cómo es posible que casi dos meses después del accidente el ministro facilite en el Congreso un horario de vuelo que no tiene nada que ver con el real? Fuentes de Defensa alegan que Trillo-Figueroa se basó en la caja negra conocida como FDR (Registro de Datos de Vuelo), que se desconecta cuando el avión está parado. Por tanto, los tiempos referidos a los vuelos serían reales, pero no los tiempos de las escalas.

La consecuencia es que el ministro se precipitó al asegurar que la tripulación siniestrada cumplió la normativa sobre tiempos de trabajo y descanso, lo que no sería cierto. La larguísima escala en Manás, provocada por el hecho de que dicho aeropuerto queda cerrado al tráfico aéreo civil cuando operan aviones militares, abre nuevos interrogantes.

En los primeros días se especuló con la posibilidad de que los pilotos hubieran ingerido alcohol durante su estancia en Manás, lo que no encajaba con una escala de sólo 90 minutos (durante la cual repostaron), pero sí con la de seis horas que, sin embargo, es insuficiente para dormir y no interrumpe legalmente el periodo de actividad aérea.

El Ministerio de Defensa no descarta que los pilotos pudieran beber alcohol en Manás, lo que podría haber influido en el "error humano", hasta ahora sin explicación, que llevó al accidente. La confirmación o el desmentido de esta sospecha depende del resultado de los análisis toxicológicos de los restos de los tripulantes. Pese al tiempo transcurrido, aún están pendientes, según dijo Trillo-Figueroa el pasado jueves en el Congreso.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_