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El crimen de la niña Mari Luz

El juez culpa a la falta de personal

Reyes Rincón

El juez Rafael Tirado se dio cuenta de su trágico error el pasado miércoles por la tarde, cuando vio en la televisión la cara del detenido por la muerte de Mari Luz. Le reconoció enseguida como el hombre al que él había juzgado y condenado en 2002 por abusar sexualmente de su hija. Ese mismo día desempolvó el expediente de Santiago del Valle, a quien, según aseguró ayer, creía ya entre rejas. No cayó en que si él no había dictado una orden de busca y captura, ni la policía ni otros jueces podían saber que tenía que estar en la cárcel.

Tirado se mostró ayer abatido por la situación, pero se cuidó de considerarse responsable. El magistrado, que desde ayer cuenta con protección policial por temor a represalias, insistió en que la causa no ha estado en sus manos desde enero de 2006, cuando ordenó la ejecución de la condena de Del Valle por abusar de su hija. La siguiente resolución la adoptó el pasado jueves, el día en que ordenó la busca y captura del acusado que, para entonces llevaba ya más de 24 horas detenido por la muerte de Mari Luz.

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¿Por qué no decretó antes la orden de detención? Según Tirado, porque nadie le informó de que el pederasta seguía libre. El juez culpó ayer al exceso de carga de trabajo y a la falta de medios humanos de la demora en la ejecución de la condena.

Tirado ha repasado en las últimas horas cada paso dado en su juzgado desde que él ordenó la ejecución de la condena, el 18 de enero de 2006, cuando, según el juez, el caso quedó bajo la responsabilidad de la secretaria y los funcionarios judiciales. Un día después, el asunto se inscribió en el registro central de penados y rebeldes, dependiente del Ministerio de Justicia.

Según el relato de hechos aportado ayer por Tirado, el l 7 de febrero de 2006 el juzgado envió un burofax a la última dirección conocida de Del Valle para comunicarle que la condena era firme. Era un auto recurrible, pero el acusado nunca respondió, por lo que el 20 de marzo se solicitó al padrón que buscara si el condenado tenía otra dirección.

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Diez días después, saltó el primer obstáculo laboral: la funcionaria que llevaba el expediente de ejecución de la sentencia se da de baja el 30 de marzo de 2006. La Consejería de Justicia andaluza, según el juez, no cubrió su puesto hasta agosto. La nueva funcionaria tardó un año en emprender una actuación sobre este caso: instar a la averiguación de domicilio de su mujer, Isabel García, que también había sido condenada como autora por omisión de los abusos a su hija. La orden se lanzó en septiembre de 2007 y fue remitida por fax a la Dirección General de Policía, que confirmó la recepción. Pero el juzgado nunca decretó la averiguación de domicilio y paradero de Del Valle.

Un mes después, en octubre de 2007, la secretaria judicial pregunta por escrito a la fiscalía si procede o no acordar la detención de Del Valle. La fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, aseguró ayer que esta orden nunca llegó a su departamento y que el único documento relacionado con la ejecución de la condena de Del valle que ha entrado en la Fiscalía desde que la sentencia se hizo firme fue el pasado 7 de marzo. Ese día, la secretaria vuelve a preguntar si interesa detener y encarcelar a Del Valle. El Ministerio Público responde que sí el día 19 de marzo. La orden de busca y captura se lanzó cuando la cara de Del Valle ya acaparaba portadas de periódicos como el hombre detenido por la muerte de Mari Luz.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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