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Reportaje:Juicio por el mayor atentado en España

"Me aconsejaron no contar en el juicio la llamada de mi marido"

La viuda de El Chino aclara a EL PAÍS los motivos por los que negó en el juicio la despedida de Jamal Ahmidan desde el piso de Leganés

El pasado día 7 de marzo, y durante 56 minutos y 28 segundos, Rosa, la viuda de Jamal Ahmidan, contó a este periódico la historia de su vida con uno de los suicidas de Leganés, desde que se conocieron en 1992 hasta la última vez que habló con él, la tarde del sábado 3 de abril de 2004, minutos antes de se produjese la explosión que acabó con la vida de los siete terroristas acorralados por la policía en un piso de Leganés. Nunca antes la viuda de El Chino había concedido una entrevista, pero aquella mañana se mostró tranquila, sentada en el salón de la casa familiar, junto a una fotografía del hijo de ambos. Su relato, en lo concerniente a aquella llamada de despedida, fue el siguiente: "El 3 de abril, me llamó desde el piso de Leganés, pero no era capaz de hablar. Sólo me dijo que era mejor morirse, que no se iba a entregar, que era mejor morir. Yo de fondo oía mucho cántico, mucho rezo y conmigo habló poco. La que peor lo pasó fue su madre. Estaba hablando con ella cuando estallaron las bombas. A su madre le dijo que se iba al cielo con Dios por todos los infieles, que los infieles tendrían que pagar por sus pecados, que los 70 elegidos estuviéramos a su lado el día de nuestra muerte. Y nada más. Y se inmoló. La policía me dijo que encontró en sus bolsillos fajos y fajos de billetes...".

Rosa negó a la fiscal y a un abogado haber hablado con su marido la tarde del 3 de abril "Creía que
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"A mí, el 25 de marzo me habían venido a detener ocho policías. Me llevaron a comisaría, me hicieron maltrato físico, me interrogaron desde las cinco de la tarde a las cuatro de la madrugada. Me decían: te vas a comer 1.000 años de cárcel, no sé cuántos por cada muerto, y yo les decía que no sé nada, que no sé nada".

"Desde que me pusieron en libertad hasta el día del suicidio no volví a hablar con él. Porque yo tenía el teléfono apagado. No quería que me llamara nadie ni hablar con nadie. Tenía miedo. Lo encendía, veía que no había nada y lo apagaba. De pronto, aquel sábado escuché en la televisión: 'Hay unos terroristas encerrados en un piso de Leganés...'. Y pensé: 'Ya está, es él'. Me llamó mi cuñada, la mujer de Mustafa, y fue ella la que me dijo que eran ellos los del piso, y que iba a intentar que fuese Mustafa para convencerlo de que se entregase... Y ya dejé el teléfono encendido. Y me llamó. La primera vez llorando, llorando, sin poder hablar, y yo le decía: '¿Jamal eres tú, Jamal eres tú...?'. Y a la segunda le dije: 'Por favor entrégate'. Y él me dijo: 'Si me entrego, os arruino la vida a ti y al niño. Perdóname todo. Sólo te pido una cosa: cada vez que mires a los ojos al niño, acuérdate de mí'. Y me colgó el teléfono. Luego llamó a su madre. Y su madre escuchó la explosión por el teléfono".

Sin embargo, el martes pasado, durante el juicio, Rosa dijo otra cosa. Este periódico, en una crónica firmada por este periodista y publicada el pasado miércoles, aseguraba que ni la fiscal ni los abogados le habían llegado a preguntar por la tarde del 3 de abril, pero no fue así. Lo hizo la fiscal Olga Sánchez y el abogado de Hamid Ahmidan, aunque lo hicieron de pasada, no invirtiendo en el asunto más que 20 segundos la fiscal y 10 segundos el abogado. Le preguntó la fiscal Olga Sánchez: "¿Cuándo dejó de tener contacto con su marido?". Rosa empieza a responder: "Desde el día que me detienen, ese día apago el móvil, y ya hasta el día 3 ya no...". La fiscal corta la frase y pregunta: "Pero usted fue puesta en libertad el mismo día". La testigo dice: "Pero yo apagué el móvil y no volví a hablar con él". De nuevo la fiscal: "¿No intentó ponerse en contacto con usted?". La viuda de El Chino se queda unos segundos en silencio. No dice ni sí ni no, sólo se queda callada. La fiscal, en vez de repreguntar, dice: "Pues no hay más preguntas, muchas gracias".

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Ya no se le vuelve a mencionar la llamada de Leganés hasta que le toca el turno al abogado de Hamid Ahmidan. "Señora, ¿habló usted con su marido el día 3 de abril de 2004?". Ella se queda en silencio y dice: "No". El juez se lo aclara: "El día de la explosión de Leganés". Y ella vuelve a decir: "No". El abogado, como la fiscal, decide dar por zanjado el asunto.

Este periódico quiso saber ayer el motivo del cambio de versión de la viuda de El Chino. Así lo explicó ella.

-¿Por qué no contó en el juicio la llamada de su marido desde Leganés?

-Es que me aconsejaron que no lo contara.

-¿Quién?

-Me aconsejaron que no lo dijera.

-¿Creía que le podía perjudicar?

-No por eso, sino porque me pudiera poner peor de lo que estaba de ánimo.

-Pero, ¿le llamó o no le llamó su marido desde Leganés?

-Claro [que me llamó].

-¿Y fue tal cómo lo contó en la entrevista?

-Sí, sí, exactamente así.

Edificio de Leganés en una de cuyas viviendas se suicidaron siete de los terroristas del 11-M.
Edificio de Leganés en una de cuyas viviendas se suicidaron siete de los terroristas del 11-M.MANUEL ESCALERA

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