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Zapatero planea una sucesión natural

El presidente ha puesto en rodaje a ministras jóvenes para preparar el recambio - Las claves de la legislatura: más cautela y más voces

Luis R. Aizpeolea

En esta legislatura, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero pretende dar paso a una generación posterior a la suya, con el objetivo de realizar una sucesión natural y ordenada, a la vez que trata de renovar el proyecto socialista para 2012 y 2016. Son dos claves que marcarán su segundo mandato al frente del Gobierno. Con la renovación del proyecto socialista, que ha encargado gestionar al ex ministro de Trabajo Jesús Caldera, Zapatero trata de fijar un horizonte político para el PSOE que sirva de referente internacional por el peso de los socialistas españoles en la izquierda. "Felipe González perdió las elecciones en 1996 no sólo por los escándalos. También había agotado su proyecto", señalan fuentes del entorno presidencial.

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Zapatero ha puesto a rodar a tres ministras de una generación posterior a la suya y que están en la treintena: la de Igualdad, Bibiana Aido; la de Vivienda, Beatriz Corredor, y la de Defensa, Carme Chacón. A ellas hay que añadir a la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín. "Se trata de evitar lo que pasa en el PP y lo que sucedió en el PSOE, que una generación obstaculice el paso a la posterior. Si la nueva generación ya está en los puestos de responsabilidad, no habrá ningún problema, para que cuando llegue el momento, se produzca una sucesión natural y ordenada", dicen fuentes cercanas al presidente.

Zapatero no responde a la pregunta sobre si se presentará para un tercer mandato. José María Aznar no lo hizo. Zapatero aún tiene tiempo por delante. Algunas especulaciones apuntan que podría seguir el modelo británico de Tony Blair: presentarse por tercera vez, en 2012, y, a media legislatura, dar paso a un sucesor o sucesora. Candidatos con posibilidades serían Chacón y José Antonio Alonso, su amigo y portavoz parlamentario. El entorno de Zapatero alega que es "demasiado pronto" para entrar en estos asuntos porque en esta legislatura "pueden pasar muchas cosas que destrocen cualquier especulación".

La apuesta de Zapatero de abrir paso a una generación posterior a la suya ha tenido costes para él, con el malestar de algunos sectores socialistas, que consideran que al saltarse una generación ha menospreciado "capacidad y mérito" de las anteriores. Además de la mirada al futuro, la nueva legislatura de Zapatero tiene otras claves.

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- Primera clave: cautela. "Diálogo, sí. Aventuras, no". Esta respuesta rotunda de Zapatero al nuevo desafío soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe, resume su actitud ante los retos territoriales de la legislatura. También se expresa en su cautela ante el reto territorial más complicado en su inicio, la financiación autonómica, que puede enfrentar a comunidades ricas y pobres. Zapatero no ha entrado aún al debate. Trata de ganar tiempo para lograr un pacto entre las comunidades socialistas.

Tampoco se arriesgará, como manifestó en enero de 2005, a ofrecer su disposición a dialogar con ETA si la banda dejase las armas. "Es verdad que las circunstancias han cambiado. ETA ha vuelto a matar y el proceso de fin dialogado del terrorismo, en el que el presidente fue el portavoz básico del Gobierno, terminó. Pero Zapatero también ha aprendido de esa experiencia. En esta legislatura actuará menos al raso y se protegerá más", señalan en su entorno.

- Segunda clave: más voces. Zapatero se protegerá con una mayor presencia de sus portavoces. Da especial relieve al nombramiento de Alonso como portavoz parlamentario del PSOE. "Alonso, un hombre de su total confianza, será su principal puente de entendimiento con la oposición. Está llamado a tener una relevante presencia política, de la que descargará a Zapatero", según el entorno del presidente.

La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega descargará de trabajo a Zapatero reforzando su papel coordinador. Además de presidir la Comisión de Subsecretarios, los miércoles, y aumentar el papel de la de Asuntos Autonómicos, presidirá tres nuevas comisiones creadas en el último Consejo de Ministros: Inmigración, Cambio Climático e Igualdad.

Zapatero se ha asegurado, además, el mantenimiento del núcleo duro de su Gobierno. Junto a la permanencia de De la Vega, y de Pedro Solbes al frente del área económica, ha logrado que continúe Alfredo Pérez Rubalcaba, un político eficaz, en un área tan sensible como es la lucha contra el terrorismo.

- Tercera clave: pendiente de la crisis ajenas. El punto más vulnerable de Zapatero en la pasada legislatura, por el que el PP le atacó con más impacto, fue su alianza parlamentaria con los nacionalistas, sobre todo con ERC. La crisis de estos partidos -PNV, CiU y ERC- y la cercanía de Zapatero a la mayoría absoluta (le faltan 7 escaños) le permitió dirigir un mensaje de autonomía en su investidura, aunque el costo fuera la elección en segunda vuelta. Otra señal que denota que esta legislatura será distinta de la anterior.

Zapatero está a la expectativa del desenlace de los cambios en esos partidos, antes de promover una política estable de alianzas en el Parlamento. Más trascendencia aún tendrá el desenlace de la crisis del PP. Su congreso de junio marcará el tipo de oposición para esta legislatura. Los socialistas harán un especial esfuerzo por evitar el enfrentamiento con el PP, que no esgrimió en la anterior legislatura. Los cambios en los principales partidos están condicionando el ritmo lento con que el Gobierno ha iniciado esta legislatura.

- Cuarta clave: nueva agenda. Zapatero ha empezado la legislatura como terminó la anterior, con los retos económicos y sociales como temas estrella. Le costó cambiar la agenda, marcada por el debate territorial y el terrorismo. Pero en la precampaña, con la desaceleración económica, lo logró. La primera decisión del nuevo Consejo de Ministros fue la aprobación de un paquete de medidas para afrontar la desaceleración económica. Próximamente, el Gobierno abrirá el diálogo social para combatir el descenso del ritmo de crecimiento. El desarrollo de la amplia legislación social aprobada en sus primeros cuatro años es su segundo objetivo.

El Gobierno niega que su mayor cautela sea sinónimo de derechización. "La clave para medirlo estará en su actitud ante la desaceleración económica. Si mantiene sus compromisos sociales y evita que sean los más débiles los que paguen la crisis no podrá hablarse de derechización", dicen fuentes socialistas.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en el palacio de la Moncloa.
El presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en el palacio de la Moncloa.MARISA FLÓREZ

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