La consejera de Justicia catalana defiende a los Mossos condenados por torturas
Tura declara que los policías, del grupo de atracos, han realizado siempre una "extraordinaria labor"
La consejera de Justicia de la Generalitat, Montserrat Tura, ha terciado hoy en la reciente polémica entre la judicatura y los Mossos d'Esquadra colocándose del lado de la policía. Tura ha realizado esta mañana una cerrada defensa de los agentes condenados por torturas y lesiones a un ciudadano rumano al que confundieron con un delincuente y ha recordado que cuando sucedieron los hechos, el 27 de julio de 2006, la consejera de Interior era ella y decidió no expedientarlos.
"Conozco bien los hechos y las personas", dijo la consejera de Justicia, y por ello defendió no sólo que los acusados puedan presentar recurso de casación ante el Tribunal Supremo, sino la necesidad de revisar la pena impuesta. En su opinión, los policías condenados, pertenecientes al grupo de atracos, realizaron en su día una "extraordinaria labor" de investigación. Tura considera que la sentencia debe revisarse porque "doce ojos ven más que seis", en alusión a los seis agentes implicados en los hechos -cinco de los cuales han acabado condenados- y a los tres magistrados que componen el tribunal de la Sección Novena de la Audiencia de Barcelona.
La sentencia condenó el pasado martes a los mossos Manuel Farré, Joan Salva y Jordi Perisse a penas que suman seis años y siete meses de cárcel por torturas y lesiones, así como a otros dos años y tres meses de prisión al agente Fernando Cea López y a multa de 2.400 euros a Alejandro García Avilés. El Departamento de Interior, dirigido ahora por el ecosocialista Joan Saura, los suspendió al día siguiente de empleo y sueldo.
En esa irrupción en la polémica entre la policía autonómica y la judicatura, Tura también censuró al decano de los jueces de Barcelona, José Manuel Regadera, por haber publicitado una dura carta advirtiendo a los Mossos d'Esquadra que podría ser delictiva su actuación por filtrar a la prensa que una juez fue sorprendida por la policía autonómica el pasado 9 de octubre condiciendo ebria y que supuestamente amenazó a los agentes. "Para pedir discreción quizá hay que hacerlo con discreción", dijo la consejera, ya que, en su opinión, es preferible "una reunión de seis horas tranquila y fuera de los focos y los medios de comunicación".
