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Corrupción urbanística en Cataluña

La ciudad que quería ser normal

El proyecto urbanístico emblemático, los cines y el hotel que por fin iba a tener Santa Coloma, tocados por el caso

Clara Blanchar

"Haremos de Santa Coloma una ciudad normal, que por primera vez pueda salir en las revistas de arquitectura". Palabras que sonaron sinceras y emocionadas en la boca del alcalde de Santa Coloma de Gramenet, Bartomeu Muñoz, el día que en junio de 2006 puso la primera piedra del proyecto Cubics, uno de los que investiga el juez Baltasar Garzón en la Operación Pretoria. Santa Coloma tendría no sólo lo que cualquier ciudad ansía, un proyecto emblemático, de autor, sino, ¡por fin! un hotel y salas de cine. No, en la novena ciudad de Cataluña (117.000 habitantes) no hay ni hotel ni cine.

La Operación Pretoria apunta contra otros dos proyectos emblemáticos de la ciudad: el poliequipamiento del castigado barrio del Fondo y la reconversión de los terrenos de la fábrica Ciba. Tres patas que sustentaban en buena parte, si no el futuro, sí las esperanzas y el orgullo de Santa Coloma y que la investigación judicial ha mandado al garete.

"Podremos salir en las revistas de arquitectura", anunció el alcalde

Encajonada entre la sierra de Marina, Sant Adrià y Badalona, y separada de Barcelona por el río Besòs, Santa Coloma tiene una tremenda densidad de población y una orografía antipática hasta decir basta que los vecinos sortean con buenas piernas y miles y miles de peldaños. Es la ciudad española donde más escaleras mecánicas y rampas se han construido, gracias sobre todo a fondos europeos. Como todas las ciudades del desarrollismo, además, no ha parado de recibir oleadas migratorias desde los años cincuenta.

Si Cubics representaba un salto a la modernidad, el polo de equipamientos del barrio del Fondo estaba llamado a mejorar su realidad social, marcada por el envejecimiento de la población y por el origen extranjero -en su mayoría, chino- de un tercio de sus vecinos. Sobre el antiguo mercado se está construyendo uno nuevo, una guardería y una biblioteca. En total, más de 20 millones de euros de inversión que pretenden fomentar la cohesión social en una zona donde hay proyectos en marcha con otros 50 millones de procedencia pública.

Los terrenos de la Ciba, por último, forman parte del lavado de cara del frente fluvial, un proyecto que también había insuflado moral, con vivienda pública -un edificio premiado por su diseño-, equipamientos y zonas verdes.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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