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"Al menos camina hacia la equidad"

Casi todos los expertos coinciden en que el impuesto de patrimonio no es ni mucho clave para recuperar los ingresos del Estado, en caída libre desde que empezó la crisis. Sin embargo, no se trata tanto de arreglar las cuentas del Estado -aunque cualquier dinero ayuda- sino de lanzar un mensaje y mejorar la equidad. Ignacio Zubiri, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad del País Vasco, lo explica así: "No es la panacea, hay otras muchas cosas que se pueden hacer con los impuestos, pero al menos va en el buen camino para mejorar la equidad y hacer que las rentas altas contribuyan más". Zubiri explica que él confía en que se modifique el impuesto anterior no solo en el mínimo exento, ya que contenía varias imperfecciones. Cree que lo que había que haber hecho en 2008 era corregir esas imperfecciones, en vez de eliminarlo. El impuesto, explica, permitía que fortunas enormes en forma de participación en acciones de empresas familiares quedaran exentas siempre que el propietario pudiera demostrar que ocupaba un alto cargo en esa empresa y ese era su principal ingreso. Mientras, una persona que tuviera unas acciones por encima del mínimo de 120.000 sí pagaba. Aún así, él cree que en ningún momento se trató de un impuesto de clases medias.

José Manuel Luna, socio del despacho Duran-Sindreu, especializado en fiscalidad, también destaca el problema de que quedaran fuera quienes tenían acciones de empresas familiares, lo que hacía recaer el peso en algunos ahorradores, pero cree que con el ajuste del Gobierno el impuesto gravará realmente patrimonios importantes.

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