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El ex presidente califica de calamidad la visita de Moratinos a Cuba

Asegura que si el PCTV se presenta "ganarán los terroristas"

Antonio Caño

El ex presidente del Gobierno José María Aznar afirmó ayer en Washington que el reciente viaje a Cuba del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, representa "una calamidad" para los disidentes, que sienten, según él, "que España, que el Gobierno español, los ha dejado tirados".

Aznar, que presentó en la capital de Estados Unidos un informe sobre América Latina elaborado por la fundación FAES -que él mismo preside-, dijo a los periodistas que la vista de Moratinos a Cuba, en la que no se reunió con ningún representante de la oposición al régimen, supone "un desprecio a los disidentes y un gesto contrario a todo lo que hay que hacer en Cuba" para conducir a ese país hacia la democracia.

El también presidente de honor del Partido Popular manifestó que sin la disidencia es imposible construir ningún futuro en Cuba ni es viable ninguna forma de transición. Dijo que le consta que los opositores -no tolerados legalmente en Cuba- están decepcionados por el viaje de Moratinos, realizado a principios de este mes, y añadió, sin dar más detalles, que él ya conoce las consecuencias graves que puede tener para los disidentes la actitud del Gobierno español.

Previamente, durante el desarrollo del acto, celebrado en la Universidad de Georgetown, de la que Aznar es actualmente profesor invitado, el ex presidente del Gobierno criticó la política del Gobierno hacia Cuba en términos contundentes. "Es inaceptable", señaló, "una política que trata de hacer una transición entre dos hermanos y garantizar la supervivencia de un régimen que no respeta la democracia ni los derechos humanos".

Acelerar la transición

En su intervención, Aznar aludió a la necesidad de que Europa y Estados Unidos coordinen sus esfuerzos para que, ahora que el presidente cubano, Fidel Castro, está enfermo y ha cedido el poder a su hermano Raúl Castro, sea posible acelerar el camino hacia una transición a la democracia en ese país.

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En el acto, al que acudieron algo menos de un centenar de personas, participaron el presidente del Instituto Republicano Internacional, Lorne Craner, y el presidente del Instituto Democrático Nacional, Ken Wollack, vinculados, respectivamente, al Partido Republicano y Demócrata de Estados Unidos.

El ex presidente del Gobierno se refirió también, en su charla con los periodistas, a la situación en el País Vasco y a la posibilidad de que Batasuna acuda a las próximas elecciones municipales. Dijo que le parecía "asombroso" que "una organización ilegal y terrorista como Batasuna organice todos los días actos y mítines" sin que se produzca ninguna reacción por parte de las autoridades responsables.

Aznar manifestó que el Partido Comunista de las Tierras Vascas -la formación que actualmente representa a la izquierda abertzale en el Parlamento vasco- constituye "un precedente muy negativo" de lo que ocurre cuando se consiente que se burle la ley, y añadió, en referencia a la situación actual: "Si se quiere hacer la vista gorda no nos quejemos después de las consecuencias".

Aznar dio a entender que una de esas consecuencias sería el agravamiento de la amenaza terrorista. "Así será imposible acabar con el terrorismo, así ganarán los terroristas", pronosticó.

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