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Reportaje:

"Los abuelos no suceden a los nietos"

La euforia general en el PSOE tras el cambio de Gobierno no oculta la opinión de ministros y barones de que Rubalcaba tendría rival en la lucha por la sucesión

Cuenta un relevante diputado socialista que tras asistir en el Congreso a una de las últimas sesiones de control al Gobierno, al duelo entre la entonces vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y la portavoz popular Soraya Sáenz de Santamaría, se fue a casa deprimido porque olió la derrota en los discursos de la bancada donde se sientan los ministros y el fracaso en sus gestos. Como una casa abandonada que se derrumba por el paso del tiempo sin que nadie se ocupe de ella. "Como un boxeador que ha tirado la toalla", expresa otro dirigente socialista. Digiriendo esa noche la cena, el diputado decidió llamar a varios compañeros para compartir su percepción: se estaban dejando caer por el tobogán.

Hay sectores del PSOE que apostarían por Chacón en unas hipotéticas primarias
"Los vicepresidentes tienen más de 60 años, son el pasado", dice un dirigente
Rubalcaba debe recuperar en 17 meses los dos años de crisis perdidos
Los partidarios del portavoz dicen que es incombustible y que no se quemará

Hace algo más de dos años, el PSOE ganó sus segundas elecciones generales consecutivas con 11,3 millones de votos, un récord absoluto. Sólo un año antes el partido había logrado un inmenso poder autonómico y municipal en los comicios locales y regionales. Ha pasado muy poco tiempo desde entonces, pero todas las encuestas vaticinan ahora un descalabro socialista en Cataluña (habrá elecciones a finales de noviembre), en las municipales y autonómicas de mayo de 2011 y en las generales de marzo de 2012.

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Algunos cargos relevantes de este partido piensan, sin embargo, que no está todo perdido. Sobre todo desde la supercrisis de ministros del miércoles. Ese mismo diputado deprimido recuperó su ánimo cuando conoció los cambios que Zapatero preparaba en su Gabinete: "Había que demostrar que no dábamos el partido por perdido y que estábamos dispuestos no sólo a jugarlo sino a disputarlo. Y el nuevo Gobierno es una prueba perfecta de esa apuesta".

Con esa sensación vive el PSOE lo ocurrido en los últimos días, en los que se han acumulado algunas buenas noticias. Primero, el acuerdo presupuestario con PNV y Coalición Canaria que garantiza a Zapatero la estabilidad parlamentaria, y, después, un nuevo equipo de Gobierno para salir del pozo. Suficiente para devolver la esperanza y hasta una cierta euforia a la familia socialista, decepcionada por algunas batallas internas, preocupada por algunas voces críticas dentro del partido y atemorizada por el resultado de todos los sondeos.

El Gobierno ha recuperado vigor con la llegada a la vicepresidencia primera de Alfredo Pérez Rubalcaba, cuyo valor nadie cuestiona en el PSOE y casi todos reconocen en el PP.

Su papel todopoderoso en el nuevo Gabinete (vicepresidente primero, ministro del Interior y portavoz del Gobierno) ha instalado en el PSOE la sospecha de que, a partir de ahora, va a ejercer en realidad de presidente segundo ("Presidente bis") y que, por tanto, tiene grandes posibilidades de convertirse en el sucesor de Zapatero. Algunos creen que todo está tan bien atado que, llegado el momento, no habrá ni debate. Es por lo que sentó tan mal la declaración de intenciones pública de la ministra de Defensa, Carme Chacón, de que el PSOE no aceptaría jamás un "dedazo". El mensaje no iba sólo dirigido al PP.

"Todo el mundo en el PSOE estaba esperando esto, es decir, la llegada de Rubalcaba y de pesos pesados con experiencia. Es lo mejor y lo único que podía hacerse, para lo bueno y para lo malo". La frase procede de un miembro del Gobierno muy pro zapatero, pero también con ambiciones. De momento, Rubalcaba debe encarar en los 17 meses de final de legislatura el desafío de recuperar el inmenso terreno perdido tras dos años de histórica crisis económica.

En esta situación, el presente socialista parece despejado tras el vuelco que Zapatero ha dado a su Gobierno. El futuro, sin embargo, aparece cargado de dudas sobre el mejor candidato o candidata para disputar la Presidencia de España a Rajoy, porque en el PSOE hay sectores que rechazan a Rubalcaba ("es muy bueno pero también genera animadversión") y que apostarían, en unas hipotéticas primarias, por Chacón.

Esos dirigentes socialistas, localizados en varios territorios (Madrid, Castilla-La Mancha y Cataluña, principalmente), consideran que Rubalcaba se quemará durante estos 17 meses en los que ejercerá de vicepresidente primero y que el partido, a la hora de resolver quién debe ser el candidato -por supuesto en un congreso interno-, preferirá la imagen de juventud de Chacón. Este sector ha acuñado incluso una frase bastante cruda para definir el estado de la cuestión: "Los abuelos no suceden a los nietos". Y se argumenta aún más: "Todos los actuales vicepresidentes de Zapatero tienen más de 60 años, son el pasado. Los necesita Zapatero para recuperarse, sin ellos no lo lograría, pero no para no volver a presentarse. Al revés", dicen para frenar un poco las pretensiones del sector del partido encabezado por Rubalcaba y José Blanco, que entiende que si Zapatero no compite en 2012 por tercera vez no debería haber siquiera competición por su puesto. "Entonces sólo quedaría la opción Rubalcaba".

"Rubalcaba es incombustible. Las circunstancias no son tan malas y no tiene por qué quemarse", explica uno de sus fieles partidarios. "Además, al otro lado no hay nada", dicen refiriéndose a los apoyos de Chacón.

"En su anterior etapa como portavoz en La Moncloa, entre 1993 y 1996, Rubalcaba logró el hito de salir vivo mientras los demás se hundían. Ahora eso no será posible. O nos salvamos todos o todos al desagüe", tercia otro miembro del Gobierno.

Una de las claves de esta batalla incierta y anunciada con año y medio de antelación se llama Zapatero, con su indefinición personal, por un lado, y su aparente apuesta ahora por Rubalcaba. Hay dirigentes que sostienen que Zapatero se ha blindado con esta remodelación para llegar con suficiente fuerza a 2012 y volver a presentarse. Otros aseguran que hace meses decidió preparar el camino para que su renuncia a encabezar la candidatura en las próximas elecciones no fuese un problema y que por eso ha nombrado a Rubalcaba.

La ministra de Defensa, Carme Chacón, y el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, el pasado miércoles en el Congreso.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, y el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, el pasado miércoles en el Congreso.ULY MARTÍN

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