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EL JUICIO POR EL "CASO LASA-ZABALA"

El contrabandista Txofo asegura que Dorado le confesó que Bayo y él asesinaron a Lasa y Zabala

El testigo protegido Pedro Luis Miguéliz Dabadie, Txofo, aseguró ayer en el juicio por el caso Lasa y Zabala que el ex sargento de la Guardia Civil Enrique Dorado le confesó en 1985, mientras esperaban un alijo de tabaco de contrabando, que, junto a Felipe Bayo, había participado en el secuestro, torturas y asesinato de los dos etarras. El contrabandista, en una declaración confusa, errática y balbuceante, en la que le costaba pronunciar las palabras, dijo que Dorado le relató que contaron con el beneplácito del gobernador civil y cumplieron órdenes del entonces comandante Enrique Rodríguez Galindo.

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Un testimonio jalonado de trampas, dinero y amenazas

Txofo es epiléptico y, según explicó al tribunal, se encontraba muy medicado durante su declaración. Vestido con un impecable terno gris marengo, declaró tras una mampara por su calidad de testigo protegido, a pesar de que ha participado en varios programas de televisión. Antes de entrar en la Sala su estado era normal, según personas que hablaron con él. Sin embargo, durante el interrogatorio del fiscal pareció confuso e incoherente. Un periodista lo comparó con las últimas imágenes de Maradona. Su situación mejoró tras un descanso en el que ingirió nueva medicación.Txofo explicó que se dedicaba al contrabando de tabaco, labor en la que era auxiliado por agentes de la Guardia Civil destinados en el País Vasco, entre los que se encontraban Enrique Dorado y Felipe Bayo. Y que Dorado, tras "cenas regadas con alcohol y cocaína", en las largas esperas en las faldas del Monte Igueldo de San Sebastián, en las que controlaban las descargas de tabaco, le contó como habían ido a Francia a secuestrar a Lasa y Zabala, cómo les habían llevado al palacio de La Cumbre donde les habían torturado e interrogado, cómo tuvo que parar varias veces a Bayo por su extrema crueldad, ya que se ensañaba, cómo los trasladaron a Alicante en los maleteros de un R-12 propiedad de Dorado y otro coche de capitanía, y como tras asesinarlos a tiros, los enterraron.

El testigo protegido dijo que Dorado le contó que la orden de secuestrar a Lasa y Zabala se la dio Galindo y que accedieron a La Cumbre con el consentimiento del gobernador Julen Elgorriaga.

Agregó que también le explicó que ante el mal estado en que se encontraban Lasa y Zabala, los trasladaron a una finca de Alicante en el maletero de dos coches y que "cavaron una fosa, le echaron cal, y punto". Después cuando aparecieron los cuerpos, Dorado le dijo que no pasaba nada, porque habían sido catalogados como personas sin identificar.

En esas conversaciones, según dijo, estaba presente su amigo José Antonio Santamaría, Tigre, contrabandista de tabaco como él y que fue asesinado por ETA

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Txofo, que evidenció importantes lagunas de memoria en muchas ocasiones, señaló que contó todo esto en el juzgado por miedo a ser también asesinado. El momento decisivo, según explicó, se produjo después de que el segundo de Galindo, el comandante Máximo Blanco, declarase a finales de 1994 a La Vanguardia que los contrabandistas de San Sebastián patrocinaban a la Guardia Civil para luchar contra ETA. Y la organización terrorista había matado a Santamaría el 19 de enero de 1993 y a José Manuel Olarte, Plomos, el 26 de julio de 1994.

Él, además acababa de salir de la cárcel, tras ser condenado por cohecho junto a Dorado debido a la denuncia de un cabo de la Guardia Civil, asignado a temas fiscales, que según declaró, trabajaba para los contrabandistas. Se puso en contacto con Dorado, pero éste le amenazó de muerte y Txofo decidió contarlo todo al juez.

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