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Reportaje:

El contragolpe de Zapatero

El Ejecutivo diseña una estrategia con el pacto social, la Ley de Economía Sostenible y la presidencia de la UE

Luis R. Aizpeolea

Como sucedió con el tramo final de elaboración del Estatuto de Cataluña, con el fracaso del final dialogado del terrorismo y con las semanas previas al debate sobre el estado de la nación, José Luis Rodríguez Zapatero vuelve a estar asediado. En esta ocasión porque no ha logrado hacer visible su plan de respuesta a la recesión y por la precariedad de sus apoyos parlamentarios en un contexto de cuatro millones de parados.

Pero Zapatero, como en las anteriores ocasiones en las que salió airoso, diseña su estrategia de respuesta. La Moncloa ha elaborado un calendario con una primera referencia, la del próximo 20 de julio, fecha en que el presidente acudirá al Congreso a debatir sobre la recesión económica.

Las relaciones de La Moncloa con el empresariado se han distendido

Zapatero quiere presentarse en el Congreso con algunos temas básicos cerrados. El pacto del modelo de financiación autonómica es clave porque necesita zanjar ese contencioso y distender las relaciones con los partidos catalanes, sus socios de la anterior legislatura. El vicepresidente tercero, Manuel Chaves, anunció el jueves que antes del 15 de julio convocará el Consejo de Política Fiscal y Financiera para aprobar dicho modelo. La ministra de Economía, Elena Salgado, ha desbloqueado la negociación. La clave está en Cataluña. La Generalitat no ha aceptado aún la fórmula de reparto por creer que no está suficientemente garantizado que su resultado corrija el que sea una de las comunidades que más aporta y de las que menos recibe.

El Gobierno tiene que lograr el difícil equilibrio de satisfacer las exigencias de Cataluña sin que las comunidades gobernadas por el PP se sientan agraviadas. Chaves y el ministro de Fomento, José Blanco, con la aceleración de los compromisos en infraestructuras en comunidades fundamentales para la financiación -Cataluña, Madrid, Galicia y Comunidad Valenciana- están contribuyendo a la distensión. Otro factor favorable, calcula La Moncloa, será la próxima sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán, que apunta a que será interpretativa y dará margen a la Generalitat. Lo que dejaría de pesar como una espada de Damocles en las relaciones entre el Ejecutivo y los partidos catalanes.

Pero la carta más importante que guarda Zapatero para llevar el 20 de julio al Congreso es el pacto entre empresarios y sindicatos en el marco del diálogo social. Sobre la mesa está la extensión del subsidio a los parados que lo han agotado, la formación profesional, la reducción del impuesto de sociedades y reformas estructurales.

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Las relaciones del Gobierno con el empresariado se han relajado y barajan dos opciones: un pacto de mínimos, sobre la ampliación del subsidio de paro y la negociación colectiva, o de máximos, con un nuevo contrato laboral y reformas estructurales.

El presidente quiere implicar a las comunidades autónomas en las políticas de ampliación del desempleo y convocará, con ese propósito, una Conferencia de Presidentes tras el verano. Zapatero ha hecho de la paz social y la contención de las huelgas generales, que han sacudido a países vecinos, una bandera, dando protagonismo a sindicatos y empresarios. Juega a favor con el resultado del plan de inversión municipal, que ha superado los 300.000 empleos y ha contribuido a contener el paro desde abril y a mejorar la tendencia en junio.

Antes del acuerdo social, el Consejo de Ministros del 3 de julio decidirá sobre la central nuclear de Garoña, un asunto que divide a los socialistas, sobre todo desde que Felipe González se opuso a su cierre. El Gobierno adoptará medidas sociales para los afectados por el presumible cierre de la central en dos años.

Zapatero pretende utilizar el pacto social como arma de presión sobre los partidos para facilitar un acuerdo político lo más amplio posible sobre la salida de la recesión. El debate sobre la sustitución de la economía del ladrillo por una nueva economía se celebrará en septiembre, con la Ley de Economía Sostenible, en la que el gabinete del presidente coordina los ministerios. Ha abierto camino con la ley de agilización de servicios y el desbloqueo del Fondo de Reestructuración Bancaria que Salgado ha pactado con el PP y que favorece futuros acuerdos entre los principales partidos contra la recesión.

El debate sobre el nuevo modelo económico se solapará con el de Presupuestos, cuyos apoyos se presentan complicados para el Gobierno, que apuesta inicialmente por un acuerdo amplio que incluya a ERC, una vez resuelta la financiación. Si falla, cuenta con los apoyos que logró para las resoluciones posteriores al debate del estado de la nación: Coalición Canaria, BNG, UPN e IU-ICV.

La siguiente baza de Zapatero es la presidencia de la UE en el primer semestre de 2010. Es su gran reto para tener el protagonismo internacional del que ha carecido y la capacidad de iniciativa en un momento en que se calcula que empezará la recuperación en EE UU y en los países más prósperos de la UE.

Calendario

- Para el 20 de julio. El Gobierno pretende cerrar el pacto sobre financiación autonómica, un acuerdo con empresarios y sindicatos y poner fin a la polémica sobre la central nuclear de Garoña.

- Para septiembre. Debatirá la Ley de Economía Sostenible, convocará la Conferencia de Presidentes sobre el paro y negociará los Presupuestos del Estado.

- Para enero de 2010. El Gobierno confía en que Zapatero presida la UE coincidiendo con la recuperación de EE UU

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