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Reportaje:Golpe a la mafia rusa

Un desembarco con dinero del KGB

"Soy el jefe", proclama Gennadi Petrov en sus reuniones mafiosas

"Petrov ha dado mucho dinero a ganar en escrituras a notarios y traductores. Todo lo quería oficializar", comentó ayer en España un hombre que le trató. El capo mafioso ruso detenido vivía como un potentado y quiso aparentar ser un empresario común. La estructura y la arquitectura jurídica de su actividad la pasaba por su abogado en Madrid, un ex militar. Petrov inició la biografía de sus negocios en España en 1990 cuando su grupo compró, por 15 millones de euros, el hotel Palmira Beach de Peguera, en el torbellino de la crisis económica. Mientras se derrumbaba el imperio comunista de la URSS, la operación turística estalló por impagos de un plazo, y el grupo de Petrov perdió la propiedad del hotel en los juzgados. En Leningrado, un coronel del KGB que se emborrachó había perdido antes unos papeles secretos de la trama. En 2008, Petrov blanqueó una parte de los fondos sucios en promociones inmobiliarias, en dos grandes chalés de ultralujo, cercanos al suyo y al de su segundo

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Vitali Izgilov hacía parecidos excesos. El primer gran caudal de rublos que la banda de Petrov introdujo en España se supone que procedían de fondos que atesoraba el ex enorme partido comunista soviético (PCUS) en compañías navieras y el KGB. Petrov y su gente se jactaban de tratar al alcalde de San Petersburgo, y al tiempo establecían alianzas en Málaga con los mafiosos italianos Menini y Cultrera.

Las citas con éstos se celebraban en una gran sede blindada disimulada en una discreta oficina de ventas de pisos. También contactaron con abogados de Andorra y otros de Barcelona que entraron en la cárcel. Petrov dirigía las reuniones. Era el capo absoluto. "Soy el jefe", proclamó en más de una ocasión. Un día, uno de sus hombres de paja en Mallorca, Sasha, fue detenido mientras montaba un restaurante. El clan mandó un emisario para que el preso firmara todos los poderes y renuncias mientras estaba entre rejas.

La presencia de miembros corruptos del antiguo KGB, hoy FSB, en esta red mafiosa es confirmada por distintas fuentes de la investigación. A la sombra de la petrolera PTK, hicieron negocio prohombres del hampa y de los servicios secretos rusos, que, a su vez, dada su ósmosis con el poder ruso, brindaban una doble protección a la mafia desarticulada ayer en España. Los dirigentes de Tambovskaya sabían que en Rusia estaban a salvo de cualquier acoso político o policial. De ahí la dificultad de las autoridades españolas para combatir este fenómeno que opera desde territorio hispano pero comete sus crímenes en suelo ruso. Significativamente, entre los parabienes de las autoridades españolas por la colaboración recibida no se cita al servicio de información que dirige el Kremlin. Y no parece que sea por discreción.

La Guardia Civil escolta a una mujer detenida en Palma de Mallorca relacionada con la mafia rusa.
La Guardia Civil escolta a una mujer detenida en Palma de Mallorca relacionada con la mafia rusa.EFE
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MADRID. La base de las empresas que creó el jefe

Guennadi Petrov era uno de los jefes de la cúpula de la mafia rusa en España. Aunque residía en un lujoso chalé de la localidad mallorquina de Calvià (conocida en los últimos tiempos por los casos de corrupción urbanística), tenía la mayoría de sus empresas en Madrid, concretamente en la calle del General Díaz Porlier. Allí, en una pequeña oficina, tenía domiciliadas casi todas sus empresas, muchas de ellas pantallas para el blanqueo de dinero. Petrov había constituido una decena de firmas dedicadas fundamentalmente al negocio inmobiliario. Las oficinas fueron registradas ayer.

ALICANTE. Capo reincidente en un chalé con vistas al mar

Uno de los principales arrestados ayer fue Vitali Idrolov. El supuesto mafioso, que ya fue detenido en 2004, residía en un chalé, en primera línea de playa, en El Campello (a 10 kilómetros de capital). Junto a Idrolov, los agentes arrestaron a dos mujeres. Según los vecinos, Idrolov llevaba una vida discreta y habitualmente tenía las persianas bajadas. En otro lujoso chalé del extrarradio de Xàbia (norte de Alicante) los agentes arrestaron a la mujer de un presunto jefe mafioso, informa A. Ruiz. La casa, a las faldas del parque del Mongtó, es propiedad del ciudadano ruso Viktor Gravilen.

MÁLAGA. Mansiones llenas de cámaras y muy aisladas

Casas lujosas en lugares apartados, muchas cámaras de seguridad y en calles sin salida. Las mansiones de los jefes de la mafia rusa detenidos ayer en la Costa del Sol siguen un mismo patrón, informa Juana Viúdez. Dos de ellas fueron registradas ayer en Frigiliana y Marbella. "Es una casa muy tranquila", decía uno de los pocos vecinos de la urbanización Rocío de Nagüeles. El dueño de la mansión de Frigiliana, con gimnasio y jacuzzi, "estaba 24 horas hablando al teléfono", según uno de sus ex trabajadores. De esta casa, volcada al mar, la policía se llevó varias armas, dinero en efectivo y cinco coches.

BALEARES. Petrov vivía en un 'templo' pero comía en 'chinos'

El mafioso Gennadi Petrov comía en restaurantes chinos de menú popular de Palma para hablar de negocios y se reunía con sus colaboradores en la terraza de una cafetería. Vivía rodeado de enormes medidas de seguridad, en una especie de templo desde el que miraba al mar en la urbanización Sol de Mallorca, junto al casino de Calvià, informa Andreu Manresa. Vestía humildemente y conducía cochazos blindados. Celebraba fiestas donde no faltaba ni bebida ni compañía. Su casón desmesurado, forrado de mármol y piedra, con acceso al mar, le costó más de 12 millones de euros.

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