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Los barones son varones

La paridad que PSOE y PP han llevado a la estructura de sus 'aparatos' no llega todavía al poder territorial

María Dolores de Cospedal, Leire Pajín, Ana Mato, Soraya Sáenz de Santamaría, Alicia Sánchez-Camacho, Rosa Estarás, Mar Moreno... La inmensa mayoría de los nombres que simbolizan la renovación de los dos grandes partidos en las últimas semanas son de mujer.

La feminización de la política se ha impuesto de tal manera que la organización de los dos grandes partidos está ya en gran medida en manos de mujeres y sin su ascenso no hay posibilidad de entender que ha habido renovación. Sin embargo, la paridad se incumple aún en el poder territorial de PSOE y PP. Casi todos los barones son todavía varones.

Mato (PP): "Hemos demostrado que no son necesarias las cuotas"
Montón (PSOE): "Hay que liderar con perspectiva de género"

El PP gana claramente en ese poder regional, donde cuatro mujeres encabezan el partido en sus territorios, algunas de ellas con notable influencia en el conjunto del partido. Son Esperanza Aguirre (Madrid), Cospedal (Castilla-La Mancha), Sánchez-Camacho (Cataluña) y Estarás (Baleares). Una quinta, María San Gil, está a punto de dejar el cargo y será sustituida por un hombre.

El talón de Aquiles de la paridad de los socialistas es el poder regional, donde sólo tienen una mujer al frente: Dolores Gorostiaga, en Cantabria, con un poder relativo por el escaso peso de su federación en el partido.

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Hace años en los congresos del PP los más veteranos bromeaban con lo que llamaban "la táctica del naufragio", es decir, la de "las mujeres y los niños primero", para describir el interés por buscar nuevos valores jóvenes y, sobre todo, femeninos. Ahora esa renovación se realiza con mayor naturalidad, según admiten los dos partidos. El ascenso de las mujeres es asumido como un activo político, muestra de renovación.

El PSOE se atribuye el haber llevado la vanguardia con la política de cuotas y por haber hecho del concepto de igualdad uno de sus objetivos principales. Y el PP considera que han logrado arrebatar a los socialistas la bandera del ascenso de la mujer en la política, sin necesidad de cuotas.

Después de sus congresos, el PP ha logrado tener a mujeres en puestos de mayor poder y responsabilidad, mientras que el PSOE sigue por delante claramente en número de mujeres en sus órganos de dirección. De hecho, los populares han logrado adelantar en la pirámide del poder interno a las mujeres, pero en número han pasado de 22 a 20 con respecto a la anterior dirección. Mientras, los socialistas mantienen la paridad en todos sus órganos de dirección, salvo el Consejo Territorial.

Así, los populares tienen como portavoz en el Congreso a Soraya Sáenz de Santamaría y, sobre todo, como números dos y tres del partido a Dolores de Cospedal y a Ana Mato. Cospedal, secretaria general del PP, es la mujer que ha llegado más alto nunca en la organización de uno de los dos grandes partidos.

En el PSOE, la primera mujer en la pirámide del poder es Leyre Pajín, justo detrás de José Luis Rodríguez Zapatero y José Blanco. Los socialistas aplican a rajatabla la paridad en la organización del partido y llegan a 16 mujeres de 32 miembros de la ejecutiva. Se suma la portavoz en el Senado, Carmela Silva.

La portavoz de Igualdad del PSOE en el Congreso, Carmen Montón, resta importancia a la decisión del PP de situar mujeres en los primeros puestos y asegura que "no es tanto un problema de colocar un número de mujeres, sino de que éstas ejerzan un liderazgo con perspectiva de género. El problema es qué modelo se ejerce en la política, es decir, que su actuación no sea femenina sino feminista".

La diputada pone como ejemplo que Sáenz de Santamaría es una de las mujeres destacadas del PP y, sin embargo, fue una de las redactoras del recurso al Constitucional contra la Ley de Igualdad. Según Montón, "es una clara contradicción entre escaparate y gestión, mientras que en el PSOE se aplica la perspectiva de género en cada decisión, sea, por ejemplo, la actuación del Ministerio de Defensa o en los Presupuestos".

Ana Mato, responsable de Organización y número tres del PP, explica que han demostrado que las cuotas no son necesarias. Asegura que "la igualdad real es imparable", pero en su partido "ninguna mujer asciende sólo por el hecho de ser mujer, mientras que en el PSOE algunas ocupan sus cargos sólo para poder cumplir las cuotas".

Según Mato, "es más importante, por ejemplo, poner el acento en combatir el desempleo femenino que en la promoción de las mujeres en política".

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