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ELECCIONES 2011 | El PP ante el poder

Un guiño a los duros: "No se negociará con terroristas"

Carlos E. Cué

Hacer apuestas a lo que va a hacer Mariano Rajoy es una garantía de perderlas. En el PP ya casi nadie lo hace. Le fascina el doble juego, lanzar muchos mensajes a la vez, para todo tipo de electorados y todo tipo de medios de comunicación. El sábado él no decía ni palabra de ETA en A Coruña mientras mandaba a un hombre de su confianza como Miguel Arias Cañete a la manifestación de Madrid en la que se acusó al Gobierno de negociar con ETA. Y ayer, de improviso, colocó en el programa una promesa: "No negociar con terroristas ni por la presión de la violencia ni por el anuncio de su cese. Este será un principio básico de la política de seguridad del Estado".

Es un claro guiño a los duros del PP y su entorno, que han criticado a Rajoy por calificar de "gran noticia" el comunicado de ETA y decir que no hubo "concesiones políticas". Pero en realidad puede no tener efectos prácticos. Rajoy puede hacer una política penitenciaria perfectamente legal que facilite el fin total de ETA -acercamientos, terceros grados, presionar para revisar la doctrina Parot- sin negociar en ningún momento con la banda.

De hecho, el propio Jaime Mayor Oreja, cuando era ministro del Interior, acercó a 145 presos en 1998, en plena tregua, y el PP nunca admitió que hubiera negociación. Fueron "gestos para facilitar un clima", según la expresión de Mayor. Los mismos, u otros, que Rajoy podría hacer, si llega a La Moncloa, sin que haya ningún tipo de negociación.

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