"Los inmigrantes enriquecemos España"

Bernarda Isabel Jiménez (República Dominicana, 1950), médico, dos hijos, con un impresionante currículum que incluye la creación de la asociación Voluntariado de Madres Dominicanas, será la primera inmigrante en la cúpula de un partido.

Pregunta. ¿Abre usted una puerta en otros partidos?

Respuesta. Por supuesto, no pueden cerrarse y el gran desafío es cómo integrar a los que hemos llegado. Si no se hace bien tendremos problemas. Mi designación, modestamente, contribuye a normalizar la vida de los inmigrantes.

P. ¿Por qué entra en política?

R. El trabajo que haces es la mejor carta de presentación. Sé que eso sirvió para que Zapatero se fijara en mí. He trabajado fuera del PSOE pero vengo de una familia socialista dominicana. Antes de las elecciones vi el vuelco que el PP quería dar hacia atrás y se me revolvió el estómago porque usaba políticamente a los inmigrantes para enfrentarnos a los españoles. Los inmigrantes enriquecemos España.

P. ¿Cuál es su objetivo?

R. La igualdad, ser la voz de los inmigrantes en el PSOE, para que escuche lo que pasa en la calle y los movimientos sociales. Zapatero me pidió que estuviera con la gente y que fuera su nexo con el partido.

P. ¿Ha encontrado xenofobia en España?

R. De los años 90 a 94 sí hubo un brote racista y xenófobo que provocó el asesinato de mi compatriota Lucrecia Pérez en Madrid. Pero su sangre no fue derramada en vano, fue una convulsión para España, que no era consciente de que tenía esos inmigrantes, ni de las condiciones en las que vivían. Después hubo un cambio, aunque de vez en cuando surge algún brote xenófobo. Por ejemplo, en la campaña, cuando el PP y Rajoy nos utilizaron como armas de enfrentamiento y politizaron la inmigración. Era revivir lo que pasó. Ningún partido serio con un candidato que quiera ser presidente puede enfrentar a los españoles, especialmente a los más humildes, con los que vinieron de naciones pobres. Si un ciudadano aporta su trabajo y su cultura no es justo que se le trate como si fuera de tercera. Estoy feliz de que avancemos para que los inmigrantes voten.

P. ¿Será usted un adorno?

R. Ni soy tan joven ni tan bella para que me pongan como adorno y mi personalidad no me permite decorar. Estoy en un sitio si me permiten hacer cosas, si no siempre puedo volver al mundo asociativo. No pertenezco a la generación de los adornos, sino a la de las mujeres trabajadoras que quieren cambiar la sociedad para que a mis hijos no les digan nada por su color o su procedencia.

P. ¿Ha endurecido el Gobierno su discurso?

R. Para nada, si no yo no estaría aquí.