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El diseño de campaña del PP deja en segundo plano a Zaplana y Acebes

García Escudero y Costa multiplicarán su protagonismo tras las navidades

Carlos E. Cué

La legislatura se acaba. Quedan dos semanas de plenos en las Cortes y, después, toda la agenda política estará concentrada en la larguísima campaña electoral. El equipo de Mariano Rajoy, con Pío García Escudero al frente, su jefe de campaña, trabaja a destajo para arañar votos a los socialistas, sobre todo en las 22 provincias clave donde hay escaños en juego. 10 o 12 de ellos decidirán las elecciones. Y para eso, el líder, que pide abiertamente el voto de la izquierda molesta por el debate territorial, está dibujando cada vez más claramente una imagen de centrismo, que incluye distanciarse de la AVT, acudir a una concentración unitaria contra ETA, y dedicar su agenda a las propuestas económicas y no tanto a la crítica sobre terrorismo.

Rajoy tendrá actos casi diarios desde enero, una vez disueltas las Cortes

El miércoles, a pesar de los últimos acontecimientos, Rajoy preguntará en el Congreso por economía, y no por ETA, como era habitual antes del verano. Pero para cerrar esa imagen de centrismo, falta un elemento clave: la multiplicación de voces que siempre pedía el dimitido Josep Piqué, esto es, que Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, números dos y tres del partido -quienes, por orden de Rajoy en un claro reparto de papeles, han protagonizado los ataques más duros al Ejecutivo- dejen de monopolizar la escena pública del PP.

El diseño de la campaña de Rajoy, cada vez más perfilado, les deja a ambos en un segundo plano, según confirman fuentes del entorno del líder. No es que vayan a desaparecer, siguen siendo dirigentes clave a los que Rajoy agradece siempre que puede los servicios prestados "en estos años difíciles", pero hay varios factores que harán que su aparición en los grandes medios nacionales se reduzca significativamente. El más importante de todos es el protagonismo de Rajoy. La campaña del PP va a ser personalista al máximo, según fuentes de la dirección. Desde principios de enero, el líder tiene prácticamente cerrado ya un gran acto diario. Y es él quien va a protagonizar todos los anuncios electorales de su partido, no sólo en los 15 días de campaña, sino en el mes y medio anterior. En él recae el protagonismo de anunciar también las listas electorales, un asunto que concentrará gran atención. Su omnipresencia desplazará automáticamente a sus subordinados, explican fuentes conocedoras de la estrategia de campaña.

Pero hay más elementos. En Navidades se acaba el Congreso, el lugar donde Zaplana especialmente, aunque también Acebes, logra todo el protagonismo por sus durísimos debates con varios ministros, que en muchas ocasiones han desplazado en los titulares de prensa, televisiones y radios al choque de los líderes, Rajoy y Zapatero. Sin Congreso, Zaplana pasará a ser, simplemente, un candidato más. Si se confirma finalmente que no va de número uno por Valencia -el líder del PP en esta comunidad, Francisco Camps, es su mayor rival político-, ocupará un puesto importante en Madrid, pero no será cabeza de lista y por tanto su protagonismo será menor. Si Alberto Ruiz-Gallardón entra en esa lista -como parece probable, según coinciden la mayoría de los dirigentes consultados-, ese factor también restará protagonismo a Zaplana.

Acebes será candidato por Ávila, una provincia de escasa importancia estratégica, donde los escaños no se moverán. Con toda seguridad, viajará por toda España, como hizo en las elecciones municipales, pero sus apariciones suelen tener una repercusión exclusivamente local, porque el foco estará puesto en el líder. Además, hay otro elemento fundamental en las apariciones públicas del partido. Una vez que el Congreso deje de reunirse, el PP estará ya absolutamente concentrado en los actos electorales. Y en ese contexto, el jefe de campaña, Pío García Escudero, sustituirá naturalmente al secretario general a la hora de hacer anuncios o dar el mensaje del partido, según fuentes cercanas a Rajoy. Y el responsable del programa electoral, Juan Costa, multiplicará también su presencia -ya lo está haciendo en las últimas semanas-. Ambos sustituirán así, gradualmente, a la pareja que ha sido la cara del PP en la oposición, Acebes y Zaplana. García Escudero y Costa están englobados dentro del grupo de dirigentes moderados, y así se interpretó cuando Rajoy los eligió como los hombres fuertes de su campaña. En las últimas semanas ya han protagonizado alguna comparecencia conjunta para explicar propuestas programáticas, y a partir de enero su presencia será mucho mayor. Las fuentes consultadas ponen como ejemplo lo que pasó en las municipales -campaña también dirigida por García Escudero-, cuando Acebes y Zaplana desaparecieron. El primero recorrió media España con mítines en ciudades medias, y el segundo fue a pueblos remotos como Carnota, Muros o Mazaricos (A Coruña). Ninguno de los dos tuvo presencia alguna en las televisiones nacionales, claves en cualquier campaña. Rajoy no dio ningún mitin con ellos, ni siquiera el de apertura ni el de cierre -le acompañaron Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre- y en la campaña de las generales sucederá algo parecido. Rajoy se hará acompañar de los candidatos locales, y por tanto, en principio, Acebes sólo hablará en Ávila y Zaplana, en Madrid o, más improbable, Valencia.

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En realidad, según coinciden varios dirigentes, se trata sobre todo de una operación estética, de aparición pública, ya que Rajoy no ha dejado de contar en ningún momento con Acebes y Zaplana para tomar las decisiones más relevantes. Y varias veces les ha mostrado su apoyo en público, precisamente cuando estaban más cuestionados. En el entorno del líder señalan que él está convencido de que el partido debe mucho a dos personas que han llevado la parte más dura de la oposición con cierto éxito, ya que las encuestas sitúan al PP muy cerca de los socialistas. Rajoy considera, señalan en su entorno, que parte del mérito es de ellos, porque con su dureza han logrado deteriorar la imagen de Zapatero, cada vez peor valorado en las encuestas aunque aún muy por encima del líder del PP. Sin embargo, no añaden votos, dicen los estrategas. "¿A quién va a votar la señora del barrio de Salamanca que está encantada con el discurso duro? Esos ya están todos movilizados, necesitamos otro tipo de perfil para ganar", señala una persona de confianza de Rajoy.

Eduardo Zaplana, portavoz parlamentario del PP, y Ángel Acebes, <i>número dos</i> del partido, en el Congreso de los Diputados.
Eduardo Zaplana, portavoz parlamentario del PP, y Ángel Acebes, número dos del partido, en el Congreso de los Diputados.RICARDO GUTIÉRREZ

Un perfil más centrista de Rajoy para recuperar los votos perdidos

Fuentes socialistas admiten que sus propios estudios detectan que el líder del PP, Mariano Rajoy, no genera tanto rechazo entre los electores de centro como Ángel Acebes y Eduardo Zaplana. Por eso, el PSOE, al margen de que el PP trate de ocultarlos, quiere explotar la imagen de esta pareja para animar a su electorado, la clave del éxito en las elecciones legislativas.El PP, de hecho, está convencido de que sus votantes potenciales están más movilizados que los de los socialistas, y considera por eso que una campaña de perfil centrista es la mejor manera de no motivar el voto anti-PP que, según analizan, fue clave para que perdieran el Gobierno en el año 2004.Los estudios de los populares han detectado también un fuerte enfado con el PSOE entre los jóvenes mileuristas que le votaron en 2004, que sufren la inflación y sobre todo el aumento de las hipotecas -de ahí su propuesta de eliminar el IRPF para ese sector-. Y también entre los veteranos, muchos de ellos muy molestos con la forma en la que los socialistas han planteado el debate territorial.Sin embargo, el PP sigue teniendo un problema, según detectan sus propias encuestas, entre los treintañeros, donde el rechazo a este partido por culpa de la última legislatura de José María Aznar y la oposición inclemente de Rajoy sigue siendo muy fuerte, y en el voto femenino, que se inclina más por el PSOE. Es ahí, en su esfuerzo para evitar el voto anti-PP, donde los estrategas de este partido creen que se juegan las elecciones de marzo del próximo año.

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