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El homicidio de un senegalés causa dos noches de violencia en Roquetas

Los compañeros del fallecido incendiaron de madrugada dos viviendas y varios vehículos y provocaron cuatro heridos entre las fuerzas de seguridad

La muerte a puñaladas de un inmigrante senegalés de 28 años el sábado convirtió en un polvorín el barrio marginal de Las 200 Viviendas de Roquetas de Mar (Almería) durante el fin de semana. El homicidio, supuestamente perpetrado por un hombre español de etnia gitana en una disputa por tráfico de drogas, según la Subdelegación del Gobierno, dio paso a siete horas de graves disturbios en la barriada la madrugada del domingo, que se reprodujeron anoche. El ánimo de venganza de los amigos del fallecido acabó con el incendio de dos viviendas particulares, una de ellas propiedad del supuesto homicida, y ataques a las fuerzas de seguridad, con tres agentes heridos. Cuatro personas, todas de origen subsahariano, fueron detenidas tras el tumulto.

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El fallecido, de iniciales O. K., trabajaba en los invernaderos que constituyen la principal industria del Poniente almeriense y que han hecho que Roquetas cuente con una población inmigrante del 25%. Casado y con dos hijas, O. K. residía en España desde hace al menos tres años, según sus amigos. Ellos relatan que sobre las 21.45 del sábado, el hombre se vio envuelto en una reyerta en la que recibió una puñalada que le dejó herido de muerte sobre el asfalto de la calle de Pedro Salinas. Los compatriotas del fallecido aseguran que éste no estaba envuelto en ningún asunto turbio y que fue atacado cuando trataba de poner paz en una pelea.

El presunto homicida, un español residente en las cercanías, huyó tras el enfrentamiento. Los amigos del fallecido se concentraron rápidamente en el lugar del crimen. "Estábamos enfadados y muy nerviosos. Habían matado a un inocente de forma muy cobarde", relataron algunos de los allegados. Otros aseguraron que O. K. se limitó a mediar en la pelea para tratar de calmar los ánimos. "Se ha muerto en nuestras manos y es muy doloroso para nosotros", afirmaron dos conocidos del fallecido. La concentración espontánea degeneró rápidamente en una ola de violencia que se generalizó en el barrio. A primera hora de la madrugada, la multitud quemó dos bloques de viviendas en las calles Gerardo Diego y Saturno. En el primer bloque está el domicilio del presunto homicida. Numerosos vecinos coinciden en que en esa vivienda se trapicheaba con droga.

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Tras el incendio de los dos inmuebles, el grupo de alborotadores levantó barricadas en los accesos a la zona de la reyerta, quemó dos vehículos particulares, prendió contenedores e impidió que las fuerzas de seguridad y los bomberos trabajaran en el lugar.

Los primeros agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil que se desplazaron a la zona fueron recibidos a pedradas y botellazos, tanto a pie de calle como desde las azoteas. Hasta que llegaron refuerzos, ni los bomberos ni las fuerzas de seguridad lograron entrar en la barriada de Las 200 Viviendas. Siete horas después de la puñalada, la Policía Local, 20 patrullas de la Guardia Civil y efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) del instituto armado (antidisturbios) lograban dispersar a la multitud. Siete vehículos policiales y dos camiones de bomberos sufrieron daños.

Dos agentes de la Guardia Civil y uno de la Policía Local resultaron heridos con traumatismos de carácter leve durante los disturbios. Los africanos detenidos fueron identificados como E. F., sudanés de 19 años; B. O., nigeriano de 31; A. C., de 33, y P. G., de 30, ambos de Guinea-Bissau. La policía les imputa, aparte de los daños causados por los desórdenes públicos, sendos delitos de atentado y resistencia grave a la autoridad, informa Efe.

"Tratábamos de encontrar al culpable que mató a nuestro compañero, pero no queríamos que las cosas pasaran así, no pudimos controlarlo", se justificaban esquivos ayer dos compañeros del fallecido. "No tenemos problemas con nadie, no venimos a España a buscar pelea, sino a ganar algo que darle a nuestras familias", agregaban antes de pedir que se haga justicia y que se detenga al homicida.

Durante todo el día de ayer, el barrio de Las 200 Viviendas bulló en una gran agitación, pero fue a las nueve de la noche cuando comenzaron a registrarse los primeros episodios de violencia. Grupos de subsaharianos cortaron el tráfico con barricadas, quemando depósitos de basura y vehículos. En la carretera de La Mojonera ardía una scooter. "Nos han reventado a pedradas", explicaban dos jóvenes que llegaban a un centro de salud cercano, uno de ellos sangrando por la cabeza.

La Guardia Civil y La Policía Local acordonaron la zona y efectuaron numerosas cargas. Sin embargo, la violencia continuó a lo largo de la noche. Hubo ataques a comercios y numerosas personas resultaron heridas por el impacto de piedras. Un guardia civil recibió una pedrada que le destrozó el tímpano, según fuentes del centro de salud. También se registraron casos de viandantes golpeados por pelotas de goma por los antidisturbios.

La ciudad se convirtió en escenario de numerosas batallas campales, con helicópteros sobrevolando el barrio y gritos racistas por ambas partes: "Gitanos, mierdas, os vamos a matar", gritaban los subsaharianos en acusación por la muerte de su compatriota O. K. la noche anterior. "Morenos, preparaos", se oía de la otra parte.

La asociación Almería Acoge descartó ayer que la muerte a puñaladas del ciudadano senegalés en Roquetas de Mar se deba a un brote xenófobo. El presidente de la ONG, Juan José Castillo, achacó las algaradas del domingo a la "complicada" situación que vive la barriada de Las 200 Viviendas. "Se ha encendido la mecha y ha explotado de pronto sin más", afirmó Castillo a Europa Press.

Dos vecinos de Roquetas, frente a una de las viviendas quemadas, vigilada por un guardia civil.
Dos vecinos de Roquetas, frente a una de las viviendas quemadas, vigilada por un guardia civil.FELE

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