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Reportaje:Los problemas de la justicia | Termina la huelga de funcionarios

18 horas con la corbata puesta

La negociación estuvo marcada por "un ambiente muy enconado y tenso"

Pablo Linde

En 18 horas de negociación, el ministro Bermejo no se quitó la corbata. Él, su equipo y los representantes sindicales se sentaron en la mesa a las cuatro de la tarde del sábado y la firma del acuerdo no llegó hasta 26 horas después. Sólo hubo un receso de unas ocho horas fuera de la sede de Justicia. Pero el ministro aguantó el tirón sin mostrarse cansado a pesar de una negociación "muy tensa", según el relato de cinco de las 18 personas participantes.

En un costado de la mesa estaba el ministro con su equipo, de siete personas. Al otro, los sindicalistas, divididos en dos bandos: por un lado, la plataforma que seguía en huelga (CC OO, CSIF y STAJ) con los negociadores que llevaron el asunto durante dos meses y sus superiores. Y, por otro, UGT, que ya se había desmarcado del paro y se mantuvo al margen de las disputas.

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Los reproches, las descalificaciones, las acusaciones de unos y otros durante estos dos meses flotaban en el ambiente. Los sindicalistas tenían por primera vez enfrente a un ministro a quien habían dicho casi de todo: "Dimite", "dictador", "chulo", "prepotente". Bermejo nunca fue tan contundente, pero les calificó de no ser "fiables ni serios" y en más de una ocasión insinuó que algunos funcionarios son unos vagos. Todo eso se dejó atrás, pero "el ambiente estaba enconado", explica uno de los participantes.

Bermejo se dirigió desde un principio a quienes había convocado, a los secretarios generales de los sindicatos, pero fue Javier Hernández, portavoz de los trabajadores, quien hizo de interlocutor y entregó a Bermejo la propuesta que los sindicatos llevaban debajo del brazo. Y nada más empezar, primer receso. El ministerio desechó el extenso documento. Bermejo no quería complicaciones, "no vamos a discutir ese texto", dijo. Se centró en dos cuestiones: propuesta económica y recuperación del trabajo. La primera oferta que hizo Justicia mejoró los plazos de la anterior. Los sindicatos no se movían del sitio. Entre conversaciones en los pasillos, cigarros en el patio, llamadas a la responsabilidad y peticiones de los trabajadores, llegaron las nueve de la noche.

Ahí estuvo la inflexión. Bermejo salió de la sala para consultar con el ministro de Economía. Llegaron bocadillos para los sindicalistas. Cenaron con técnicos del ministerio. Pasó una hora. Otra, y el ministro no volvía. Los secretarios generales subieron a su despacho, concretaron propuestas económicas y, a las dos de la madrugada, Bermejo bajó con la propuesta que sería definitiva.

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Pero todavía quedaban por delante más de cuatro horas hasta el receso. Bermejo y UGT insistían en rubricar el pacto en ese mismo momento. La plataforma pedía 48 horas para someterlo a referéndum. "Aquí estamos para firmar", dijo el ministro, quien siempre trató de evitar dirigirse a los negociadores habituales. A las seis de la mañana no se habían movido un ápice las posturas; pausa hasta las 14.00 del domingo. A la vuelta, el debate era el mismo: la plataforma quería referéndum y Bermejo no. Pero el documento no cambiaría. En el último momento, el responsable de Administraciones Públicas de CC OO se sumó a la postura de UGT. Los sindicatos rubricarían el acuerdo. Mientras los firmantes, los interlocutores que Bermejo buscó, se hacían fotos con el ministro, los miembros de la plataforma despotricaban contra ellos.

Javier Hernández, de CC OO, informa del acuerdo a los funcionarios en huelga.
Javier Hernández, de CC OO, informa del acuerdo a los funcionarios en huelga.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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