_
_
_
_
_
Catástrofe aérea en Madrid | La investigación

El avión tenía que superar una detallada inspección en vuelo en sólo ocho días

El certificado de navegabilidad del aparato de Spanair accidentado estaba a punto de expirar - La compañía cambia el código de la ruta "por respeto a las víctimas"

El certificado clave que permitió despegar al McDonnell Douglas 82 que se estrelló el pasado miércoles en Barajas y causó la muerte de 153 personas estaba a punto de expirar. El permiso imprescindible que anualmente concede a cada aparato Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento, caducaba el 28 de agosto, según explicó la compañía Spanair. Un portavoz detalló que en esa fecha la aeronave "tenía que recibir un inspector de Aviación Civil en vuelo".

Los sindicatos de pilotos: "Si no fuese seguro, nosotros no volaríamos"
Más información
Zapatero ofrece que la ministra comparezca ya en el Congreso
Spanair pasó 22 revisiones aleatorias en aeropuertos de la UE en 2007
AENA envía al juez el vídeo que recoge la tragedia
El técnico que revisó la nave declara que la avería no influyó en el siniestro
La mayoría de las víctimas serán identificadas este domingo

Eso no significa que la aeronave fuera a entrar en el taller ni dejar de volar, ya que la inspección se realiza con pasajeros y en un vuelo regular. El certificado de aeronavegabilidad es imprescindible para que cualquier avión o avioneta pueda volar. Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento, explica en su web que la aerolínea debe acreditar que ha realizado las operaciones de mantenimiento adecuadas. El certificado "es como una ITV. Un inspector se sube en vuelo y viaja en la cabina anotando que todo está en orden, pero no se suspende la ruta ni el avión deja de volar, va con pasajeros en ese vuelo".

Anualmente, Aviación Civil realiza una inspección de la documentación del aparato, cada dos hace una inspección en tierra y, al tercero, la hace en vuelo, como la que ahora correspondía, según Spanair. El MD-82 siniestrado, pues, tenía todos los permisos en regla, aunque sólo ocho días después de que se estrellase tenía prevista una revisión a fondo.

En el accidente, cuyas causas seguían ayer sin estar claras, fallecieron 153 de las 172 personas que viajaban. Otras 19 resultaron heridas, una de las cuales estaba anoche en estado crítico con el 72% de su cuerpo quemado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

A las 13.05, comenzó a rodar hacia la pista pero el piloto vio algún fallo y regresó para que fuera reparado. Poco más de una hora más tarde rodaba por la pista 36-L de Barajas, de la que apenas logró despegarse antes de caer a la derecha e incendiarse.

El vídeo que grabaron las cámaras de AENA y que el gabinete de crisis del Gobierno ha estudiado muestra que el piloto apuró la pista y al poco de elevarse cayó hacia la derecha. El aparato no se incendia en el aire sino tras rebotar varias veces contra el suelo, según fuentes próximas a la investigación.

La compañía insiste en la seguridad de su flota de MD y la solvencia de sus procedimientos. Spanair hizo público un listado con las inspecciones que su flota ha superado en lo que va de año: 27 en la UE y nueve en España, además de otras 14 sobre distintos procedimientos de la empresa. El aparato tiene 15 años, lo que supone la mitad de la vida media de un avión. Comenzó a volar en julio de 1993 para Korean Air y, desde 1999, vuela para Spanair.

En la seguridad de la flota coinciden los sindicatos. Ramón Íñiguez, piloto y representante de la Asociación Sindical de Pilotos de Aviación en Spanair, insistió en que la seguridad de los aparatos está garantizada: "Spanair es propiedad de SAS, una empresa estatal de Suecia, Dinamarca y Noruega, una empresa seria. Si los aviones no fueran seguros los pilotos no subiríamos a ellos. No se puede mezclar luchas sindicales con temas operacionales y de seguridad". Jesús Navas, representante del SEPLA, coincidió en que el accidente "no tiene nada que ver" con la crisis económica que desde 2003 atraviesa la empresa.

Lo que Spanair no quiere de ninguna manera es que nadie vuelva a tomar un vuelo con el código del siniestro. Así que ayer anunció que el vuelo Madrid-Gran Canaria de las 13.00 pasaría a denominarse JK5024, en lugar de la fatídica JK5022. Según la compañía, "ese código no volverá a usarse por respeto a las víctimas del accidente".

La tragedia se vio ayer envuelta en una estéril polémica política sobre quién puso en marcha primero el plan de emergencia. El consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, del PP, afirmó que fue la autonomía quien activó el plan de emergencia al recibir la llamada de un camionero en el teléfono 112. AENA, dependiente del Gobierno socialista, señaló que esa llamada permitió que los servicios de fuera del aeropuerto acudieran al lugar "al mismo tiempo" que activaba el Plan de Emergencias de Barajas.

La cola del avión MD-82 de Spanair, tras estrellarse al despegar de Barajas.
La cola del avión MD-82 de Spanair, tras estrellarse al despegar de Barajas.EFE

Con el viento de cola

El vuelo JK5022 despegó con un leve viento de cola. No es lo habitual, ni lo más indicado, ya que los aviones -y más si van cargados, como en este caso- despegan y aterrizan más fácilmente con el viento de cara.

La Agencia Estatal de Meteorología -presente en la Comisión de Investigación- afirma que, a las 14.30 del pasado miércoles, el viento soplaba del sur con una fuerza de siete nudos (unos 12 kilómetros por hora). El avión se estrelló a las 14.23. A las 15.00 el viento era del sureste, ya que, según el portavoz de Meteorología, Ángel Rivera, "es normal que el viento cuando es débil role". Con el viento del sur, lo ideal es que los aviones despeguen contra el viento, para que les ayude a elevarse, pero AENA (la empresa pública que gestiona los aeropuertos) suele hacer que los aviones despeguen y aterricen en Barajas hacia el norte, ya que allí hay menos vecinos y las molestias de ruido son menores. A cambio, las aeronaves atraviesan un parque natural repleto de buitres y otras aves que ya han impactado varias veces contra las turbinas.

El MD-82 puede despegar con un viento de cola de hasta diez nudos (18 kilómetros por hora), según Spanair. A partir de esa velocidad, AENA cambia la configuración del aeropuerto y ya los aviones despegan y aterrizan contra el viento. Que el avión fuese lleno -estaba sobrevendido-, hiciera calor y fuera cargado de combustible contribuye a que el piloto apurase la pista al intentar despegar.

A esos factores hay que sumar el viento y puede que una avería. "El viento de cola no ayudó a levantar el aparato", explica un piloto que aterrizó ese día en Barajas media hora antes. Éste afirma que avisó a la torre de control de que "había viento 150-9", lo que significa viento del sureste y de nueve nudos. Y lo hizo "por cortesía" para ver si cambiaban la orientación de las operaciones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_