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Zapatero: "Ni Bush me lo habría pedido ni yo lo habría aceptado"

El presidente se desmarca de la explicación de Moratinos sobre Guantánamo

Miguel González

Ni el presidente George W. Bush se habría atrevido a pedírselo, ni él lo habría autorizado nunca. José Luis Rodríguez Zapatero se desmarcó ayer de las declaraciones de su ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien justificó el miércoles en el Congreso la decisión del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, de autorizar en febrero de 2002 el paso por España de aviones con presuntos talibanes y miembros de Al Qaeda con destino a la base de Guantánamo.

Moratinos enmarcó entonces la autorización dada por Aznar en el apoyo a la operación Libertad Duradera, que contaba con el aval de Naciones Unidas, la OTAN e incluso la Unión Europea, y descartó cualquier acto ilegal en territorio español, lo que fue celebrado por el portavoz del Grupo Popular, Gustavo de Arístegui. Ayer, al término del Consejo Europeo celebrado en Bruselas, se le preguntó a Zapatero si, a la vista de los argumentos esgrimidos por el jefe de la diplomacia española, que se sentaba en primera fila de la rueda de prensa, él habría tomado la misma decisión que Aznar ante una petición similar.

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Tras recordar que su primera decisión cuando llegó al Gobierno en abril de 2004 fue ordenar la retirada de las tropas de Irak, para irritación de la Administración de EE UU, Zapatero consideró "bastante evidente" que Bush "nunca se habría planteado" hacerle una demanda "de ese tipo".

"Nunca se le hubiera ocurrido", insistió, "y, por supuesto, el Gobierno de España tampoco lo hubiera entendido como positivo, ni lo hubiera aceptado".

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Por si su opinión sobre Guantánamo no hubiera quedado suficientemente clara, el jefe del Gobierno subrayó que el centro de prisioneros, en el que cientos de personas han sido internadas indefinidamente sin acusación ni tutela judicial efectiva, "nunca debió existir", ya que "es un malísimo ejemplo para una gran democracia como Estados Unidos y para el mundo".

Aunque se mostró partidario de que Guantánamo "se cierre cuanto antes" y de que su clausura sirva para que "nunca una democracia pueda poner en marcha algo semejante", aseguró que en la cumbre de Bruselas no se había abordado la propuesta del primer ministro portugués, José Sócrates, para que los países europeos se ofrezcan a acoger a los prisioneros que siguen allí encerrados. La suerte de los alrededor de 250 reclusos que siguen en Guantánamo -algunos de ellos sospechosos de actos de terrorismo, pero sin pruebas válidas en su contra, ya que muchos testimonios se han obtenido bajo tortura- es uno de los principales problemas con que tropieza el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, para cumplir su promesa de cerrar el penal.

Según los datos facilitados por el Ministerio de Defensa a la Audiencia Nacional, siete de las nueve escalas en bases españolas de aviones de EE UU con origen o destino en Guantánamo se produjeron tras la llegada al poder de Zapatero. En 2005, tras saltar el escándalo de los vuelos de la CIA, Moratinos pidió a la embajada de EE UU garantías de que sus aviones militares no transportaban carga o pasaje que pudieran ser indeseados para España, lo que está prohibido por el convenio bilateral de 1988. En 2007, esas garantías volvieron a pedirse por escrito y, además, se excluyeron los vuelos a Guantánamo de las autorizaciones genéricas renovables trimestralmente. Desde el año pasado, los vuelos a Guantánamo deben ser autorizados uno a uno y con un compromiso previo de que no trasladan prisioneros. España, sin embargo, nunca ha inspeccionado estos aviones, por considerar que tienen la categoría de aeronaves de Estado y se lo impide el Convenio de Chicago.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el ministro Miguel Ángel Moratinos, durante la reunión del Consejo Europeo en Bruselas.
El presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el ministro Miguel Ángel Moratinos, durante la reunión del Consejo Europeo en Bruselas.AP

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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