El despliegue de la Ertzaintza hace fracasar la huelga general convocada por EH
Treinta y siete detenidos en el País Vasco, Navarra y País Vasco francés en la jornada de protesta
El amplio despliegue protagonizado por la policía vasca frustró la acción de los piquetes contra los sectores más vulnerables a las amenazas de los radicales, fundamentalmente los pequeños comercios.
Sin embargo, hay voces que apuntan a que ese dispositivo tiene su justificación política. 'El fracaso de la huelga', dijo el presidente del PSE de Álava, Mario Onaindia, no sólo se debe 'a la revuelta cívica' que se está extendiendo en la sociedad vasca, sino también a que el 'Gobierno vasco y la Ertzaintza han sido más firmes que otras veces' ante la cercanía de las elecciones.
En todo caso, lo que la huelga puso ayer de manifiesto es que el sentir general de la ciudadanía vasca no concuerda con las propuestas de EH. Así lo entendió al menos el secretario general de los socialistas de Guipúzcoa, Manuel Huertas. 'El poco seguimiento que ha tenido', dijo, 'debe entenderse como un fracaso de la opción soberanista, a pesar de las presiones y amenazas que precedieron a la convocatoria'.
También el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, habló del 'despropósito de la huelga. 'A qué tipo de paz, a qué tipo de soberanía aspira esta gente si realmente no es capaz de rechazar aquello que ataca a lo más básico, que es la vida', dijo.
La soberanía es la paz. Esta reivindicación, coreada en diferentes movilizaciones en las tres capitales vascas, llegó a mediodía a oídos de los empleados que trabajaban en el interior de las sucursales bancarias, oficinas de pequeñas empresas o consultorios médicos. En la Administración público vasca la incidencia fue sólo de un 0,5%. Sólo en algunos comercios se evidenció una mayor respuesta a la llamada de la izquierda abertzale.
El cierre fue, en todo caso, desigual. En los cascos antiguos de las capitales la incidencia fue un poco mayor. No así en las zonas céntricas ni periféricas, donde los comerciantes abrieron sus puertas con normalidad. No faltaron imágenes paradójicas: agentes de la Ertzaintza junto a los piquetes que exigían a los trabajadores que bajaran las persianas. ¿Cerró el bar en la anterior huelga general? 'Sí, pero por miedo'. ¿Y hoy no lo tiene?. 'Tengo el mismo pero, al menos, veo que la policía anda por aquí'. Los comerciantes habían pedido la víspera a la Ertzaintza una especial protección para aquellos que quisieran abrir sus establecimientos.
El dirigente de EH, Joseba Permach, por su parte cifró en 455.000 el número de personas que secundaron su llamada de distintas formas -con paros totales o parciales-. 'Ha sido un éxito social', señaló, mientras recordaba que la de ayer fue la primera jornada de huelga convocada al mismo tiempo en Euskadi, Navarra y el País Vasco francés.
En todo caso, el resto de partidos políticos, la patronal Confebask y otros organismos ofrecieron datos que hablan de una realidad bien distinta. La incidencia de la huelga 'ha sido mínima', destacó el consejero del Interior, Javier Balza. No así los altercados. La Ertzaintza comenzó su jornada laboral a primeras horas de la mañana en Vitoria con la detención de seis jóvenes, por lanzar material pirotécnico y se incautó de 50 cohetes y bombas chinas. Este fue el inicio de un día en el que los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y la policía francesa, detuvieron a un total de 37 personas (23 en el País Vasco, 8 en Navarra y 6 en el País Vasco francés) por participar en piquetes, tratar de alterar el normal funcionamiento de las vías férreas, provocar altercados callejeros o protagonizar -como ocurrió en Rentería- enfrentamientos con la policía.
Precisamente un concejal de EH de ese municipio figura entre los detenidos. El edil, que se negó a identificarse, está acusado de colocar una barricada en otro de los sectores más sensibles a la huelga: el ferroviario. Fuentes de la compañia Euskotren confirmaron que sus ferrocarriles y autobuses funcionaron con normalidad a lo largo de todo el día.
Tampoco registraron alteraciones importantes las carreteras. Sólo la autovía Pamplona-Vitoria padeció las consecuencias por la acción de un grupo de manifestantes a primera hora de la mañana en la localidad navarra de Arbizu. El corte de la carretera obligó a desviar el tráfico hasta las 8,45 horas .
