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Zapatero lanza un guiño a Marruecos por superar problemas "nada fáciles"

El presidente español alaba la modernización económica del país vecino

José Luis Rodríguez Zapatero se felicitó ayer de que la confianza entre España y Marruecos les permita "superar de vez en cuando algunos temas nada fáciles". Fue un guiño a la última crisis bilateral, provocada a finales de 2009 por la huelga de hambre de la saharaui Aminetu Haidar, que precisamente hoy reaparecerá en público en Granada, coincidiendo con la celebración de la primera cumbre entre la UE y Marruecos. Horas antes, Zapatero, el primer ministro marroquí, Abbas El Fassi, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, clausuraron un encuentro empresarial patrocinado por la patronal española CEOE y su homóloga marroquí CGEM.

Zapatero dedicó su intervención a elogiar la "apuesta de las autoridades marroquíes por la modernización de su economía y por su apertura al exterior", y a recordar que, incluso en 2009, el peor año de la crisis financiera internacional, el PIB de Marruecos creció más de un 5%, lo que corrobora "la creciente aparición de oportunidades de negocio". Así lo entienden las más de 500 firmas españolas asentadas en el país vecino, aunque las conclusiones del seminario empresarial adoptasen un tono menos triunfalista al de Zapatero, y reclamen, por ejemplo, "la reforma del sector de servicios en Marruecos" o la introducción de "criterios de mayor transparencia" en las licitaciones públicas.

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El presidente español dejó de lado temas más espinosos: como los derechos humanos o la situación del Sáhara. Éstos serán debatidos en la cumbre de hoy, en la que también se abordarán, entre otros asuntos, la cooperación antiterrorista en el Sahel o el conflicto de Oriente Próximo, de forma necesariamente superficial, ya que está previsto que los debates sólo duren en total una hora y media. En ausencia del Rey de Marruecos y de la Alta Representante para la Política Exterior, Catherine Ashton, el protagonista de la reunión será el nuevo presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien ayer viajó a Granada en el avión de Zapatero.

La intervención del presidente español se limitará a una exposición sobre la Unión por el Mediterráneo, que acaba de inaugurar sede en Barcelona. Para España, el éxito de la cumbre es su propia celebración, ya que se trata del primer país árabe que mantiene un encuentro de alto nivel con la Unión. Marruecos obtuvo en octubre de 2008 el Estatuto Avanzado de asociación con la UE y ahora se trata de llenarlo de contenido. Todas las partes coinciden en que el objetivo a largo plazo es la ampliación del Mercado Único al sur, en palabras de Barroso, o la creación de una zona de libre comercio entre los Veintisiete y sus vecinos del Mediterráneo, pero para ello Rabat debería asumir las normativas europeas, lo que no resulta fácil, "teniendo en cuenta la especial situación de algunos sectores muy sensibles", como señalan las conclusiones de la cumbre empresarial.

A corto plazo, Marruecos y la UE deben renovar el Plan de Acción de 2005, que concluye este año, y en 2011, renegociar el acuerdo pesquero, del que España es el principal beneficiario. De momento, las perspectivas financieras de la política de vecindad de la UE para el periodo 2011-13 atribuyen a Marruecos 580 millones de euros, una cifra que supone más del 10% del total y que convierten al reino alauí en el primer beneficiario de estos fondos.

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Zapatero saluda al primer ministro marroquí, Abbas El Fassi, junto al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.
Zapatero saluda al primer ministro marroquí, Abbas El Fassi, junto al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.JULIÁN ROJAS

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