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PRIMER VIAJE DEL PRESIDENTE AL EXTRANJERO

Zapatero y Mohamed VI acuerdan trabajar por un futuro de seguridad y progreso compartido

Los Gobiernos de España y Marruecos "inauguran una nueva era de entendimiento profundo"

La lucha contra la amenaza común del terrorismo y por una política de desarrollo conjunto son los ejes de la "relación estratégica" que el rey Mohamed VI y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acordaron establecer ayer, a fin de evitar cualquier posibilidad de retorno de las tensiones que España y Marruecos han vivido en los últimos años. Su compromiso equivale a "inaugurar una nueva era de entendimiento profundo y de cooperación bilateral", según se dice en el comunicado conjunto difundido tras el encuentro.

"Se trata de fijar objetivos concretos en aquello que necesitan todas las sociedades: seguridad compartida y progreso compartido, porque es lo que esperan de nosotros los pueblos de nuestros respectivos países", explicó en rueda de prensa Zapatero, que aplicó a todo lo tratado en este su primer viaje internacional la misma fórmula de "diálogo y negociación" que propone para los problemas españoles.

Zapatero agradeció la "óptima disposición" del rey a una relación de lealtad y diálogo
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Una importante delegación, integrada por los ministros de Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, e Interior, José Antonio Alonso, así como por la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, y su homólogo de Exteriores, Bernardino León, contribuyó a subrayar tanto la intención del Gobierno español de avanzar enseguida hacia acuerdos concretos como la naturaleza de los problemas planteados.

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La brevedad de la visita, que en total no superó las seis horas, y su carácter de primer encuentro hacen, sin embargo, que la importancia del viaje presidencial de ayer radique, sobre todo, en lo que tuvo de expresión del cambio de tono en las relaciones hispano-marroquíes. El propio Mohamed VI, que acogió con visible satisfacción el relevo gubernamental en Madrid tras las tensiones vividas con José María Aznar, aportó en ese sentido detalles excepcionales que contrastan con la reserva oficial desplegada en torno a la última visita de Aznar a Marraquech, el pasado diciembre, cuando se dio por superada la crisis.

El rey de Marruecos salió ayer a la calle con el jefe del Gobierno español, algo que únicamente suele hacer con el presidente francés, Jacques Chirac, por lo que se refiere a líderes europeos. Además, recibió a Zapatero en su domicilio privado de Casablanca, y no en un palacio. Y, sobre todo, el monarca despidió a los intérpretes y habló con su huésped, en la calle y en su casa, en un correctísimo castellano.Allí donde los representantes del Gobierno precedente hubieron de soportar largas esperas para mantener entrevistas breves, Zapatero fue recibido ayer por la puerta grande y pasó con el rey unas cuatro horas entre reuniones, visitas y un copioso almuerzo.

En ese largo diálogo "informal y amistoso, en el que tocaron todos los temas como personas que acaban de conocerse", según fuentes gubernamentales españolas, el presidente sólo oyó hablar de Ceuta y Melilla cuando, concluido el encuentro, un periodista le preguntó por esas dos ciudades, según dijo el propio Zapatero.

Éste agradeció en público la "óptima disposición" que apreció en su anfitrión para abordar "una etapa de plena cooperación, de pleno diálogo, sustentado en la lealtad recíproca y el diálogo constante" entre España y Marruecos. También expresó su deseo de que el rey Juan Carlos realice cuanto antes, quizá en otoño, el viaje pendiente a Marruecos, y anunció que el jefe del Gobierno marroquí, Driss Jettu, visitará España antes del verano. [Mohamed VI telefoneó ayer por la tarde al Rey para felicitarse por los resultados "prometedores y positivos" del encuentro con Zapatero, informa Europa Press]

El viaje de ayer dio pie para que el presidente mantuviera una sesión de trabajo con el jefe del Ejecutivo marroquí, del mismo modo que los ministros y secretarios de Estado que le acompañaban conversaron con sus homólogos. El resultado quedó recogido en las tres áreas señaladas que van a marcar el futuro de las relaciones bilaterales. Lo primero que ambos Gobiernos van a hacer es estudiar la marcha de los cuatro grupos de trabajo creados en la etapa precedente, para ver si son modificados o mantenidos.

La lucha antiterrorista, que requiere mayor comunicación y concertación de operaciones, la intensificación de las relaciones económicas, con la promesa de más inversiones españolas en Marruecos, y la lucha por una inmigración "legal y ordenada, que permita a los países hacer bien las cosas y a las personas integrarse honrada y dignamente dentro de la realidad", son las tres áreas descritas por Zapatero. Éste subrayó que los españoles "distinguen perfectamente entre los terroristas y su nacionalidad", y que el Gobierno defenderá los derechos de los marroquíes residentes.

El presidente del Gobierno garantizó que España apoyará la candidatura de Marruecos para los mundiales de fútbol de 2010.

José Luis Rodríguez Zapatero saluda en la plaza de la Wilaya a familiares de víctimas del atentado perpetrado en Casablanca en mayo de 2003.
José Luis Rodríguez Zapatero saluda en la plaza de la Wilaya a familiares de víctimas del atentado perpetrado en Casablanca en mayo de 2003.ULY MARTÍN

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