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La borrasca explosiva azotará el norte con vientos de 160 kilómetros

España, en alerta ante la llegada de "rachas huracanadas" desde el trópico

La gran borrasca que ayer se encontraba frente a Madeira rozará hoy Canarias y por la tarde llegará a Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y el norte de Castilla y León, donde la Agencia Estatal de Meteorología prevé "rachas huracanadas" de hasta 160 kilómetros por hora. La llegada de esta borrasca, denominada técnicamente "ciclogénesis explosiva", disparó la alerta: el Gobierno recomendó posponer los viajes en las zonas afectadas, alejarse de las playas y llevar cuidado con árboles y cornisas. Tráfico restringió el movimiento de camiones y AENA, Renfe y Red Eléctrica se pusieron en alerta.

Meteorología prevé que comience el sábado por la mañana, con rachas en Canarias de entre 80 y 120 kilómetros por hora, para llegar por la tarde al norte de la Península. La borrasca también afectará, aunque en menor medida, a Aragón, Navarra, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura. El fenómeno seguirá luego hacia el Continente e irá perdiendo fuerza la madrugada del domingo.

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Protección Civil alertó a las Delegaciones de Gobierno, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a la Unidad Militar de Emergencias y a las comunidades autónomas afectadas. Tráfico ha prohibido la circulación de camiones en Galicia, Asturias, Cantabria y el norte de las provincias de León, Palencia y Burgos. La prohibición afecta a los vehículos de transporte de mercancías de más de 7.500 kilos de carga entre las 12 de la mañana y las 12 de la noche de hoy. En Asturias y Cantabria, así como en el norte de León, Palencia y Burgos, la restricción comenzará a las doce de la mañana de hoy hasta las tres de la tarde del domingo.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, preside hoy la reunión del Comité Estatal de Coordinación ante Fenómenos Meteorológicos Adversos, que tendrá lugar en la sede del Ministerio del Interior.

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En enero de 2009, en un fenómeno similar, los vientos superaron en Galicia los 180 kilómetros por hora, dejaron a 200.000 personas sin luz en el País Vasco, AENA canceló vuelos desde Santiago, 190.000 escolares gallegos se quedaron sin clase y Renfe redujo la velocidad de los AVE. Una mujer falleció en Barcelona por un desprendimiento.

La borrasca explosiva que se cierne sobre España comenzó el pasado lunes, cuando en el Atlántico tropical se formó el embrión de una borrasca. Ese sistema de bajas presiones empezó a avanzar hacia Madeira y Canarias. El miércoles, la borrasca se encontró con un chorro de aire frío ártico, que la alimentó, como explicó por correo electrónico el catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Castilla-Mancha Manuel de Castro.

Tanto creció, que acabó dando lo que los expertos denominan una "ciclogénesis explosiva". El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, Ángel Rivera, explica que en realidad se trata de "una borrasca muy grande que se crea de forma muy rápida. Está descrito así cuando la presión en el centro cae más de 20 milibares en un día".

En este caso, la caída prevista para hoy es de 30 milibares en ese periodo, señala De Castro. En el ojo de la borrasca, el aire sube hacia las capas superiores y debe ser remplazado, por lo que genera viento. Cuanto mayor es la caída de presión, de mayor velocidad son los vientos que genera.

De Castro añade que "el adjetivo explosivo tan sólo hace referencia a la rapidez con que el mínimo depresionario se forma, no a las consecuencias que puede llegar a tener en tierra. Así pues, es erróneo asignar el calificativo a destrozos, daños y fuertes vientos".

En el mar, fuerte oleaje. En tierra, vientos huracanados. Esos son los efectos de una ciclogénesis explosiva, un ciclón que se forma en muy pocas horas. Se llama también bomba meteorológica. En enero del año pasado sufrieron una en el norte de España, entonces se vieron olas enormes y el viento produjo daños importantes en Galicia y en el País Vasco.Vídeo: AGENCIA ATLAS

Récord y recortes de energía eólica

El sistema eléctrico vive días sin precedentes. La enorme cantidad de viento y agua, unida a una baja demanda y a que todas las nucleares están en marcha, ha creado situaciones insólitas. Desde el martes, cada madrugada, Red Eléctrica de España ha tenido que desconectar molinos de viento porque el sistema no era capaz de absorber toda la producción -el miércoles hubo un nuevo máximo-. Antes había ocurrido de forma aislada, pero no durante varios días seguidos. Ayer estaba previsto que por la noche se repitiera la desconexión.

En total, según fuentes del sector, se han perdido unos 20.000 megavatios hora, el equivalente al consumo de 5.000 familias al año. Greenpeace culpó de la pérdida a la producción nuclear, que no puede bajar de potencia para que entre más eólica.

Pero la paradoja puede ser mayor. Los molinos están diseñados para protegerse y dejar de funcionar con vientos huracanados. Así ocurrió con el ciclón Klaus, en enero de 2009, cuando la producción eólica se desplomó en horas por esto.

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