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La huelga de hambre de la saharaui Haidar pone en aprietos a Exteriores

Con una voz más tenue que de costumbre, tras 20 horas de huelga de hambre, la activista saharaui Aminatu Haidar volvió ayer a acusar al Gobierno de tenerla "secuestrada" por obligarla a entrar en España y no permitirle volver a El Aaiún (Sáhara occidental).

Haidar, de 42 años, dejó de alimentarse en la noche del pasado domingo y "ya da síntomas de estar agotada, casi sin aliento", asegura Mohamed Salem, el delegado del Frente Polisario en Canarias, que permanece a su lado en la terminal del aeropuerto de Lanzarote. Haidar sufre, entre otras dolencias, de una úlcera sangrante, de la que volvió a ser tratada en Madrid hace 10 días.

La protesta de Haidar, una mujer galardonada por las más prestigiosas fundaciones de EE UU, y los riesgos que conlleva para su salud empiezan a "convertirse en un problema" para las autoridades españolas, según reconocen diplomáticos que siguen de cerca el caso.

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El sábado, la policía marroquí expulsó a Haidar -antes le retiró su pasaporte- de El Aaiún a Lanzarote tras tenerla detenida durante 24 horas. Cuando aterrizó el avión, la delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias, decidió obligarla a entrar en España en contra de su voluntad y pese a que carecía de pasaporte.

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dio a entender el domingo que se trataba de un gesto humanitario. Ante las denuncias de Haidar, los colaboradores del ministro insisten en que "se equivoca de enemigo", porque España le concedió una tarjeta de residencia por razones humanitarias.

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Problema exportado

Otras fuentes del ministerio recalcan que Rabat se ha deshecho, por primera vez, de una incómoda activista y trasladado, de paso, el problema a España. Una vía para resolver el conflicto podría consistir en que Exteriores solicite al Consulado de Marruecos en Canarias que le expida un pasaporte, pero "no está previsto", señalan en el ministerio.

Desde IU hasta Rosa Díez, líder de UPyD, pasando por instituciones como el Cabildo de Gran Canaria y las numerosas asociaciones de apoyo al independentismo saharaui, han pedido al Gobierno que permita a Haidar regresar a El Aaiún, donde viven sus hijos y su madre. Sólo un responsable socialista, el alcalde de Las Palmas, Jerónimo Saavedra, expresó públicamente su apoyo a Exteriores.

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