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La crisis lleva al Gobierno a reducir los contratos de inmigrantes en origen

Administraciones, sindicatos y patronal dan prioridad a los trabajadores nacionales

En la próxima campaña fresera, la cifra de jornaleros extranjeros se reducirá de manera radical. La crisis económica ha empujado a que el Gobierno central, la Junta de Andalucía, los sindicatos y la patronal acuerden dar prioridad a los trabajadores nacionales -tanto españoles como extranjeros regularizados- que quieran acudir a las fincas. Sólo cuando todos ellos hayan cubierto sus puestos, se requerirá la mano de obra extranjera contratada en origen. Una fuerza laboral que desde hace unos 10 años ha venido salvando las campañas freseras.

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Pero la nueva coyuntura económica, con el aumento del paro, parece haber cambiado las cosas. El Servicio Andaluz de Empleo (SAE) está preguntando a los 22.000 trabajadores inscritos en el Régimen Agrario (estén en paro o trabajando) si estarían dispuestos a acudir al tajo de la fresa y la frambuesa. Según fuentes de las propias asociaciones agrarias, un primer muestreo ya ha adelantado que 1.891 trabajadores habrían aceptado y no creen que la cifra aumente. Otros expertos consultados calculan que alrededor de un 10% del total podría decir que sí y trabajar en la próxima campaña de plantación, que se inicia en septiembre.

De cumplirse esa estimación, el cambio en Huelva con respecto a la necesidad de contratar en origen sería radical. En las dos últimas campañas freseras, los agricultores necesitaron emplear en torno a 4.500 foráneos para la siembra (el resto de los 20.000 jornales de esa fase lo ocupó mano de obra local). La posible presencia de entre 1.900 y 2.200 nacionales más podría reducir a la mitad la necesidad de mano de obra extranjera la próxima temporada. No obstante, fuentes tanto de la Junta como del Gobierno recuerdan que el proceso sigue abierto, que el SAE aún está recabando información y que no hay cifras definitivas.

En todo caso, muchos creen que el verdadero aumento de la oferta de mano de obra agrícola se dará en los próximos meses, cuando los trabajadores de los sectores más golpeados por la crisis, como la construcción, dejen de cobrar los subsidios de desempleo y las prestaciones pendientes y vuelvan a mirar al campo como medio de subsistencia. Así, quizás de enero a junio de 2009, los meses en los que se recoge la fresa, pueda haber un aumento de españoles y extranjeros regularizados demandando empleo en la campaña agrícola onubense.

En previsión de que eso ocurra y para garantizar que a nadie le falte trabajo, se ha cambiado la filosofía en materia de inmigración por parte de las Administraciones y los colectivos implicados: los locales tendrán prioridad sobre los forasteros. Así, la cifra de 24.694 contratados en origen que se necesitó en la recolección de 2007 o los 35.610 que se demandó en la última campaña de Huelva se reducirá en función de la ocupación por parte de los españoles y los regularizados de los puestos de trabajo agrícola.

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Evitar el chabolismo

El subdelegado del Gobierno en Huelva, Manuel Bago, no se cansa de advertir que "no hay trabajo para los inmigrantes que no tienen contrato". "Que no se desplacen a la provincia porque no van a poder trabajar. Los puestos son ocupados por trabajadores nacionales o inmigrantes contratados en origen", insiste. Su objetivo es evitar que en los alrededores de los municipios agrícolas se formen asentamientos chabolistas de trabajadores sin empleo que esperen a las puertas de las fincas una oportunidad.

La persistencia en estos llamamientos ha permitido que, en los últimos años, no se hayan detectado grandes grupos de irregulares deambulando por la provincia, como atestiguan asociaciones como Huelva Acoge. No obstante, la campaña pasada hubo asentamientos en los que llegaron a vivir unas 500 personas. Los inmigrantes eran, en la mayoría de los casos, subsaharianos que solían desplazarse entre las localidades agrícolas más importantes, como Lepe y Moguer, en busca de empleo.

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