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Zapatero defiende en Nueva York la solidez bancaria de España

Admite el elevado déficit exterior y los excesos del sector inmobiliario

Miguel González

En un Nueva York conmocionado por el tsunami financiero que ha sacudido los cimientos de Wall Street, José Luis Rodríguez Zapatero defendió ayer la solvencia del sistema financiero español, del que dijo que es, "quizá, el más sólido de la comunidad internacional". Lo hizo ante un selecto grupo de directivos de empresas estadounidenses con intereses en España, reunidos en un salón del no menos selecto hotel Waldorf Astoria. Es cierto que sólo media docena de los 30 asistentes eran presidentes de compañías y que un par de sillas quedaron vacías, pero acudieron destacados ejecutivos de firmas como Microsoft, Alcoa, Dow Chemical, Pfizer, IBM, Boeing, Google, Citigroup, Bank of America o Merrill Lynch. Estos dos últimos protagonizaron uno de los episodios de la crisis al comprar el penúltimo al último para salvarlo de una segura bancarrota.

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Tras esbozar un cuadro espectacular del crecimiento económico de los últimos años, que ha llevado a España a superar en renta per cápita a Italia — "lo que deprime mucho al primer ministro Berlusconi"—, Zapatero admitió que se ha producido un "frenazo" (en ningún momento habló de crisis) y citó dos debilidades de la económica española: los excesos del sector inmobiliario y el elevado déficit exterior.

Lo que no tiene España, subrayó, consciente de dónde le dolía a su auditorio, son hipotecas basura, pues el rigor y exigencia del Banco de España ha evitado, dijo, la proliferación de activos tóxicos y ha garantizado que los productos financieros y crediticios españoles sean de "máxima calidad".

El problema es que, precisamente por el déficit exterior, España necesita financiación externa y ahí es donde entra la necesidad de seducir a los empresarios de EE UU, primer inversor extranjero en España. "Estamos encantados de que estén en nuestro país y vamos a darles motivos para que sigan e incrementen su presencia", dijo. Entre esos motivos citó la batería de medidas adoptadas por el Gobierno —de la reducción de cargas administrativas a la privatización parcial de la gestión de aeropuertos—, así como la escasa conflictividad social. "España recuperará pronto la senda del crecimiento pero, mientras tanto, vamos aprovechar para realizar reformas estructurales que faciliten la inversión y la competencia", concluyó.

Del foro empresarial, Zapatero pasó sin solución de continuidad a otro de política exterior, la Foreing Policy Association, ante la que expresó su deseo de ser "un buen amigo de Estados Unidos". El presidente español mencionó diez áreas de cooperación entre los dos países. Entre ellas, América Latina, "un continente joven que crece económicamente pero no en justicia social y estabilidad", y donde Madrid y Washington "tienen el deber de realizar una acción más comprometida y concertada".

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Dentro de su apretada agenda, Zapatero tenía previsto participar anoche en la reunión convocada por el primer ministro británico Gordon Brown para debatir la crisis financiera mundial, que se ha ido desinflando ante la ausencia de algunos de los invitados, como Merke, Sarkozy o Berlusconi.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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