El brete del Constitucional

La Sala Especial del Tribunal Supremo, presidida por Carlos Dívar, resolvió anoche cerrar el paso a las instituciones a Sortu , el nuevo partido político de la izquierda independentista vasca sucesora de Batasuna.

El portazo a Sortu no fue todo lo unánime que algunos esperaban, quizás porque los fundadores del nuevo partido habían expresado por escrito su rechazo a ETA y a la violencia terrorista como fin para alcanzar objetivos políticos. Quizás porque no eran demasiado solventes las pruebas aportadas por la policía y la Guardia Civil para probar la falsedad de ese pronunciamiento que figuraba en los Estatutos de Sortu.

De los 16 magistrados que componen la Sala Especial, siete levantaron la mano para oponerse a la ilegalización de Sortu y tres de ellos anunciaron que escribirían en un voto particular las razones para que el nuevo partido sucesor de Batasuna fuera aceptado.

Sin embargo, algún magistrado tuvo que pensar anoche que el conocimiento de esa votación tan reñida hacía daño a la democracia porque la nota oficial del Tribunal Supremo hurtó a los medios de comunicación el conocimiento de lo que ocurrió realmente. Aunque en esa nota se anunciaban los tres votos particulares, no se daba a conocer en ningún momento quienes estaban a favor de legalizar a Sortu y quienes votaron en contra.

Esa votación tan reñida pone en un brete al Tribunal Constitucional, que deberá resolver el recurso que los fundadores de Sortu presentarán, probablemente apoyándose en los propios magistrados que formularán los votos particulares.

Sortu presentará ante el Constitucional un recurso de amparo ordinario que no tiene trato preferente. Aunque lo hiciera el mismo día que se conocerá el auto del Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional podría tardar meses en resolverlo. Con una votación de 13 a 3, ésta era la situación más probable. Ahora, según los expertos jurídicos consultados por EL PAÍS, un resultado tan poco claro (nueve frente siete) podría llevar al Constitucional a plantearse resolver el recurso de Sortu antes del 18 de abril, fecha de la proclamación de las candidaturas.

Presidido por Pascual Sala, el Tribunal Constitucional está compuesto por siete magistrados elegidos a propuesta del PSOE y cuatro a propuesta del PP. La hegemonía progresista contrasta con el poder mayoritario conservador que existía en la Sala Especial del Supremo que anoche dejó fuera de la Ley a Sortu.

Tras esa deliberación tan reñida, el Tribunal Constitucional está en un brete.