Otro juez indaga una trama de vigilancia al Gobierno vasco
En dos semanas, dos casos de presunto espionaje y ambos vinculados al PNV. Había que remontarse a 1986 para encontrarse con algo similar en Euskadi, cuando en plena crisis interna de la formación nacionalista que desemboco en la escisión y la creación de Eusko Alkartsuna, se conocieron las escuchas telefónicas a Carlos Garaikoetxea, en ese momento lehendakari. Entonces, varios ertzainas penetraron en la central de teléfonos de Zarautz (Guipúzcoa) con una orden judicial para intervenir las comunicaciones de supuestos narcotraficantes. Al mismo tiempo, trataron de conectar el teléfono de Garaikoetxea al de un piso donde colocaron una grabadora. Pero la grabación no funcionó al dar uno de los agentes un número distinto al del piso donde se iba a colocar el aparato.
En marzo pasado, un juzgado de Bilbao empezó a investigar una trama de espionaje a altos cargos del Departamento vasco de Industria, por la que fue detenido el 25 de junio (y puesto en libertad el mismo día con cargos) Antton Zubiaurre, un ex alcalde del PNV y ex director de una sociedad pública de Industria, la SPRI. También está imputado un empleado de esta sociedad, que fue el chofer personal de Zubiaurre, y se investiga a varias personas vinculadas al PNV.
La red, que al menos espió los ordenadores de tres altos cargos del Gobierno vasco, pirateó sus terminales en la sede de la SPRI en Bilbao y la vigilancia ilegal se realizaba desde fuera. Los primeros datos de la investigación, bajo secreto de sumario, constatan que los ordenadores fueron manipulados antes de que el PSE llegara el pasado año al poder en Euskadi.
El PNV se ha desmarcado rápidamente del principal imputado, cuyas relaciones con el partido se habían enfriado en los últimos años.
La policía vasca ha rastreado concienzudamente durante varios días la sede de la SPRI y de otra sociedad pública de Industria, pero no ha encontrado más dispositivos de vigilancia y escucha.
