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Un desahucio con final feliz... aunque solo por el momento

La presión social logra aplazar a enero el desalojo de un inmigrante en Torrejón

Carmen Pérez-Lanzac

El guineano Luis Mendes, de 40 años y con ocho hijos en su país, iba ayer dando abrazos a todos los que acudieron a su casa para evitar que fuera desalojado. Después de tres horas de sufrimiento, Luis volvía a sonreír. Su desahucio se había aplazado hasta el 10 de enero.

A las ocho de la mañana, unas 40 personas hacían ya guardia frente al portal de este albañil en paro, en el número 7 de la calle de Soria (Torrejón de Ardoz), aunque poco a poco se les fue uniendo más gente (hasta llegar a 60 personas). Los activistas -miembros de la asamblea 15-M de Torrejón, de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas y otros afectados- se sentaron ante el portal para cortar el paso a la comisión judicial.

Pasadas las nueve de la mañana, tres lecheras con una treintena de antidisturbios llegaron al lugar, circunstancia cada vez más habitual en los desahucios. Los agentes arrastraron a la gente para despejar la calle, a algunos los llevaron en volandas y un activista de la asamblea 15-M de Torrejón acabó en comisaría acusado de desobediencia a la autoridad.

A las once, y ya con el camino despejado, llegó la comisión judicial. Tatiana, una afectada cuyo desahucio fue el primero que frenó la PAH en Madrid, y un abogado ayudaron a Luis en la mediación. "Les he hablado desde el corazón", decía Tatiana más tarde. "Les he pedido que tuvieran en cuenta los motivos humanitarios, que Luis no entiende bien español, les he citado media Constitución... ¡Les he echado una charla!".

Tatiana salió al balcón con los brazos en alto para dar la buena noticia a los solidarios: el juez había aplazado el desahucio de Mendes hasta el 10 de enero, lo que le da un margen para intentar negociar con el banco y buscar alojamiento. "Estoy muy contento", decía también Paco, de 52 años, un vecino de Mendes que está intentando ayudarle. "Le voy a acompañar al banco a ver si podemos conseguir algo". En 2002, Luis firmó una hipoteca de 118.000 euros. En 2010, al quedarse en paro, dejó de pagar. No sabe cuánto dinero le sigue reclamando la entidad.

La crisis está siendo virulenta en esta calle de Torrejón de Ardoz, un municipio de 120.000 habitantes de los que uno de cada cinco son extranjeros. El miércoles, una inmigrante ecuatoriana que en octubre logró frenar su desahucio fue desalojada. Otros vecinos de la zona que también engrosan las listas del paro están perdiendo sus casas.

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El guineano Luis Mendes hace la señal de la victoria tras lograr que se aplace a enero su desahucio.
El guineano Luis Mendes hace la señal de la victoria tras lograr que se aplace a enero su desahucio.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Carmen Pérez-Lanzac
Redactora. Coordina las entrevistas y las prepublicaciones del suplemento 'Ideas', EL PAÍS. Antes ha cubierto temas sociales y entrevistado a personalidades de la cultura. Es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de El País. German Marshall Fellow.

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