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El arresto de un etarra en Girona corta otro intento de montar un 'comando'

Portugal entrega a Iratxe Yáñez y Garikoitz Ortiz para que sean juzgados en España

La policía detuvo ayer en Port-Bou (Girona) al supuesto etarra Faustino Marcos Álvarez, de 38 años, que pretendía entrar en España a bordo de un tren procedente de Montpellier con un revólver del 38, documentos falsos, abundante material informático y 6.000 euros. Marcos, avistado en un control fronterizo, supuestamente iba a mantener una cita con otros terroristas. Este arresto desbarata en sólo una semana el segundo intento de ETA de montar comandos para lanzar una campaña de atentados.

El etarra fue identificado durante uno de los controles policiales montados con motivo de la presidencia española de la UE y por la activa alerta antiterrorista. Iba en el mismo tren en que fue detenido en 2007 el etarra Iker Aguirre Bernadal, que tiene paradas en Girona, Barcelona y Cartagena (Murcia). Su intento de entrada demuestra que ETA intenta montar nuevos comandos en España, como también lo pretendía el etarra Ibai Behobide, detenido el sábado pasado cuando deambulaba en bicicleta por Guipúzcoa con una pistola y marihuana. Estos dos, así como los terroristas que se dieron a la fuga en Portugal dejando tras de sí un impresionante polvorín en Óbidos, tenían instrucciones de perpetrar atentados de manera inminente, según fuentes de la lucha antiterrorista.

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Por otro lado, a instancias de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, las autoridades portuguesas han accedido a entregar a los presuntos etarras Garikoitz García Arrieta e Iratxe Yáñez Ortiz de Barrón, que fueron detenidos el pasado 9 de enero en Torre de Moncorvo (Portugal) después de que García Arrieta huyera en un Nissan Terrano de la Guardia Civil tras encerrar a dos agentes en la furgoneta cargada de explosivos que iba a trasladar a Portugal. La resolución del Tribunal Central de Instrucción Criminal destaca que la Audiencia Nacional tiene competencia para investigar y juzgar los delitos de terrorismo cometidos en el extranjero, es decir, los perpetrados en Portugal.

Por ello, las autoridades judiciales portuguesas acceden a delegar la competencia para que sean juzgados en España debido a que los tribunales españoles "se encuentran en mejores condiciones para investigar y juzgar a ambos imputados, puesto que las pruebas más importantes de su actividad terrorista se encuentran en España".

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