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Acebes supo el 11-M por la tarde que el explosivo no era 'Titadine'

El 'número dos' de la policía y el comisario general de Información en marzo de 2004 declaran en el juicio del 11-M

Los responsables de las fuerzas de seguridad el Estado informaron a Ángel Acebes de que el explosivo del 11-M no era dinamita Titadine la misma tarde de los atentados en una reunión en el Ministerio del Interior. Así lo han declarado dos altos cargos policiales que ejercían sus funciones cuando se produjeron los atentados. Tanto el comisario general de Información de la Policía en aquel momento, Jesús de la Morena, como su superior, el subdirector general operativo de la Policía, Pedro Díaz-Pintado, han asegurado que ya el 11-M por la tarde informaron a Acebes de que los explosivos usados no eran los habituales de ETA.

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El primero en declarar, De la Morena, ha hecho un relato de las gestiones que fue haciendo una vez que se produjeron los atentados y hasta su cese en el cargo dos meses y medio después, el 28 de mayo de 2004. Así, ha relatado varias reuniones que se produjeron en el Ministerio del Interior en las horas posteriores a los atentados, los días 11, 12 y 13 de marzo. La primera de ellas, sobre la una de la tarde del mismo 11-M, estuvo presidida por el entonces secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa y estuvieron presentes los jefes de la policía y la Guardia Civil y los jefes policiales de información.

En ella, aunque "se manejaron todas", se estableció la hipótesis de ETA como línea de investigación prioritaria "por los antecedentes inmediatos": el tren contra el que quisieron atentar el 24 de diciembre anterior, la furgoneta con explosivos interceptada en Cañaveras poco antes y otros. Además, según ha relatado Díaz-Pintado, el comisario general de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, le llamó por teléfono y le dijo que el explosivo en los trenes era Titadine con cordón detonante. No obstante, De la Morena ha señalado que había "circunstancias" no habituales que podían apuntar en otra dirección, como la ausencia de una llamada de aviso.

Sin embargo, ya por la tarde del mismo día 11, sobre las seis de la tarde, hubo otra reunión, a la que acudieron De la Morena y Pintado junto a otros altos cargos de seguridad y que encabezó el ministro Acebes y el secretario de Estado Astarloa. Poco antes de la reunión, el comisario Cuadro volvió a llamar a Díaz-Pintado para decirle que el explosivo no era Titadine, sino un tipo de dinamita que "no puede ser Tytadine porque no tiene nitroglicerina", según ha relatado el ex subdirector. "Le dicen que no es Titadine. No recuerdo qué, si es dinamita sin más o Goma 2 ECO, pero a mi me queda claro que no es Titadine", corrobora De la Morena, para quien "eso neutraliza la primicia de la mañana, la pista de la Titadine" y aleja la posibilidad de que fuera ETA.

La nueva versión es fruto del hallazgo en Alcalá de Henares, pasadas las tres de la tarde, de la furgoneta Renault Kangoo usada por los terroristas y en la que se encuentran detonadores, dinamita y una "cinta de casette" en árabe con "salmos habituales". Como fruto de estos datos, el ministro Acebes ordena abrir otra vía de investigación, aparte de la ETA como autora de la masacre, y que se siguieran ambas líneas, según ha relatado Díaz-Pintado. "Si se ha encontrado una nueva vía, sigan", dijo.

La investigación descarta a ETA

Al día siguiente, el 12, se tienen en la mano otros elementos, como la reivindicación islamista en un periódico inglés, el Al Quds al Arabi, el 11 por la tarde, que se "valoró", y la mochila de Vallecas que no estalló y que fue desactivada. Con estos datos, hay una nueva reunión en el Ministerio, en la que se pone de manifiesto que no hay "ningún dato objetivo que apunte a ETA, no hay elementos en la evolución de la investigación que lleve a ETA". "Se fortalece la hipótesis hacia otro lado", hacia la pista islamista.

Ya el día 13, en una nueva reunión en Interior, analizada la tarjeta del teléfono móvil de la mochila de Vallecas "se llega a la convicción de la pista islámica, se centra la investigación en el islamismo" porque la tarjeta conduce a una "persona conocida por estar relacionada con el radicalismo islámico" y que resultó ser Jamal Zougam, que regentaba el locutorio de Lavapiés donde se vendieron las tarjetas de los móviles y que está acusado en el juicio. En esta reunión, celebrada sobre la una de la tarde del 13 de marzo, De la Morena informó de la identificación y orden de detención de Zougam -"la mejor decisión que tomamos"- y "se descartó por completo a ETA, nos centramos en la vía islámica, en ese momento ya no hay nada más que esa investigación".

De la Morena ha declarado también que él no encargó ningún informe sobre posibles lazos entre los terroristas islámicos y de ETA tras los atentados, "fundamentalmente porque no dio tiempo", porque en esos días, los isguientes al atentado, era necesario llevar a cabo "un montón de gestiones" que impidieron que realizara ese encargo. Sólo "estos días, por los medios de comunicación" ha sabido de la existencia de informes de ese tipo.

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