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La polémica del naufragio | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

El calado del 'Prestige' permitía su atraque en el puerto de A Coruña

El remolcador 'Alonso de Chaves' informó a las autoridades de que el petrolero tenía 14,3 metros

El calado (la parte que va sumergida en el agua) del Prestige nunca pesó en la orden de alejarlo a 120 millas, comunicada en la noche del 14 de noviembre. Desde las 17.00 de esa tarde, las autoridades marítimas poseían un dato que avalaba que el atraque en A Coruña sí era posible: el remolcador Alonso de Chaves había estimado en 14,3 metros su calado, frente a los 18 metros de profundidad que tiene el puerto de A Coruña.

La decisión de alejar el buque la tomó López Sors tras hablar con el subsecretario de Fomento
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A las 16.45 del 14 de noviembre, el Centro Zonal de Salvamento de Finisterre (CZCS), cuartel general del rescate del Prestige desde donde se recibió e impartió la información sobre el desastre al Gobierno y a la Xunta y se transmitieron las órdenes, solicita al remolcador Alonso de Chaves que "compruebe los calados del buque". A las 17.00, el Alonso de Chaves informa que "los calados de popa a babor son aproximadamente de 47 pies" (14, 3 metros). Es el único dato de calado que figura en el registro de comunicaciones del CZCS hasta entonces.

El capitán marítimo de A Coruña, Ángel del Real, declaró al juez que ordenó alejarse al buque el día 14 porque iba sobrecargado y alcanzaba 21 metros de calado. Y añadía: "En el puerto de A Coruña sólo se puede entrar con un calado de 18 metros y medio máximo. Con 21 metros sólo se puede llegar hasta la primera boya verde de la ría de A Coruña y tendría que quedarse allí. Con ese calado, en principio sólo podría entrar en la ría de Ares".

Pero el dato que poseía el cuartel general de salvamento ese día era que el barco tenía un calado de 14,3 metros. Por tanto, según los datos del propio capitán marítimo sobre la profundidad del puerto de A Coruña ante el juez, el Prestige sí podía entrar en el puerto coruñés. Hay un dato imposible: el Prestige nunca podría alcanzar 21 metros de calado porque sólo mide 18,7 metros de quilla a cubierta.

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Fuentes próximas al capitán marítimo indican que declaró al juez el calado que tenía el Prestige no el día 14, cuando se ordenó su alejamiento, sino el día 13 cuando tenía "todo un costado hundido". Es decir, cuando el capitán aún no había reequilibrado el buque mediante el llenado de los tanques de babor con agua.

El capitán marítimo consultó a las 10.30 horas del día 14 con el práctico de A Coruña, Evaristo Landeira, el eventual atraque del Prestige. Landeira, según fuentes próximas al capitán marítimo, desaconsejó el atraque por diversas razones, incluida el calado. Pero ambos aún no sabían que el calado había variado. Utilizaron la medición de la víspera (21 metros). Landeira confirmó ayer a Telecinco que sólo le dieron el dato de los 21 metros de calado.

Pero cuando esa tarde se tomó la decisión de alejar el buque 120 millas en lugar de atracarlo, el barco ya se había reequilibrado, y tenía un calado de sólo 14,3 metros. Del Real, a ojo, calculó que el barco debía tener dos metros más de calado por la sobrecarga, unos 16,5 metros, según fuentes próximas a dicho funcionario.

Cálculo mental

El capitán marítimo evaluó mentalmente el calado del buque. Pero tampoco nadie le pidió precisiones al respecto en la reunión que se produjo esa tarde en el gabinete de crisis de Coruña. En dicha reunión, según fuentes conocedoras de su desarrollo, en la que se decidió alejar al Prestige, no se barajó el calado del buque como elemento determinante para rechazar su entrada a puerto. "La decisión ya estaba tomada desde la mañana. Sólo estaba pendiente de que se enganchara el remolque", afirman dichas fuentes.

La decisión la tomó el director general de la Marina Mercante, José Luis López Sors, tras consultar con el CECOP de Madrid (donde se hallaba el subdirector general de Tráfico y Seguridad Marítima, Manuel Nogueira) y comunicar su decisión al subsecretario de Fomento, Adolfo Menéndez, según fuentes que conocieron de cerca esa reunión.

Este diario solicitó ayer, sin éxito, la versión de Fomento sobre estos hechos. Estuvieron presentes en dicha reunión el delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa; el director de Salvamento y Seguridad Marítima, Javier Gárate, y el capitán Marítimo de Coruña, Ángel del Real. López Sors ordenó a este último que su decisión fuese comunicada por escrito.

En torno a las ocho de la noche del 14 de noviembre la orden fue entregada por el capitán marítimo a los responsables de la Smit Tak, empresa contratada por el armador para el rescate, en el propio aeropuerto de A Coruña. Por entonces, las autoridades marítimas conocían, desde cinco horas antes, que el calado del buque era sólo de 14,3 metros. O, según la tesis del capitán marítimo, 16 o 16, 5 metros. A pesar de la trascendencia del dato sobre el calado del buque, la única referencia que figura hasta ese momento es el informe del Alonso de Chaves de las 17.00 horas del día 14.

El día 13 sólo hay una vaga referencia a que el buque tiene una escora de 25 grados a las 15.05, pero tal situación tras el llenado de los tanques y el encendido del motor se redujo hasta apenas tres grados, según el inspector Serafín Díaz.

Personas próximas al capitán del Prestige dan por bueno que el calado pudiera ser de 16 metros. "Esto se puede comprobar en los vídeos de ese momento, en el que el buque tiene un francobordo de unos dos metros. Por tanto, 18,7 metros menos dos metros, da 16,7 metros". "El barco podía entrar en A Coruña, tanto porque su canal de entrada oeste tiene 23,5 metros de profundidad, como porque en su interior tiene un calado de 19 a 21 metros". "El barco podría haberse inmovilizado luego y cercado para evitar la contaminación del puerto".

Trucos para bajar metros

Con independencia de si el 14 de noviembre el Prestige medía 14,3 metros de calado, como sostuvo el remolcador Alonso de Chaves, que operaba sobre el terreno, o los 16,5 que calculaba desde su despacho el capitán marítimo, Ángel del Real, los expertos consideran que el barco podía entrar con cualquiera de esas dos dimensiones en el puerto de A Coruña. Y añaden que existen trucos para salvar con mayor holgura el fondo del puerto.Expertos de empresas rescatadoras relacionadas con Sasemar como Tecnosub explican que en una operación de estas características es aconsejable valerse de la marea alta para ganar metros de profundidad del mar, y hacer entrar el barco en puerto hasta el punto más conveniente. De este modo, con la bajamar, quedaría varado en una zona donde no incomodaría el tráfico. Allí se le podría extraer poco a poco el combustible.Ex directivos de la administración marítima añaden otra fórmula para facilitar la entrada en el puerto de A Coruña: "Igual que se lastró el barco con agua para equilibrarlo y eso le añadió unos metros de calado, se deslastra el buque y ganas unos metros extra que te permiten entrar con mayor holgura. Sueltas lastre ya en Finisterre, y luego introduces el barco en el puerto de A Coruña".Funcionarios de Salvamento y Seguridad Marítima aseguran que con los datos disponibles la maniobra de atraque del buque en A Coruña era perfectamente viable.

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