_
_
_
_
_

Cuatro bomberos mueren luchando contra un incendio en Tarragona

Las llamas atraparon al grupo de extinción tras un brusco cambio de viento

Un incendio forestal que a mediodía de ayer parecía controlado acabó con la vida de cuatro bomberos apenas tres horas después en Horta de Sant Joan (Tarragona). El mismo fuego hirió también de gravedad a otros dos bomberos cuando un brusco cambio en la dirección del viento avivó las llamas y sorprendió al grupo en una zona de difícil acceso en el parque natural de los Ports de Tortosa-Beseit. Los dos heridos, ingresados en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, estaban anoche muy graves con quemaduras de segundo y tercer grado en el 75% y el 50% de su cuerpo.

"Ha sido el viento. De repente empezó a soplar y el fuego se ha vuelto salvaje, muy salvaje", decía anoche, abatido, un miembro de la brigada aérea de bomberos que pidió no dar su nombre. Su helicóptero sobrevolaba el incendio cuando las llamas se tragaron a cuatro de sus compañeros. "Casi pierdo el control del aparato, las ráfagas parecían olas de agua. Pero traían fuego".

El incendio parecía controlado tan sólo unas horas antes de la tragedia
"El viento empezó a soplar y el fuego se volvió salvaje", decía un bombero
Los Mossos se prepararon para desalojar todo Horta de Sant Joan
Los heridos estaban muy graves, con más de la mitad de su cuerpo quemado
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El viento dispersó por la tarde los frentes del fuego y sembró la confusión. Anoche, las llamas avanzaban hacia el núcleo urbano de Horta de Sant Joan (1.200 habitantes). Por la tarde se pudo evacuar a media docena de personas que vivían en masías diseminadas por la sierra y cercanas al foco de fuego, aunque los bomberos estaban preparados para desalojar a más vecinos, incluso a todo el pueblo, si la intensidad del viento seguía creciendo.

"Es angustioso. La sierra está llena de fuego, el viento lo va reavivando y va cayendo la noche", relataba por la tarde telefónicamente Francesca Martín, de 42 años y vecina de Horta de Sant Joan. "Ahora mismo veo una docena de frentes de fuego y cada vez hay más", explicaba una alarmada Martín mientras describía a esas horas desde casa el panorama que le ofrecía una ventana cubierta de ceniza. "Hay mucho humo, casi no tenemos visibilidad en el pueblo pero el fuego aún sigue lejos, a unos dos kilómetros de distancia", señaló.

"No lo vemos nada claro", confirmó después el alcalde, Àngel Ferràs, desde el improvisado centro de operaciones instalado en el polideportivo del pueblo. "Si el viento no arrecia, lo pasaremos mal", auguró angustiado tras la noticia de la muerte de los cuatro bomberos. Ferràs criticó después la coordinación de los medios de extinción.

Algunos vecinos también mostraron su indignación con los servicios de extinción y emergencias porque, a su entender, éstos deberían haber aceptado la colaboración de los residentes en la zona para luchar contra las llamas. "No nos han dejado hacer nada", decía un angustiado vecino a las puertas de su finca.

Al menos unos sesenta vehículos y doce medios aéreos trabajaron para extinguir el fuego, con la colaboración de los Bomberos de Aragón, hasta que la falta de visibilidad obligó a suspender las tareas. Nadie en la localidad de Horta de Sant Joan se explicaba cómo un incendio que empezó como un corro de llamas inofensivas en la noche del lunes había podido tomar tales dimensiones ayer por la tarde. De hecho, por la mañana el incendio se daba prácticamente por extinguido con un balance de 50 hectáreas quemadas en la zona del parque natural. El mismo alcalde de Horta de Sant Joan respiraba aliviado entonces: "La humedad de la noche ha sido muy elevada por la época, cercana al 80%, esto ha ayudado a controlar las llamas". Pero todo cambió en cuestión de horas.

A partir de mediodía se levantó la brisa y multiplicó los frentes. El mismo viento impidió durante horas el apoyo aéreo para evitar que el fuego siguiera ganando terreno, pero los aviones y helicópteros pudieron volver a despegar a media tarde. Pese a los esfuerzos, la evolución dependerá en gran medida de la progresión de las condiciones meteorológicas, admitieron los Bomberos. "Hemos tenido mala suerte, ha empezado a llover pero ha durado cuatro minutos y el viento se ha llevado las nubes", lamentó el alcalde. "No podemos hacer más".

Estimaciones de las nueve de la noche ofrecidas por los bomberos hablaban ya de 800 hectáreas quemadas. El consejero de Interior, Joan Saura, adelantó su regreso de Madrid donde asistía a la reunión de la comisión bilateral Estado-Generalitat. Junto con el presidente, José Montilla, se desplazaron anoche hasta la zona. El Rey se puso en contacto con Montilla anoche para trasladarle el pésame por los fallecimientos. Las ministras de Defensa, Carme Chacón, y de Medio Ambiente y Rural, Elena Espinosa, también se desplazaron a Horta de Sant Joan. Chacón reiteró la disposición del Gobierno central a aportar todos los medios posibles a las tareas de extinción.

Al anochecer, la sierra de Horta de Sant Joan aparecía salpicada de procesiones de fuego. Nada que ver con las horas críticas del incendio, cuando el humo penetraba en los pulmones como una brasa y Carla Solsona, vecina de 28 años, metía sus mejores vestidos en bolsas de plástico. "Las llamas venían volando hacia nosotros, han recorrido kilómetros en menos de diez minutos. A las tres de la tarde se ha hecho de noche de golpe", relataba desde la plaza del pueblo.

Los incendios han provocado este verano siete muertos, contando los cuatro bomberos de ayer.

Un vehículo de bomberos en la zona del incendio en Horta de Sant Joan (Tarragona).
Un vehículo de bomberos en la zona del incendio en Horta de Sant Joan (Tarragona).JOSEP LLUÍS SELLART
Un grupo de bomberos en la zona  del incendio en Horta de Sant Joan (Tarragona).
Un grupo de bomberos en la zona del incendio en Horta de Sant Joan (Tarragona).JOSEP LLUÍS SELLART

Trágico verano

- Alrededor de 50.000 hectáreas arrasadas. Durante los primeros seis meses y medio de 2009 ha ardido más superficie (casi 50.000 hectáreas) que en todo 2008 (40.000).

- Altas temperaturas. Los expertos ya avisaron de que la canícula de julio auguraba un verano repleto de incendios. Ayer, siete provincias rondaron los 40 grados.

- Siete muertos en 2009, seis de ellos bomberos. Dos bomberos -además de los cuatro de ayer- murieron el 22 de junio al estrellarse

su helicóptero en Barcelona. La semana pasada, un hombre de 87 años falleció en

el incendio de Lleida.

- Los más extensos no son los más mortíferos.

El incendio de ayer llevaba quemadas anoche 800 hectáreas, por 5.100 el de Lleida. El peligro reside en factores como el viento.

- 97% de intencionalidad. Apenas el 3% de los fuegos son naturales. Además, la mayoría de los pirómanos queda impune ante la Justicia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_