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Entrevista:Rosa Díez - Candidata a secretaria general del PSOE | Entrevista

"Yo soy la solución del PSOE"

La eurodiputada socialista Rosa Díez, nacida en Sodupe, Vizcaya, en 1952, acaba de postularse como candidata a la secretaría general de un PSOE sumido en una grave crisis tras la derrota electoral del 12 de marzo. Casada y con dos hijos, miembro del PSOE desde 1977, Díez confía en que su candidatura, la primera que se presenta con carácter oficial, contará con el apoyo de las bases del partido.

Pregunta. De su iniciativa para liderar el PSOE, y de las cosas que dice de sí misma, es inevitable deducir que es usted la antítesis de la hipocresía y de la falsa humildad...

Respuesta. Es evidente que tengo confianza en mí misma. Pero lo importante es que me siento comprometida con mucha gente de mi partido que ve en mí la solución, un nuevo proyecto. Yo me considero, sí, la solución del PSOE, la persona que tiene que abanderar el cambio en su nueva etapa. No soy hipócrita y ¡claro que tengo un alto concepto de mí misma y de mi capacidad, por eso creo que puedo ser una buena secretaria general del PSOE! Siento que tengo apoyos y que la mayoría de mi partido está esperando la oportunidad de poder optar por mí y lo que yo represento.

P. No es usted nueva en su partido, y sabe muy bien cómo se las gastan los suyos cuando algo no encaja en la lógica del aparato... y su candidatura no encaja...

R. No sé si encaja, o no. Pero, sinceramente, no me preocupa. Porque la ventaja de la democracia es que cada voto vale igual que el otro, aunque uno sea secretario general y otro afiliado de base. Y yo apelo a que el conjunto de la militancia no va a permitir que nadie decida por él. No será posible que se hurte a los afiliados al PSOE su capacidad de decidir sobre el modelo de partido y sobre la persona que quiere que lidere el proyecto. ¡Por mucho que algunos quieran intentarlo!

P. ¿Es que usted cree que los militantes van a poder evitar los manejos de los dirigentes, del aparato?

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R. Puede haber una estrategia orientada a conseguir que los delegados vayan con voto abierto, que es algo así como decir: "Ya decidiremos en el congreso, entre cuatro, a quien ponemos...". Pero estoy segura de que a esa tendencia conservadora se la lleva por delante las ganas de participar y decidir que tiene la mayoría.

P. O sea que confía en que cuando los militantes voten, libre y secretamente, se vuelva a producir, como en las primarias que ganó Borrell, un acto de rebeldía frente a lo inevitable, al "más de lo mismo...".

R. Yo no presento mi candidatura contra nadie sino para sumar y para representar a la mayoría. Además, aquí, esta vez, no va a haber una candidatura oficial. Entre otras cosas porque no hay nadie con capacidad de presentar una candidatura oficial, tal y como está la situación en el partido, en un momento en el que es difícil establecer dónde está el poder.

P. Usted fue el gran descubrimiento del aparato en aquellas elecciones del 13-J. Pero su partido decidió ya entonces dónde estaba el límite de su carrera política...

R. Sé, muy bien, que esa actitud puede existir en parte del viejo aparato. Pero no va a decidir quién va a ser la próxima secretaria general del partido. Y no lo va a decidir porque el aparato ya no tiene capacidad para decidirlo, aun suponiendo que quisiera hacerlo. La verdad es que el PSOE tiene poco aparato en el sentido positivo del término. Ése ha sido, precisamente, uno de nuestros problemas en estos últimos años: que no se nos ha percibido como un partido de orden y con autoridad.

P. Quizás esa ausencia de autoridad sea, precisamente, la que le permite a usted pretender la secretaría general del PSOE...

R. Ahora los años de renovación se cuelan por las grietas del poder viejo que no puede controlar a las bases... Sí, sí, estoy convencida de que ésa es la situación. Una situación en la que, realmente, no hay nadie capaz en el PSOE de frenar una pulsión de cambio y de aire fresco, de energía positiva, y de expectativas de futuro... Es una especie de revulsivo contra la resignación.

P. La verdad es que nadie, ningún peso pesado, la apoya a usted en sus aspiraciones... ¿Cree que es sensato ir en plan kamikaze en algo tan serio como la secretaría general del PSOE?

R. Yo no voy en plan kamikaze, porque la mayoría de los militantes de mi partido están por lo que yo represento. Eso lo he podido constatar porque me he recorrido este país dos veces en un año, y he podido comprobar que la mayoría de los militantes me quieren como secretaria general. Si no lo hubiera visto, no hubiera dado el paso... Voy por libre en el sentido de que nadie me ha puesto en esto. Pero tengo una red enorme, una red en la que hay muchos indios, pero también algunos jefes.

P. Pues a los jefes que, supuestamente, le apoyan no se les ve ni se les oye por ninguna parte... ¿No está usted sola ante el peligro?

R. No estoy sola. Y estoy segura de que voy a tener muchos más votos que nadie, suponiendo que haya alguien que decida presentarse también y compita conmigo. Yo no necesito apoyos orgánicos. Pero también le aseguro que mucha gente que tiene responsabilidades en el partido me ha llamado para felicitarme, aunque no me han dicho "eres mi candidata"...

P. Sigo sin entender cómo usted confía en que los delegados no van a ir al Congreso con el voto atado, y bien atado, a una candidatura más tranquilizadora que la suya...

R. Yo creo que si hay algo que ha ido quedando claro, en los últimos procesos de primarias, es que tenemos un poso ácrata en esta organización de muchísimo cuidado... ¡Tenemos un poso libertario fantástico! Cuando a la gente le das una oportunidad de votar y le das una urna... ¡Mecachis la pera! Va y vota, y le importa bastante poco que no le guste a quien sea. Los delegados no podrán engañar a las bases, a lo que habrán decidido ya en las asambleas... Mi baza es que la gente se pronuncie con libertad y que haya una participación muy amplia.

P. Lo malo para usted es que ese otro candidato se llama José Bono. No sé por qué piensa que en esta pelea David puede vencer a Goliath.

R. Es que Goliath no ha comparecido.P. Pero va a comparecer, y usted lo sabe...R. ¡Pero no ha comparecido! Y ya sé que puede tener interés que yo explique por qué creo que soy mejor que Pepe Bono, pero, insisto: Pepe Bono todavía no ha decidido presentarse.

P. Dígame, al menos, por qué no le asusta esa pelea de David contra Goliath.

R. Yo me puedo sentir David en la medida en la que, finalmente, como sabemos, David venció a Goliath. Y yo me veo con capacidad para ganar. ¡Esté enfrente quien esté, me considero capaz de ganar! Yo sé que es difícil salir a campo abierto, pero creo que, precisamente por eso, voy a ganar. Porque mi candidatura es una candidatura contra la resignación. Le aseguro que si la necesidad de que haya un cambio real gana en el PSOE yo seré la próxima secretaria general.

P. A pesar de su entusiasmo, supongo que es usted consciente de que hay dirigentes de su partido que piensan que es una buena mitinera, pero nada más. Que... bueno, que no tiene usted nada debajo del pelo... Y perdone...

R. ¡Nada, nada! Bueno, sólo le diré que, a partir del mes de julio, tendrán ocasión de comprobar, los que así piensan de mí, lo equivocados que están. También Felipe González tuvo que acreditar que era un buen secretario general, pero sólo pudo hacerlo después de ser elegido y no antes. A mí no me preocupa ese menosprecio de algunos dirigentes de mi partido porque yo ya sé quién soy yo y lo que he hecho en política; lo sé mejor que nadie. No pretendo que haya unanimidad entre los dirigentes del PSOE en torno a mi persona, porque todos tenemos adversarios y yo también, incluso entre quienes parecen ser mis amigos... En fin... Creo que en el PSOE también tenemos bastante clasismo y bastante machismo entre nuestros dirigentes como sucede en el conjunto de la sociedad. Pero si hay algo cierto, es que yo he demostrado a lo largo de mi carrera política que yo tengo mucho ¡pero que mucho! debajo del pelo.

P. ¿Se presentará usted en las primarias para ser la candidata del PSOE en las próximas elecciones generales?

R. Yo voy a defender las primarias, pero también tengo claro que nosotros vamos a decidir el momento de hacerlas y que no vamos a darle ninguna baza al PP. Así que mi decisión no es que me la guarde para dentro, sino que la preservo para fuera.

P. ¿Se siente usted capaz de enfrentarse a quien sea el próximo candidato del PP a la presidencia del Gobierno?

R. ¡Claro que me siento capaz! Ahora, no sé si, finalmente, optaré... Depende de lo que decidamos sobre la bicefalia, sobre el papel del secretario general. Pero en cuanto a capacidad y disponibilidad, no le quepa ninguna duda que estoy dispuesta y preparada.

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