Un discurso distinto para una nueva legislatura

Cuando llevaba leída casi la cuarta parte de su discurso de investidura, José Luis Rodríguez Zapatero utilizó por vez primera la expresión "mi idea de España" y la vinculó a un "país próspero, que genera la riqueza duradera". La repitió hasta 17 veces más, relacionándola con el acceso a la vivienda, la atención a los mayores, la igualdad entre hombres y mujeres...

Con la expresión "mi idea de España", vinculándola a los problemas de la España real, el candidato socialista a la Presidencia quiso señalar que la nueva legislatura debe ser muy distinta de la anterior, en la que el debate político estuvo sobrecargado por la idea abstracta de España y sus símbolos, réplica, a su vez, del debate planteado por los nacionalistas en la primera mitad de la legislatura.

Zapatero dejó la puerta abierta a las reformas de estatutos pendientes

En su compromiso social marcó las señas de izquierda de su Gobierno

Zapatero construyó su discurso de investidura con numerosas propuestas y compromisos concretos. Fue la intervención de un presidente que se presenta a la reelección, que conoce los problemas del país y tras unas elecciones en las que los nacionalismos han perdido terreno.

Por ello hizo un discurso a ras de tierra en el que el primer tema que abordó y al que más tiempo dedicó, la tercera parte, fue la principal preocupación de los españoles, según las encuestas: la desaceleración económica. Zapatero dedicó a la economía el triple de tiempo que el que destinó a esa materia en 2004. Ayer, propuso un catálogo de medidas a corto plazo, y otras a largo para cambiar de modelo de crecimiento, y se comprometió a mantener sus promesas electorales en política social, pese a la desaceleración.

En este último capítulo fue donde asumió más compromisos y logró los mayores aplausos, quizá porque dejó marcadas las señas de izquierda de su futura acción de Gobierno.

El discurso de investidura de Zapatero marcó un viraje aún mayor respecto a la anterior legislatura cuando incidió en que su próximo Gobierno primará la igualdad de derechos sociales de todos los ciudadanos. Llegados a este punto, se vio con claridad el contraste con la intervención con la que inició su mandato hace cuatro años. En aquel discurso, realizado cuando ya estaba en marcha en Cataluña el debate sobre la reforma del Estatuto y ya tenía garantizado el apoyo con ERC e IU-ICV, tuvo un gran protagonismo la cuestión territorial y su compromiso en abordar las reformas estatutarias, dentro de un capítulo de renovación de la vida política.

En esta legislatura, Zapatero dará menos importancia al debate territorial y se centrará en la cooperación entre autonomías y su financiación, con una puerta abierta a las reformas pendientes, como la gallega y la vasca.

También lo ocurrido en estos cuatro años se notó en el tratamiento del terrorismo. En 2004, y sólo un mes después del peor atentado terrorista de la historia de España, la lucha contra la amenaza terrorista planeó sobre el discurso de investidura de Zapatero y el debate posterior. Ayer tuvo un tratamiento tan breve como rotundo, tras el fallido intento de un proceso de final dialogado de la violencia de ETA. Ayer aseguró que la única expectativa es el final definitivo e incondicional de esa banda.

Zapatero enfatizó la importancia de lograr pactos de Estado con el PP al final de su discurso de investidura. Y los detalló: contra el terrorismo; a favor de presidencia semestral española de la UE; para conseguir la renovación de los órganos constitucionales y sobre financiación autonómica. Será clave en la nueva legislatura.