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La investigación del 'caso Gürtel'

Una ambulancia le trasladó al juzgado por su claustrofobia

Francisco Correa llegó ayer a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en ambulancia y sensiblemente desmejorado. El juez instructor Antonio Pedreira tuvo que esperarle durante cerca de una hora mientras llegaba a la prisión de Soto del Real un vehículo que sustituyera al habitual furgón policial en cuyo interior, y debido a su claustrofobia, el jefe de la trama corrupta podía sufrir una nueva crisis de ansiedad como las dos que ha padecido últimamente. Correa, que está en prisión desde el 12 de febrero, regresó a la cárcel, también en ambulancia, tras declarar ante la sede judicial durante tres largas horas y con seis delitos de los que fue imputado por el juez: cohecho, tráfico de influencias, fraude fiscal, asociación ilícita, blanqueo de capitales y falsedad.

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El abogado de Correa, José Antonio Choclán, intentó cambiar el desenlace. Pidió la libertad condicional con el argumento de que su cliente debe hacerse cargo de un hermano en situación de invalidez. El letrado quería demostrar con ello el arraigo en España de Correa. Pero el juez denegó la libertad del imputado porque considera que existe riesgo de fuga. Pesó en su decisión el criterio de los dos representantes de la Fiscalía Anticorrupción, que recordaron cómo Baltasar Garzón ordenó la detención de Correa en febrero cuando éste precisamente se preparaba para fugarse a un país centroamericano, huida que activó los primeros arrestos de la Operación Gürtel.

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