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El fiscal que encolerizó al ex ministro Michavila

Mariano Fernández Bermejo (Ávila, 1948) fue fiscal jefe de Madrid durante 11 años (entre julio de 1992 y el mismo mes de 2003). Miembro de la Unión Progresista de Fiscales y padrino profesional del secretario de Estado de Interior, el también fiscal Antonio Camacho, fue el ex fiscal general socialista Eligio Hernández quien, contra el criterio del Consejo Fiscal, le aupó a la jefatura de la fiscalía de Madrid en 1992.

Tras acceder al poder en 1996, el PP le convirtió en su bestia negra. Los ministros de Justicia Ángel Acebes y José María Michavila vieron en él, y en fiscal jefe Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, enemigos acérrimos. En abril de 2003, Michavila llegó a sugerir en una rueda de prensa que Fernández Bermejo estaba detrás del fallo informático que complicó el estreno de los juicios rápidos en Madrid. El entonces ministro afirmó que Fernández Bermejo se había declarado en "rebeldía" frente a los juicios rápidos y que aquél haría lo posible por que "todo fallase".

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Los ataques de Michavila se debían a que el entonces fiscal jefe de Madrid había pedido, en una junta de jueces, más medios para afrontar la ley de juicios rápidos, que tildó de "parche, fraude, innecesaria e irreal". Fernández Bermejo, que nada tenía que ver con el citado error informático, calificó de "gruesas" y fruto de la "incontinencia verbal" las manifestaciones de Michavila y le demandó ante el Tribunal Supremo por atentar contra su honor. La demanda fue sobreseída.

Ninguneo

En la última etapa del PP en el poder, Michavila mantenía su obsesión con el fiscal jefe de Madrid, al igual que le ocurría al entonces fiscal general, Jesús Cardenal. Éste le puenteó cuanto pudo en actos oficiales.

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Meses antes de llegar el PSOE al poder, en 2004, la Inspección Fiscal abrió un expediente a Fernández Bermejo por la supuesta filtración a dos medios informativos de la querella que interpuso el fiscal de Medio Ambiente, Emilio Valerio, sobre la llamada trama inmobiliaria de Alcorcón. El propósito de la Fiscalía General, dirigida por Cardenal, era sancionarle y tratar de separarle temporalmente de la carrera. Michavila llegó a declarar que Fernández Bermejo era "un político metido a fiscal". El PP aprobó una ley que limitaba a cinco años el mandato de los fiscales jefes, otrora vitalicio, con la mirada puesta en Fernández Bermejo y Jiménez Villarejo. En julio de 2003, Cardenal nombró a Manuel Moix, actual fiscal jefe de Madrid, como sustituto de Fernández Bermejo. Con la llegada de los socialistas al poder se suavizó todo y Fernández Bermejo fue nombrado fiscal jefe de Sala del Supremo.

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