Rajoy acusa al Gobierno de intentar "machacar inmisericordemente" a su partido

El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha asegurado este jueves que su fuerza política va bien y va a ir mejor aún en el futuro aunque el Gobierno esté intentando "machacar inmisericordemente" al principal partido de la oposición. En un acto en la localidad gaditana de Chipiona, Rajoy ha subrayado que el PP ha sabido sobreponerse a sus dificultades y ganar las elecciones europeas del pasado 7 de junio y las gallegas del 1 de marzo.

"Vamos bien y nos va a ir mejor en el futuro a pesar de los estratosféicos esfuerzos de algunos para hacer lo posible y, si pueden, lo imposible para que esto sea así, pero no lo van a conseguir", ha señalado Rajoy, que el miércoles guardó silencio respecto a la declaración de Luis Bárcenas ante en el Tribunal Supremo y que en ningún momento de su intervención ha hecho este jueves referencias explícitas al caso Gürtel. En lugar de hablar del caso o de qué va a hacer respecto al tesorero y senador del PP, citado para responder de supuestos delitos de corrupción y de fraude fiscal, ha acusado al Gobierno de preocuparse sólo de que "le saquen bien en televisión" y de ver qué puede hacer "para machacar inmisercordemente" al PP, aunque ha insistido en que no lo conseguirá porque este partido "tiene mucho callo".

"Lo cómodo sería decirle a Bárcenas que se vaya"

Rajoy ha pedido que cada uno de los militantes del PP se convierta en un periodista que transmita el mensaje del partido, ya que eso contribuirá a hacer realidad las buenas expectativas de que goza. El ex vicepresidente primero del Gobierno y ex secretario general del PP, Francisco Álvarez-Cascos, ha expresado su confianza en Bárcenas y ha denunciado "estrategias de cloaca" para acabar con la oposición. Alvarez-Cascos ha hecho estas declaraciones en una entrevista para el último número de la revista Época, que mañana se publica, y en la que denuncia la instrumentalización del caso Gürtel, al que, sin embargo, no quita un ápice de importancia. "Los mismos que en su día diseñaron los GAL para aniquilar a ETA han diseñado ahora la instrumentalización del caso Gürtel para aniquilar al PP", señala el ex ministro de Fomento.

Sobre la trama Correa ha hablado también el diputado del PP José Luis Ayllón, quien ha afirmado que, aunque Bárcenas hubiese dimitido, el PP se encontraría "en una situación similar" porque se ha planteado como "una causa general por parte de algunos, sobre todo por parte del PSOE". "Lo cómodo sería decirle a Bárcenas que se vaya, lo justo es, si él dice que es inocente, dejar que se quede y lo demuestre", ha añadido, en defensa de la postura que está adoptando Rajoy.

En declaraciones a la Cadena COPE, Ayllón ha apuntado que el PP se está tomando la situación de Bárcenas "con tranquilidad" porque "teóricamente" vivimos en un Estado de Derecho y que esperan que los datos que haya podido aportar a la justicia sean "lo más cercanos a la situación" en la que se encuentra, es decir, a la defensa de su posición. El vicepresidente y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha vuelto otra vez sobre el caballo de batalla del PP: el secreto de sumario. González ha hecho llamamiento para que se levante y acaben las revelaciones de medios de comunicación porque, a su juicio, se está dañando enormemente la imagen de la justicia. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, González ha indicado que es "absolutamente inaceptable" que todavía no se haya puesto fin al secreto de este sumario.

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha recordado que, hace unos años, "el PP decía que lo importante no era cómo se habían producido las filtraciones, sino lo que decían". A juicio del presidente andaluz, "el PP practica la ley del embudo", porque "acusa a los demás de cosas que no cumple" cuando el mismo problema "afecta a alguien de los suyos". El diputado de IU en el Congreso, Gaspar Llamazares, ha recomendado por su parte al PP que se dedique a ser "transparente" y a colaborar con la Justicia en vez de "tocar corneta" para atacar "en tromba a todo y a todos" con el fin de "tapar" las dificultades por la que atraviesa algunos de sus militantes a cuenta del caso Gürtel.